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Los avances y las deudas económicas de Colombia en lo que va del siglo XXI
Según una evaluación de Fasecolda tambíen hay que mejorar en productividad y la tributación.
La iniciativa de Black Friday Colombia busca impulsar la economía y el comercio electrónico del país. Foto: istock
En lo corrido del presente siglo, Colombia no ha logrado tener éxito en la reducción de pobreza. De hecho, no hay un gobierno, de los cinco que ha tenido el país, que se diferencie por su éxito en este aspecto en los últimos 20 años. Así lo revela un documento de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) que hace una evaluación de los últimos periodos presidenciales del país, con los cambios económicos más importantes que ocurrieron en cada istración
El camino que se ha recortado en pobreza no ha sido suficiente, pues si bien la tendencia a partir del 2004 mostraba una reducción, la pandemia volvió a ampliar la brecha. Y mientras en otros países de América Latina como Brasil y Chile el indicador siguió disminuyendo y en Argentina, México y Perú creció menos de 1,5 puntos porcentuales, en Colombia se dio el mayor impacto negativo de la pandemia en la pobreza y solo en el cambio del segundo gobierno de Juan Manuel Santos a Iván Duque tuvo un incremento en 5.4 puntos porcentuales.
El nivel del 56,3 por ciento en el 2002 solo ha llegado como mínimo a 34,2 por ciento en el segundo gobierno de Juan Manuel Santos y al cierre del 2020 quedó en 39,5 por ciento. La tasa de pobreza del país es más alta que la de Latinoamérica en 20 años, en promedio en Colombia está en 43,3 por ciento mientras que en la región fue de 36,4 por ciento.
De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, el gasto público social como porcentaje del PIB para sus países muestra que las economías desarrolladas tienen unos sistemas de bienestar más grandes que los de las economías en desarrollo y que si bien es deseable cerrar las brechas para mejorar las condiciones de vida de la población; pero lograrlo, implica grandes esfuerzos en diversos campos, especialmente en la tributación y en la eficiencia, calidad y focalización del gasto público. Para comprar mientras la media de la OCDE es del 20 por ciento del del PIB y Francia, Finlandia, Bélgica e Italia tienen un nivel de gasto superior al 28 por ciento, en Colombia, Chile, México y Turquía están del 13 por ciento hacia abajo.
En Colombia, la parte que esta variable creció en 5,5 puntos del PIB entre 2002 y 2020 pero la mayor parte de ese incremento (3,0 puntos) se registró en la istración Duque y específicamente en el 2020 por la pandemia.
El balance muestra varios objetivos para el inicio del año y también enumera logros como la reducción de la tasa de desempleo o el incremento de las exportaciones del país en las dos primeras décadas del siglo XXI.
En los pendientes Colombia tiene que mejorar su productividad, pues a pesar de decisiones como la creación del Consejo Privado de Competitividad y del Sistema Nacional de Competitividad e Innovación, los resultados en esa materia no son los ideales.
"Ni la productividad laboral ni las productividades sectoriales crecen de forma estable y las brechas con los países de referencia se mantienen o tienden a crecer. El tema es tan importante, que debería ser un debate esencial del país en la búsqueda de
soluciones que permitan superar las trabas al crecimiento", establece el informe.
Otro de los aspectos a mejorar está en las comparaciones internacionales también muestran que Colombia es un país con baja tributación. "Queremos vivir como en Dinamarca, pero con los tributos de Cundinamarca. Hay falencias en la estructura tributaria que demandan una reforma estructural que se aplaza año tras año porque la economía política la hace inviable", dice Hernán Avendaño Cruz, el director de Estudios Económicos de Fasecolda.
En cuanto a la educación y formación para el trabajo si bien hay reducción de la pobreza y avances en las tasas brutas de escolaridad en primaria y secundaria y un poco menos en terciaria; Así que se debe garantizar la calidad y pertinencia en todos los niveles.
