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Explicativo
Sara Valentina, la icónica pizzería de 4 mil pesos con la que celebran los recién graduados de la Universidad Nacional de Bogotá
● EL TIEMPO habló con la propietaria de este lugar, quien contó qué significa el amor que recibe por parte de los estudiantes.
● Por medio de redes sociales se popularizan las fotografías de los recién graduados.
El puesto inició vendiendo arepas rellenas y se tuvo que reinventar. Foto: Redes sociales
Con una mano la pizza y con otra el cartón de grado, así celebran los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá uno de los días más importantes de sus carreras profesionales, el día de la graduación, pues acudir al tradicional carrito de pizzas Sara Valentina se ha convertido en un ritual. EL TIEMPO habló con Norma Tovar, la propietaria de este famoso lugar, y contó qué significa para ella y su familia el cariño que reciben por parte de los estudiantes.
La mujer relató que la pizzería Sara Valentina es un negocio familiar, que iniciaron sus padres y actualmente tiene 42 años de historia en las inmediaciones de una de las universidades más importantes del país. Durante su trayectoria, miles de egresados han disfrutado de una de las pizzas más icónicas, ya que la porción cuesta 4.000 pesos y viene acompañada de un vaso de gaseosa.
El puesto inició vendiendo arepas rellenas y se tuvo que reinventar. Foto:Redes sociales
Ubicada junto al puente peatonal de la entrada principal de la Universidad Nacional por la Calle 26, este enigmático carrito de comidas rápidas ha acogido a los transeúntes y universitarios que cuentan con bajo presupuesto, pues la pizza es una comida rápida que se adapta a cualquier necesidad. La mujer destaca que los sabores más apetecidos son el de pollo con champiñón y la hawaiana.
Norma menciona que para ella es un gran orgullo que los estudiantes, a quienes acompaña cada semestre y finalmente reciben el grado, decidan compartir este logro. “Nunca me imaginé que nosotros, que nuestro negocio fuera tan importante para ellos, eso es un orgullo muy grande”.
La mujer asegura que la pizzería Sara Valentina es un emprendimiento que sus padres Pablo Tovar Angarita y María Luisa Nova, iniciaron en 1983 con el fin de tener un negocio propio que les permitiera ingresos extras para no depender de nadie y sacar adelante a sus hijos, pues por 19 años istraron la empresa familiar, pero debido a la edad y el cansancio decidió dar un paso al costado y ceder la istración a su hija.
Norma asegura que recibió la propuesta de hacerse cargo de la pizzería cuando cumplió 22 años, estaba recién graduada de Investigación Judicial y Criminalística en el Politécnico Nacional y, como no tenía trabajo, decidió aceptar este reto.
El puesto inició vendiendo arepas rellenas y se tuvo que reinventar. Foto:Redes sociales
“Inicialmente, mis padres vendían arepas rellenas de jamón y queso, pollo y queso o solo de queso a $ 1.500 y $ 2.000, logré convencerlo de que me dejara el negocio, pues él siempre pensó que era mejor venderlo, al principio a los clientes ya no les gustaban las arepas y decidimos reinventarnos y empezamos a hacer pizza, nos empezó a ir muy bien y pudimos hacernos cargo de los gastos de la casa y de mis padres”, dijo.
“Fue muy difícil, al principio, ganarse la confianza, pero con el pasar del tiempo nos hemos vuelto famosos entre los estudiantes y también entre sus familiares”.
En diálogo con este medio, la mujer dijo que fue en 2009 que decidió bautizar el popular carrito de comidas rápidas y decidió llamarlo pizzería Sara Valentina, en honor a su hija mayor, que para ese entonces tenía 2 años de edad.
“Cuando los estudiantes empezaron a distinguir la pizzería ellos mismos empezaron a pedirme que le pusiera nombre. En ese entonces mi hija mayor tenía dos años y decidimos llamar a la pizzería Sara Valentina en honor a ella”.
El puesto inició vendiendo arepas rellenas y se tuvo que reinventar. Foto:Redes sociales
Desde hace 19 años venden pizza en las inmediaciones de la Universidad Nacional, y asegura que para los estudiantes esta es una opción muy favorable.
“Las pizzas de Sara Valentina se volvieron significativas para los estudiantes, por el sabor, por la economía. Muchos desayunan, almuerzan y comen acá, debido a nuestros precios nos hemos convertido en el ‘desvare’ de los universitarios”.
Por medio de sus redes sociales comparte orgullosa las fotografías de todos los nuevos profesionales que acuden a su puesto de comida para celebrar el grado y manifiesta que es un gran orgullo tener la confianza de esta comunidad. Además agregó que el día del grado quienes la visitan obtienen una porción de pizza con gaseosa gratis.
El puesto inició vendiendo arepas rellenas y se tuvo que reinventar. Foto:Redes sociales
“Frecuentemente, vienen estudiantes a darnos las gracias por todo lo que habíamos hecho por ellos. Esta semana vino uno de ellos y empezó a llorar, eso me hizo conmover, es muy significativo para nosotros”.