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Zenet, un artista destacado de la nueva ola española, por primera vez en Bogotá
El cantautor se estará presentando el domingo 8 de octubre en el Teatro Colsubsidio.
Hizo su debut solista en 2008 con el álbum “Los Mares de China”. Foto: Instagram(@zenet.oficial)
Zenet nació en Málaga y luego de destacarse como actor en la década de 1990 (hizo parte de películas como “El joven Picasso” (1994) de Juan Antonio Bardem, decidió que iba a buscar su sonido en la música. Hizo su debut solista en 2008 con el álbum “Los Mares de China”. Como vocalista de jazz, pero con el don dramático de un actor, Zenet ha logrado trascender con su música hacia lugares insospechados. Actor, artista plástico, músico, terapeuta, Zenet es tan ecléctico como su música. Entrevista.
Es difícil, pero yo diría que soy un ladrón de géneros. Yo vengo de haber escuchado en casa a Atahualpa Yupanqui, Chavela Vargas, Beatles, Chet Baker, Nina Simone. Además, soy de Málaga y en mi casa se ha cantado flamenco de toda la vida. Mete todo eso en una coctelera, mezcla, remueve y eso es Zenet. Es decir, en mi forma de expresarse hay algo del desgarro del flamenco, igual que hay un desgarro también en Chavela Vargas, igual que hay un desgarro en el tango. Todas esas músicas del mundo son para mí, músicas del alma… Toda cultura tiene su música del alma y yo creo que todas ellas se interconectan por dentro. Bueno, dicho esto, ahora podría volver al principio y explicar por qué soy un ladrón de géneros: porque lo que yo hago es robar un aire de tango, un aire de bossa nova, un aire de ranchera, un aire de bolero y todo eso mezclarlo con el jazz. Esa sería mi música.
Usted, sin una gran disquera detrás, ha logrado internacionalizarse y eso es gracias a las redes…¿verdad?
Es un fenómeno tan bonito el que ocurre cuando la música de uno ya deja de pertenecerle a uno. Es decir, esa canción se escapa de ti, ya no es tuya, ya pertenece al mundo, a los demás y se escurre por todas las grietas donde sea posible. Evidentemente, es gracias a las redes sociales que llega muchísima gente. Es decir, yo te puedo contar una anécdota cuando todavía no había redes sociales: Con mi primer CD, por ejemplo, hubo un viajero que gustó de mi música, compró el disco físico y lo llevó a un bar de sushi en Japón. Que pasara esto era muy difícil. Tenía que llegar físicamente el cd hasta allí, en manos de alguien que hubiera estado en Madrid, que lo hubiera comprado y que hubiera decidido llevarlo. Hoy en día, gracias a las redes sociales, ocurren estas cosas tan bonitas y es una maravilla, porque te da a entender que sí, que es verdad, que ya no es tuya la canción.
¿Cuáles son sus tres canciones que usted siente que lo definen?
Definitivamente, “soñar contigo”, que es un poco la canción bandera, ya que es la más escuchada, la que más reproducciones tiene. Después, diría que “Quién sabe” que tiene un punch jazzístico muy interesante. Y después, “sé que estás pensando en mí”. Yo siempre a la hora de componer he sentido que hay lugares en los que nunca he estado y, aun así, puedo evocar los olores de ese lugar. “Sé que estás pensando en mí” es, para mí, la evocación de Nueva Orleans, un lugar donde nunca he estado y parece que, de alguna forma, en alguna vida estuve. Tiene ese toque de Nueva Orleans, del swing de Nueva Orleans muy antiguo, que suena a madera y a cuerda.
¿Le gusta más grabar en estudio o tocar en vivo?
Tengo muy claro que hay una cuestión homóloga, es decir, podríamos hacer la siguiente comparación: Estar en estudio se parece mucho a rodar una película. Puedes repetir la toma 37 veces. Puedes ser todo lo perfeccionista que tú quieras, porque el concepto es que tiene que quedar para la posteridad. Esto es muy interesante porque rodar cine es así de perfeccionista. Se trata de contar la mentira más perfecta para que quede una verdad maravillosa. Y fíjate que el vivo se parece al teatro. El actor me tiene que dar el pie y yo tengo que soltar mi frase. Y entre compañeros, el guion cada día está vivo. Depende cómo tú estés, hoy me darás el pie de una manera o de otra. Si te has enfadado con tu pareja, si has tenido un catarro, si estás divina y maravillosa, serán pies que estén vivos y que cada día sean diferentes… Y yo recogeré el pie de una manera o de otra. Igual pasa con una improvisación de jazz, tal y como la batería entrega la trompeta tal y como la guitarra me la entrega a mí, esa improvisación, está viva y para el público nunca va a haber una representación igual a otra.
¿Por qué siente que se demoró tanto en encontrar el sonido que quería?
Es una vida de búsqueda constante. Trabajé como actor, como artista plástico, he estado trabajando en barcos, he estado trabajando en muchos lugares diferentes. Estudié psicología hasta tercero. Lo dejé. Ahora la vida me ha devuelto otra vez al camino de la psicología y no solo eso, sino que reenganché con arteterapia y musicoterapia y escribí una tesis. La vida tiene, se imbrica con muchos caminos diferentes. Y no creo haberme demorado, porque yo creo que todo lo que llega, llega en el momento justo y exacto.
Su música logra llegarle a la gente de una manera muy especial ¿cómo se siente con esto?
Hace un tiempo una iradora que vino al meet and greet que tenemos después de la actuación lloraba y lloraba. Me dijo que le costaba explicarme cómo en algunos momentos muy malos durante la pandemia, mi música le había ayudado no solo con la compañía, sino que le había ayudado a entender el mundo de otra manera. A mí se me escapa de las manos. Evidentemente, lo más que puedo hacer es darle las gracias, darle un abrazo. Pero hay un punto que va más lejos de las palabras. Yo creo que los artistas a veces no nos damos cuenta de lo importante que es lo que hacemos. También te digo una cosa, creo que hay distintos tipos de músicas y distintos tipos de artistas que pretenden cosas diferentes. Hay artistas, por ejemplo, que solo pretenden nada más que divertir y no quieren nada más allá de eso.