En el foro se habló de la importancia de los proyectos de infraestructura y minería para generar empleos. Foto:iStock
Los cambios que ha tenido el país
El periodo de 20 años de los cuatro gobiernos registró un promedio de crecimiento anual de 4,0 por ciento (promedio simple, incluyendo proyección oficial de 2022), que era superior al promedio de 3,1 por ciento de los cuatro gobiernos anteriores.
En el cuatrienio que antecedió a los incluidos en el análisis, es decir el gobierno de Andrés Pastrana, la economía apenas creció el 0,7 por ciento promedio anual. En 1999 el PIB cayó en 4,2.
En términos generales, durante el periodo 2002-2022 el PIB per cápita de Colombia se multiplicó 2,5 veces, mientras que, por ejemplo y para comprar, el de países como Ghana y Etiopía lo hizo por 9,1 y 7,8 respectivamente.
Uno de los aspectos que los economistas señalan como fuente del crecimiento estable de una economía es la productividad total de los factores (PTF) que es la diferencia
entre la tasa de crecimiento del PIB y la contribución que hacen los factores trabajo y capital.
El estudio dice que uno de los comentarios frecuentes es que la productividad del país es muy baja y por esa razón la economía no logra un ritmo más
acelerado que permita mayores avances en el bienestar. Un estudio de Fedesarrollo, de hecho, calculó que la PTF de Colombia para el periodo 1990-2014 fue -
0,1 por ciento, es decir, que restó ese porcentaje al crecimiento medio observado.
Al examinar el coeficiente de apertura de la economía de Colombia en esos 20 años, fluctúa en un rango entre el 33 y el 41 por ciento, en el caso del segundo Gobierno de Uribe se ve una reducción por efecto de la crisis mundial del 2008-2009, y en el segundo periodo de Juan Manuel Santos, la disminución es por el choque petrolero.
Entre 2002 y 2022 las exportaciones se multiplicaron 4,1 veces, se registró una tasa media anual de crecimiento del 7,3 por ciento. En 2012 , las exportaciones colombianas alcanzaron un máximo histórico de 60.125 millones de dólares; lo cuál entre el 2002-2012 da un crecimiento del 17,5 por ciento. Las ventas minero energéticas crecieron a una tasa media anual del 24,3 por ciento, mientras que las no mineras lo hicieron al 9,3 por ciento.
Pero, del 2012 al 2022, las exportaciones totales cayeron al 2,0 por ciento anual, debido a que se redujo en una tasa del 3,3 por ciento promedio anual la participación de los productos minero energéticos, mientras los no mineros crecieron al 1,8 por ciento anual.
Entre la bonanza y la crisis
En la evaluación del comercio exterior se destaca que el auge de precios internacionales de los productos básicos, que se observó durante los años de las istraciones de Álvaro Uribe y la primera de Juan Manuel Santos, muestra una mejora en los precios de intercambio para Colombia, lo que repercutió en el incremento de la tasa de crecimiento de la economía hasta niveles similares a los de la década de los ochenta.
"Pero la bonanza se gastó; repitiendo otras historias del pasado, los gobiernos beneficiados con los buenos precios los percibieron como si fueran permanentes, de forma que su final trajo consecuencias negativas. El auge de la economía no se plasmó en la reducción acelerada de las tasas de desempleo y de informalidad; el comercio exterior se concentró más en minero energéticos y no se aprovecharon los recursos para ahorrar, sanear las finanzas públicas y realizar la reforma tributaria estructural que se requiere desde hace tiempo", detalla el informe.
El documento apunta que el valor de las importaciones totales del país se multiplicó 6.1 veces entre 2002 y 2022, superando el multiplicador de las exportaciones (4,1 veces); su tasa media anual del crecimiento fue del 9,5 por ciento, también mayor que la de las exportaciones (7,3 por ciento).
“En lo corrido del presente siglo, Colombia pasó de tener un saldo de la balanza comercial en relativo equilibrio a tener un déficit enorme. Esto se debe a que tras el auge de precios de los productos básicos, el país estaba en un superávit moderado, con un déficit temporal por los efectos de la crisis mundial de 2008. De esta forma, en casi todos los años de Uribe el resultado neto fue positivo. Pero desde finales del primer periodo de Santos y hasta Duque predominan los saldos negativos como consecuencia del choque petrolero y de la pandemia del covid-19”, dice.
