James Rodríguez, de la euforia a la decepción en León de México: balance de su temporada

La vida de James Rodríguez en el León de México empezó con euforia, y optimismo; arrancó tan bien que parecía que sus dramas en sus últimos clubes quedaban atrás. Hizo seis asistencias y dos goles, pero en algún momento el panorama empezó a cambiar. León bajó el nivel imponente que traía y James empezó a ser intermitente, dejó de pesar. El domingo, el equipo, que ya había sido expulsado del Mundial de Clubes –un golpe de nocaut–, recibió una estocada final con la eliminación en la liguilla a manos del Cruz Azul. Punto final. James se quedó sin corona y el balance de su temporada terminó siendo amargo.

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A James, que cuando llegó a León despertó tantos elogios, le han dado mucho ‘palo’ en los últimos días y horas, le critican lo de siempre, que no corre mucho, pero además, que dejó de ser determinante para el equipo cuando más lo necesitaban. Cuando James llegó a León, enalteció al equipo y brilló con asistencias y una pegada precisa, con su zurda afinada y su cabeza centrada, y despertó elogios de la prensa, de sus compañeros y de sus rivales, pero el panorama fue cambiando para James; bajó su nivel y León se vino abajo. 

Ese equipo fuerte que lideraba el campeonato mexicano en el arranque y que parecía una máquina que no perdía, empezó a agrietarse. El presente que lo llevó a la eliminación es horroroso: de los últimos nueve partidos, ganó uno, empató uno y perdió siete...

La imagen de James empezó a cambiar, dejó de ser la estrella a ser el jugador criticado, sobre todo al haber tenido una serie de desencuentros, acciones infortunadas que en México calificaron como “pataletas”, por sus reiterados alegatos con los árbitros en reacción a las muchas faltas que recibía. Uno de esos arrebatos fue contra Monterrey y le costó una expulsión que lo sacó del partido de ida de cuartos contra Cruz Azul. 

La afición esperaba que en el juego de vuelta James fuera el mejor James, el que llegó, el que les prometieron, el que los ilusionó, pero James pasó casi inadvertido en este choque, sin asistencias, sin gol, sin ser la cabeza brillante del equipo, y León, que tanto dependía de su ‘10’ estelar, se estrelló.

En la retina del aficionado de León deben quedar ciertas pinceladas, esos toques de pelota que James conoce bien, por algo salió figura del equipo en varios compromisos (cinco veces en el equipo de la semana según Sofascore). No hizo muchos goles, apenas dos, pero sus asistencias fueron su sello. Su balance en términos de continuidad es bueno: jugó 17 partidos, 15 de titular. Es decir, tuvo continuidad, lo que no tenía en Rayo Vallecano, su anterior equipo. 

La certeza, al menos en los análisis de la prensa mexicana, es que el León se empezó a derrumbar con su pelea en oficinas para estar en el Mundial de Clubes, ese era el sueño de James para estar de nuevo en el escenario orbital. Pero cuando la Fifa anunció que León no podía competir por multipropiedad (pertenecer al mismo grupo dueño de Pachuca), tras resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo, el equipo no se pudo reponer. 

¿Se desmotivó James al saber que ya no iba a jugar el Mundial de Clubes? Al menos en la cancha ya era otro James. A León le quedaba la liguilla y buscar ser campeón, pero en esas instancias se vio absorbido por su mala racha, por el bajo nivel de varias de sus figuras y por un Cruz Azul que se vio mucho superior. 

El periodista mexicano Paco Montes analizó en sus redes sociales: “A @jamesdrodriguez claro que hay que exigirle por la figura que es, pero hay que darle el beneficio de la duda los 6 meses que le restan de contrato. Habrá que ver cómo lo respaldan con los refuerzos que deberían llegar al equipo”. 

El técnico Eduardo Berizzo ya afirmó: “James tiene contrato y seguirá con León”. ¿Será? Por ahora, la certeza es que el ‘10’ seguramente volverá con la Selección Colombia en los próximos partidos de la eliminatoria contra Perú y Argentina. Luego de eso, esperar que se siente a contemplar su futuro, a ver si se queda o si se va. 

PABLO ROMERO

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