En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Exclusivo suscriptores

¿Por qué la Cepal asegura que América Latina completará otra década perdida?

Seguir en una 'bicicleta estática' explica la insatisfacción de la gente. Análisis de Ricardo Ávila.

El paro a favor de cerrar el Congreso comenzará el martes.

El paro a favor de cerrar el Congreso comenzará el martes. Foto: EFE

Alt thumbnail

PERIODISTA ECONÓMICOActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Hay aniversarios que es mejor no celebrar. Así sucedió este año que termina cuando se cumplieron cuatro décadas desde aquel 13 de agosto de 1982 en el que México no pudo cumplir con el pago de sus obligaciones externas y desató la llamada “crisis de la deuda”, que acabaría siendo la antesala de la década perdida de América Latina.
El nombre hace referencia a un largo periodo de cuasiestancamiento en las economías de la región, el cual vino acompañado de un deterioro en las condiciones sociales. Obligados por las circunstancias, a numerosos países no les quedó más remedio que apretarse el cinturón y ensayar otra partitura que incluyó apertura comercial y privatización de activos estatales.
Si bien el presente es muy distinto al de la época mencionada, no faltan quienes ven similitudes. Una vez más, esta parte del mundo ha vuelto a perder velocidad.
De hecho, el jueves pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hizo una preocupante advertencia con motivo del balance anual propio de estas fechas. Según la entidad adscrita a las Naciones Unidas, las perspectivas de crecimiento regional apuntan a un magro 1,3 por ciento en 2023.
En caso de confirmarse el pronóstico, entre 2014 y el año que viene las naciones del área habrán tenido una expansión todavía menor que durante la década perdida: 0,9 por ciento en el lapso mencionado, frente al 2 por ciento registrado como promedio anual entre 1980 y 1989. Seguir en una especie de bicicleta estática explica, en gran medida, la insatisfacción de la ciudadanía con una realidad en la cual las mejoras brillan por su ausencia.