El desglose de los ingresos tributarios muestra que el 82 por ciento de los recaudos provienen del impuesto de renta y del IVA; incluso en 2021 alcanzó al 88 por ciento del total.
El impuesto del IVA era la principal fuente del recaudo al final de la istración Pastrana, en las de Uribe y Santos, solo en el Gobierno Duque esa posición fue del impuesto de renta.
Al comparar el último año de cada gobierno, los mayores incrementos en el impuesto de renta se registraron en el primer periodo de Uribe (1,37 puntos del PIB) y en el segundo de Santos (1,54 puntos del PIB); solo en el segundo de Uribe hubo una caída en ese impuesto de -0.7 puntos del PIB.
Entre los avances institucionales, el informe destaca: el establecimiento de la regla fiscal, el Marco Fiscal de Mediano Plazo y la creación del Comité Autónomo de la Regla Fiscal.
En ese sentido apunta que Colombia se acostumbró a que en promedio se tramita una ley de reforma tributaria cada 20 meses y que esto ha dado lugar al establecimiento de impuestos 'antitécnicos', como el caso del gravamen a los movimientos financieros (GMF), o de volver permanentes aquellos que fueron establecidos como temporales.
"Entre 2002 y 2021 se presentaron 11 reformas, que aspiraban a recaudar, en promedio, un punto del PIB cada una; de haberse cumplido esas expectativas, los ingresos tributarios del gobierno, sin incluir seguridad social, estarían alrededor del 21 por ciento del PIB y no del 14 por ciento actual. En el mismo lapso, según las cifras oficiales, los ingresos tributarios del gobierno central se incrementaron en 2,7 puntos del PIB, lo que permite deducir que en promedio cada una de esas reformas aportó 0,22 puntos del PIB", detalla.
En el terreno positivo se destaca, la implementación de programas como los de transferencias monetarias, la creación de la Banca de las Oportunidades y la promoción de las microfinanzas, también los avances sustanciales en los acuerdos comerciales, la posibilidad del 'nearshoring' y el potencial como proveedor de alimentos y productos libres de plaguicidas que no contaminan el ambiente.
En el caso de evolución de la tasa de desempleo, el promedio del año 2000 fue del 20,2 por ciento; en el 2002, que es el año de referencia para el primer periodo de Uribe apenas había descendido a un promedio de 17,7 por ciento. Fueron necesarios 11 años para llegar a tasas de un dígito en 2013, lo que refleja una media de 0,55 puntos porcentuales por año. En 2020 y por pandemia, la tasa de desempleo llegó a 15,9 por ciento.
Para el informe, el punto a mejorar sobre el trabajo es que no se ha logrado una sólida dinámica del mercado laboral que lleve a la generación de muchos más empleos con el crecimiento de la economía.
La tasa de la informalidad mejora, pero su cambio no es significativo paso del 67,9 por ciento en 2010 a 63,2 por ciento en 2020, mientras que en Argentina no supera el 49 por ciento, en Brasil el 46 por ciento o en México el 60,5 por ciento.
Existe también un problema con las pensiones. En 2020 el 70 por ciento de los adultos mayores no contaban con una pensión suficiente. Al inicio del primer gobierno Uribe, el indicador era superior al 80 por ciento y si bien, en todas las cinco istraciones se ha mantenido una tendencia descendente, no ha sido inferior al 70 por ciento del cierre del gobierno Duque.
Para el cierre del documento, detallan que dejar políticas que han resultados favorables para el país solo por el cambio de Gobierno, no es el camino, "ya que son pocas las políticas y programas que sobreviven a varias istraciones. La intención de la evaluación es hacer un compromiso sobre los cambios que se requieren en el país para beneficiar a la mayoría y también dejar que la torta de la economía crezca y beneficie a toda la población", puntualiza.