‘Una generación sin humo’: el país donde los nacidos desde el 2009 no podrán comprar tabaco

Esta medida radical forma parte de los esfuerzos continuos del país para reducir drásticamente el consumo de tabaco y crear una generación sin humo. A pesar de que el cigarrillo ha sido reconocido por la ciencia como altamente perjudicial para la salud, sigue siendo un producto ampliamente consumido en todo el mundo.

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Sin embargo, la tendencia global apunta hacia la reducción de su consumo, ya sea a través de regulaciones más estrictas, impuestos adicionales a los fabricantes o consumidores, la promoción de alternativas más saludables o, como en este caso, la prohibición gradual de su venta.

El Reino Unido, un país con una historia arraigada en el comercio tabaquero, ha estado liderando este cambio cultural. 

A lo largo de los años, las autoridades británicas han implementado diversas medidas para desincentivar el consumo de tabaco entre su población. Como resultado, actualmente solo el 13% de los británicos son consumidores habituales de tabaco, según datos citados por el diario 'El País'.

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A pesar de los avances logrados en la reducción del consumo de cigarrillos en el Reino Unido, los esfuerzos para combatirlo persisten. Esto se evidenció recientemente con la aprobación in extremis por parte del Parlamento británico de la Ley de Tabaco y Vapeo. Esta ley prohíbe la venta de cigarrillos y productos con nicotina a individuos nacidos después del 1 de enero de 2009.

Esta medida se complementa con el incremento anual de la edad mínima legal para fumar. Es importante destacar que actualmente esta edad está establecida en 18 años en las islas británicas.

Esto no solo busca desalentar el consumo de tabaco entre los jóvenes, sino también sentar las bases para una sociedad futura libre de humo. Se espera que estas acciones contribuyan a la creación de una generación que no esté expuesta a los riesgos asociados con el tabaquismo, mejorando así la salud pública y reduciendo la carga de enfermedades relacionadas con el tabaco en el país.

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Esta medida incrementa la probabilidad de que, en el futuro, el consumo de tabaco llegue a su fin en el Reino Unido, al menos hasta que se promulgue una ley que lo prohíba de manera definitiva.