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En cinco años se han impuesto 2,9 millones de comparendos por exceso de velocidad
Gobierno busca una solución con el Plan Nacional para la Gestión de la Velocidad.
El comparendo es una citación que se hace al presunto infractor de una norma de tránsito. Foto: Archivo EL TIEMPO
Entre el año 2017 y agosto pasado, en Colombia murieron 46.007 personas en accidentes de tránsito. Para entender la magnitud de esta grave situación, esa cifra se acerca al número total de habitantes de municipios como Chaparral (Tolima), San Onofre (Sucre) o Villa María (Caldas).
El 40 por ciento de los siniestros viales que cuentan con información de causa probable está asociado al exceso de velocidad como factor de riesgo. Y la población con mayor participación en las fatalidades por esta conducta oscila entre los 15 y 30 años.
El exceso de velocidad y el adelanto en sitios prohibidos son algunas de las infracciones más frecuentes en el país Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Los datos revelados por el Observatorio de Seguridad Vial y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) demuestran que el exceso de velocidad es una conducta recurrente en todas las regiones del país. En promedio el 35 por ciento de conductores y motociclistas sobrepasan los límites en zonas urbanas y carreteras.
Entre el año 2017 y 2021, conducir un vehículo a velocidad superior a la permitida fue la principal infracción de tránsito. Por esta causa se impusieron cerca de 2,9 millones de comparendos, lo que indica que en promedio hay 575.000 comparendos por año por exceso de velocidad.
Durante ese mismo lapso ocurrieron 16.182 accidentes con la hipótesis exceso de velocidad, de los cuales un 45,4 por ciento tuvo al menos un herido y un 7,6 por ciento un fallecido. Esto, según la ANSV, indica que en 4 de cada 10 siniestros por exceso de velocidad hay lesionados y en cerca de 1 de cada 10 siniestros hay un muerto.
No respetar los límites de velocidad y desobedecer las señales de tránsito son conductas que comparten el primer lugar, con 39 por ciento cada uno, y a las cuales se les atribuye la principal hipótesis sobre las causas de la accidentalidad vial en el país.
El control no se encuentra alineado con las fatalidades por exceso de velocidad
Otro dato interesante es que, al analizar los comparendos frente a la cifra de fallecidos por exceso de velocidad, se observa que en términos generales estos se imponen de manera uniforme durante todos los días, pero las muertes aumentan de forma considerable durante el fin de semana.
Lo anterior, dice la ANSV, “indica que el control no se encuentra alineado con las fatalidades por exceso de velocidad, lo cual refleja la importancia y necesidad de realizar análisis de datos para diseñar operativos de control efectivos”.
Con base en estos datos estadísticos, estudios y a través de encuestas que se consolidaron en el último año, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Transporte, expidió la Resolución 20233040025895, mediante la cual se crean los Planes de Gestión de la Velocidad para municipios, áreas metropolitanas, distritos y departamentos.
Esta iniciativa, además, hace parte de los compromisos adquiridos por el Estado colombiano con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, el cual plantea cinco pilares estratégicos que deben ser tenidos en cuenta por todos los Estados para la reducción de muertes relacionadas con siniestros de tránsito.
El Plan de Gestión de la Velocidad está enmarcado dentro de unos de esos pilares denominado “s de las vías de tránsito más seguros”, en el que se resalta la necesidad de adoptar medidas para el establecimiento y el respeto a los límites de velocidad y en general la necesidad de gestionar este factor de riesgo”.
El compromiso para todos los países es claro: para 2030, reducir a la mitad la proporción de vehículos que circulan a una velocidad superior a la máxima fijada y lograr reducir los traumatismos y las muertes por exceso de velocidad.
comparendo Foto:iStock
¿Podrá cumplirlo el país? En la década pasada, en el compromiso de reducir las muertes en accidentes de tránsito a la mitad se falló. Por el contrario, aumentó el número de víctimas. Entre los años 2011 y 2021, más de 64.000 personas murieron en Colombia en estos siniestros.
El punto es que la puesta en marcha de esta política para la gestión de la velocidad queda en manos de los mandatarios locales, distritales y departamentales, y por lo que se puede apreciar en ciudades como Neiva, en donde las señales de tránsito parecieran ser mobiliario de decoración, los conductores y motociclistas hacen lo que quieren y no hay autoridad. En ese caos que se repite en casi todo el país, reducir la siniestralidad vial es todo un desafío.
(Lea todo lo relacionado con la información de vehículos en este enlace)
En todo caso, sobre el papel queda el Plan de Gestión de la Velocidad que contiene, a rasgos generales, varias áreas de acción. La primera de ellas, velocidades seguras, que consiste en fomentar la conducción de vehículos a velocidades seguras en las vías. Otro punto son los vehículos seguros, es decir, que los carros y motos nuevos que se comercialicen en el país cumplan con los estándares mínimos de asistencias a la conducción de manera obligatoria, tales como controles de estabilidad, frenos ABS, detección de puntos ciegos e impacto frontal y frenado autónomo de emergencia, entre otros.
Otros elementos claves que quedan consignados en el documento son el de infraestructura vial segura, que tiene que ver con el diseño y construcción de las carreteras en las que se privilegie la protección de todos los s. Mitigar el riesgo en lugares, tramos y sectores críticos de siniestralidad; y por último, el uso de tecnologías y procesos de alto reconocimiento internacional en dispositivos y señalización.
A partir de ahora, a los alcaldes y gobernadores les queda la tarea de formular sus respectivos planes de acción, que una vez sean aprobados y adoptados tendrán una asistencia técnica por parta de entidades como la ANSV y un horizonte temporal hasta 2031 con acciones y metas específicas en búsqueda de la disminución de las víctimas fatales.
Tres conceptos claves
Sistema seguro: es un enfoque cuyo objetivo es eliminar las fatalidades y lesiones graves para todos los actores viales. Para lograr esto, propone abordar la gestión de la seguridad vial a través de una visión holística, la cual tenga como premisa perdonar el error humano y limitar al máximo las energías de impacto que recibe el cuerpo humano en un siniestro. (Federal Highway istration, 2022).
La Policía ha sancionado a 2.517 conductores por no acatar las normas. Foto:Archivo / EL TIEMPO
Velocidad adecuada: es la velocidad a la cual se conduce un vehículo dentro de los límites definidos, de acuerdo con las condiciones que se presentan en la vía (climáticas, de infraestructura), el entorno (urbano, rural, pasos urbanos) y la interacción con los otros actores viales. En este sentido, la velocidad adecuada es segura para todos los s de la vía, en la medida que considera el error humano, y, en consecuencia, mitiga el riesgo de ocurrencia de un siniestro o, en el caso de presentarse evita lesiones graves o fatalidades.
Visión cero: es un movimiento global que busca dar fin a las fatalidades y lesiones graves por siniestros viales, adoptando un enfoque sistémico para la gestión de la seguridad vial. La premisa de la estrategia visión cero es que las muertes y lesiones en las vías son inaceptables y prevenibles.