Falta de ritmo

La combinación de la guerra en Ucrania y la política de China de suprimir los focos de covid-19 a toda costa actuó como un lastre sobre la marcha del comercio internacional
Al respecto no faltará la observación de que la pandemia creó un enorme bache. Si bien eso es verdad, también resulta innegable que antes de que apareciera el covid-19 las cosas ya iban mal, pues el ritmo de expansión latinoamericano era inferior al 2 por ciento anual.
Para colmo de males, la emergencia sanitaria golpeó con particular virulencia a los países del área. Desde el punto de vista de la salud, la proporción de decesos se aproximó al 30 por ciento del total global, en una zona que alberga al 8 por ciento de la población mundial.
Y en lo económico, la contracción en 2020 fue la peor de la historia al acercarse al 7 por ciento, el doble de la observada en el planeta. El motivo fueron los confinamientos que, a pesar de lo extensos en tantos lugares, no evitaron la alta letalidad. Puesto de otra manera, la región se quedó con el pecado del virus y sin el género de mitigar la tormenta.
Una vez llegaron las vacunas y arrancó el periodo de la reactivación, esta acabó siendo más tímida que en otros continentes. Como consecuencia, al cierre del año pasado la región no había conseguido alcanzar aún el nivel que tenía el producto interno bruto en 2019, si bien unas pocas naciones como Colombia pudieron hacerlo.
De ahí que el retorno al punto de partida solo se vio en 2022, cuando el coletazo de los altos precios de los bienes primarios les ayudó a los exportadores de minerales y alimentos, mientras que en el Caribe la reacción positiva del turismo ayudó a olvidar la penuria de los cierres obligados. Según la Cepal, el crecimiento regional será de 3,7 por ciento este año, un número que podría calificarse de aceptable.
No obstante, hay realidades muy dispares. Para comenzar, está el caso extraordinario de Guyana, que, con un salto del 52 por ciento, será de lejos el país más dinámico del mundo en lo que atañe a desempeño económico. La razón es el desarrollo de los ricos yacimientos de hidrocarburos que le cambiarán la cara a un territorio en el que habitan menos de un millón de personas.
También llama la atención Venezuela, que ocupa el segundo lugar en la lista del mejor crecimiento regional, con una proyección del 12 por ciento. Aquí el motivo es que, tras años de caídas continúas, tuvo lugar una recuperación del sector petrolero que le ayudó al consumo interno. Por desgracia, este auge beneficia a una fracción mínima de la población.
No obstante el repunte, ha sido tanto lo que se ha perdido que la economía vecina tiene una fracción del tamaño que llegó a alcanzar en sus mejores años. Mientras en 1980 su tamaño duplicaba el de Colombia, ahora es una sexta parte y se encuentra incluso por debajo del de Uruguay.
Por cierto, estos dos últimos —Colombia y Uruguay— también sacaron calificaciones elevadas en 2022 respecto a su comportamiento, junto con Panamá y la República Dominicana. En contraste, Brasil y México —que en conjunto representan casi dos terceras partes de la economía latinoamericana— cerrarían este calendario con un modesto 2,9 por ciento, al tiempo que Perú y Chile —que llegaron a ser los de mostrar— estarían todavía más abajo.
Esa falta de ritmo está relacionada con varios elementos que comprenden un entorno internacional más desafiante. La combinación de la guerra en Ucrania y la política de China de suprimir los focos de covid-19 a toda costa actuó como un lastre sobre la marcha del comercio internacional. Adicionalmente, el aceleramiento de la inflación condujo a varios bancos centrales de la región a subir sus tasas de intereses de manera temprana y fuerte.
Como si eso no fuera suficiente, el Banco de la Reserva Federal en Washington apretó las clavijas para poner en cintura la carestía en Estados Unidos. El efecto colateral de esa determinación —que la semana pasada incluyó otro reajuste de medio punto porcentual en el costo de los fondos que presta la entidad— fue un fortalecimiento del dólar frente a la mayoría de las monedas y una importante salida de capitales desde el hemisferio sur hacia el norte, en busca de refugios más seguros.
En particular, condiciones financieras más desafiantes le hicieron la vida más difícil a América Latina, pues el peso de la deuda subió en forma considerable por cuenta de las medidas que se adoptaron para mitigar el impacto de la pandemia. Como resultado, servir esas obligaciones se lleva una tajada más grande de los presupuestos públicos y obliga a recortar los fondos asignados a otros segmentos de gasto.

