El maestro
Jorge Ignacio Zorro Sánchez, hoy ministro (e) de Cultura de Colombia, fue muy cercano al maestro
José Antonio Abreu, fundador de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela y del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles, Infantiles y Preinfantiles del país vecino.
Desde antes de la salida de la hoy exministra Patricia Ariza de esta cartera se venía hablando de su intención, desde el cargo de viceministro de la Creatividad y la Economía Naranja, de replicar ese modelo en el país.
“Esta formulación no es posible en Colombia porque somos muy diferentes. Es, sí, un referente importantísimo, un legado para América Latina que se ha replicado en más de 40 países y que le dio al maestro Abreu muchos galardones, entre ellos el Príncipe de Asturias en el 2008”, dice.
El maestro Zorro nació en Bogotá, el 27 de febrero de 1946. Es músico, profesor, director de orquesta, político y defensor de derechos humanos. En 1964 inició sus estudios académicos en el Conservatorio de la Universidad Nacional y 10 años después se ganó una beca para continuar su formación en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú en 1974. También realizó estudios en París y Estados Unidos.
Su trabajo académico lo llevó a fundar la Escuela Superior de Música del Instituto de Cultura de Boyacá. Fue director del coro de la desaparecida Colcultura y estuvo al frente del Conservatorio Antonio María Valencia de Cali, entre otros muchos cargos.
También ha sido director de la Sinfónica Juvenil de Vientos de Boyacá, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica del Valle del Cauca, Ramblewood Youth Symphony Orchestra en Coral Springs, Florida, y la Banda Oficial de Conciertos de Táchira (Venezuela).
Y de ahí parte su deseo de mejorar la formación musical en Colombia. Pero no solo la de su especialidad, sino la de todas las formas de educación del arte (ballet, danzas, músicas populares, teatro, artes plásticas, literatura…).
El maestro Zorro habló con EL TIEMPO de sus proyectos en el ministerio.
Ministro, varios sectores afirman que usted es el responsable de la salida de la exministra Ariza. ¿Qué tiene para decir?
Nunca, al contrario, siempre he tenido una gran relación con ella. Le reconozco su valentía, su arte, sus luchas personales. Tiene a toda Colombia en su corazón y nos abrió muchas esperanzas y caminos en el ministerio.
Muchos también hablaron de su intención de traer a Colombia el programa venezolano de orquestas…
Eso no es posible porque no se puede hacer un traslado del mismo. No obstante ser países vecinos y hermanos, las condiciones son muy distintas. Aquí tenemos otras experiencias.
¿Cuáles son las claves del proyecto de formación musical?
El país tiene una experiencia importantísima con el Plan Nacional de Música para la Convivencia (PNMC) de más de 20 años con la formación de músicos desde lo no profesional y lo que buscamos es llevarlo a la formalidad. Eso es lo que vamos a construir.
Sin embargo, ministro, hay muchas críticas del sector. Se rumora que podrían desaparecer el PNMC y entidades como Batuta...
No es así. El presidente Petro lo que ha pedido es un cambio en la forma de desarrollar políticas que nos ayuden a que la formación en distintas áreas se dé desde niños, porque esto ayuda al desarrollo emocional y profesional. El Gobierno quiere que los niños tengan la opción de cambiar a través de la música, mejor dicho, de las músicas, porque este es un país pluriétnico y multicultural, con 65 lenguas indígenas y múltiples sonidos entre chirimías, populares, urbanos, tropicales… Se trata de un proyecto diferencial que tendrá sus características territoriales, como lo pide el Presidente. De hecho, este 28 de febrero tengo una reunión con el sector, para aclarar dudas y oír sus inquietudes.
¿Por qué es importante que se aprenda música desde niños?
Mire, una orquesta sinfónica o filarmónica tiene como base la concertación, el aprendizaje de los diferentes roles, como sucede en la sociedad. Pero no solo es la formación en música, como ya he dicho, sino en todas las artes.
¿Qué otros beneficios traería este proyecto?
Las posibilidades de desarrollo llevarán a que cada niño se pueda desarrollar en el arte que escoja, o en el tema de ciencia o tecnología que prefiera, desde temprana edad, aprovechando todos los procesos psicomotrices que terminan en la adolescencia. Y también que las universidades no tengan que hacer tanto esfuerzo en su inversión, porque los estudiantes no llegarán de cero, sino ya con un desarrollo importante de sus capacidades.
Es decir, ¿el proyecto incluye potenciar el reconocimiento de las capacidades para, por decirlo de alguna manera, agilizar procesos?
Claro, por ejemplo, la persona que quiera estudiar la carrera de Artes Plásticas que llegue con formación en dibujo desde sus inicios, o en pintura. Igual el de ballet, danzas, teatro... Aquí lo que nos ayuda es que hay mucho talento y las personas se esfuerzan desde temprana edad. Mire, le cuento esto: cuando yo llegué a Moscú al examen de isión, una de las obras que tenía que interpretar aquí en Colombia era para el grado, no para entrar. Éramos 80 y pasamos dos.
¿Qué se espera que deje este gobierno de este programa?
Este no es un trabajo a corto plazo. Lo que el presidente Petro quiere es que se dejen sentadas las bases. Los frutos se recogerán en 10, 15 o 20 años. Yo no le tengo miedo al tiempo. De hecho, empecé a trabajar en esta idea cuando estaba en Tunja, hace varias décadas. Lo importante es gestar las bases de una nueva sociedad con humanidad, justicia y equidad social.
Ministro, pero los gobiernos cambian. ¿Cómo dejarán ustedes esto en no retorno?
Vamos a hacer una agenda legislativa muy sólida. Estamos trabajando con el Ministerio de Educación para hacer muy fuerte esta agenda, especialmente en temas como que la educación no puede ser homogénea.
También hay críticas a la ley de música...
Esa ley está en estudio. Queremos vida digna para los artistas, pensión, seguridad social y todos sus derechos. Hay que buscar los mejores caminos para lograr todo eso.
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