Lo que viene

Debido a ello, las perspectivas globales siguen empeorando y hacen prever una expansión de apenas 2,6 por ciento, dice la Cepal. Además, las buenas cotizaciones que registraron los productos básicos no se ven en el horizonte, con lo cual para los exportadores de estos será difícil contrarrestar el clima hostil.
Incluso si, como parece, las presiones inflacionarias comienzan a ceder en la mayoría de las latitudes, los intereses se mantendrán elevados y el al crédito será limitado. A falta de un espacio fiscal holgado, lo que viene serán más ajustes. Esto se traducirá en una ralentización generalizada para Latinoamérica, aparte del ejemplo excepcional de Guyana.
De resto, ninguna de las naciones económicamente relevantes al sur del río Grande crecerá por encima del 5 por ciento el año que viene, de acuerdo con los cálculos de la Cepal. Sin ir más lejos, Colombia pasará de un desempeño excepcional del 8 por ciento a un tímido 1,5 por ciento, según el organismo internacional.
Como si eso no fuera suficiente, el riesgo es entrar en un círculo vicioso de deuda más costosa, que ocurre justo cuando se vencen compromisos por 462.000 millones de dólares. Sostiene Cepal que, si a lo anterior se le suma el desequilibrio en las cuentas de la balanza de pagos, las necesidades de financiamiento externo para 2023 se ubicarán en torno a los 571.000 millones de dólares.
Atraer inversión tampoco será fácil en este entorno, pues el atractivo para hacer negocios es menor debido al costo del capital y el clima global. A lo anterior hay que sumarle la turbulencia política, que no da muestras de disminuir.
Un ejemplo de estos días es el de Perú, tras la salida de Pedro Castillo de la presidencia y su posterior detención. Sin entrar a debatir lo sucedido, resulta incuestionable que protestas y bloqueos amenazan las operaciones mineras y la temporada turística de diciembre, pero en el largo plazo el daño apunta a ser mayor si no se dan las condiciones para invertir.
Lamentablemente, este tipo de turbulencias son más la norma que la excepción. Desde Chile hasta México, los antagonismos entre fuerzas opositoras, al igual que los extremismos, complican la toma de decisiones. Sigue abierta la posibilidad de que Lula da Silva en Brasil logre calmar las aguas una vez asuma el poder, aunque dado el clima de polarización, será un desafío de marca mayor.
Hacer los correctivos necesarios para lograr crecer a una velocidad adecuada exige liderazgo. Como lo recuerda la economista jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en la región, Marcela Meléndez, “el crecimiento económico de nuestros países ha sido históricamente mediocre, con pocas excepciones, porque hay problemas estructurales que no hemos solucionado”. Y agrega: “Tenemos marcos regulatorios que no facilitan la actividad productiva y mientras esto no se modifique seguiremos a merced de la coyuntura externa, que dista de ser la más favorable”.
Parte de la dificultad actual recae en la reticencia a adelantar reformas fundamentales. Mejorar la productividad y la competitividad pasa por implementar las enmiendas necesarias, algunas de las cuales generan resistencia en la población. Para muchos, los sacrificios del pasado no trajeron los beneficios prometidos, sino más desigualdad y un deterioro en los servicios estatales.
Como resultado, hablar en favor del mercado gana pocos adeptos. Por el contrario, la idea de que el Estado conseguirá enmendar la plana, impulsada por los presidentes de izquierda que constituyen la llamada ‘marea rosa’, sigue en boga.
La marcha de la economía acaba siendo determinante en el funcionamiento de la gobernabilidad
Sin embargo, el giro más negativo de todos es de las consignas populistas que son ahora la constante y no tienen color político, pues unos y otros las ponen en práctica. Una vez más, el “gire ahora y no importa quién pague después” se impone como manera de aferrarse al poder.
Pero quienes se comportan así, olvidan las enseñanzas de la historia que muestra cómo el péndulo de la opinión se ve influido por la marcha de la economía. A la luz de la recesión causada por la pandemia, en las últimas 15 elecciones de mandatarios en América Latina, los triunfadores han sido candidatos que no representaban el continuismo.
La misma norma seguirá operando en caso de que los que hoy mandan no logren mejorar el estado de las cosas. Y mejorarlo quiere decir poner la inflación en cintura, generar condiciones para la creación de empleo e inspirar confianza en el futuro, entre otras prioridades. Puntos clave como combatir corrupción e inseguridad, además de trabajar por inclusión y sostenibilidad, también entran en una ecuación que incluye muchas variables incompatibles con gobiernos cortoplacistas.
Por lo anterior, la marcha de la economía acaba siendo determinante en el funcionamiento de la gobernabilidad. Es verdad que un crecimiento económico significativo no resulta suficiente, pero sí es una condición necesaria para asegurar un mayor bienestar y estabilidad institucional a largo plazo.
Obviamente, los electores entienden que hay periodos buenos y otros que no lo son. Pero una cosa es perder el año y otra perder la década. Por ese motivo, los analistas miran con el ceño fruncido a una América Latina que no ve la luz al final del túnel, con todas las incertidumbres y los peligros que ello implica.
RICARDO ÁVILA
Especial para EL TIEMPO

Sigue toda la información de Economía en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.