Si la economía venezolana creciera a un ritmo promedio de 5 por ciento anual en los próximos años, tal como lo estima la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que lo hará en este 2022, habría que esperar, como mínimo, hasta el 2052 para volver a ver los niveles de producción que el vecino país traía en el 2013, año en el que su producto interno bruto (PIB) avanzó solo un 1,3 por ciento, justo antes del desplome de los últimos años.
En efecto, la economía venezolana se contrajo durante 8 años consecutivos (2014 -2021), periodo en el que la destrucción de valor, producto de las políticas restrictivas implementadas por el régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
En el 2021, solo producía el 22 por ciento de lo que llegó a generar en el 2013. Significa que, en estos últimos 8 años, bajo ese régimen, se perdió el 78 por ciento del tamaño de toda la economía de ese país.
Sin duda, el 5 por ciento de crecimiento que prevé la Cepal para Venezuela este año significa un mínimo terreno recuperado aún muy por debajo de lo que se crece en otros países de la región como Colombia.
El mismo organismo estima que el crecimiento por cada habitante en Colombia será de 1,1 millones de pesos, el triple del esperado para el vecino país.
Si bien el de Venezuela será el tercer mayor crecimiento económico entre una veintena de países de Latinoamérica, incluso levemente por encima del previsto por la Cepal para Colombia (4,8 por ciento), aún estaría 77 por ciento por debajo de su producción de 9 años atrás, es decir, al nivel de producción del 2022 le haría falta una expansión de 433 por ciento para retornar a la actividad del 2013.
Las recientes medidas adoptadas por Nicolás Maduro, para tratar de corregir la debacle ocasionada en más de una década de acciones erradas que llevó a esta economía a caer un 30 por ciento en el 2020, así como la invasión rusa a Ucrania, que promete reactivar la menguada industria petrolera, le darían un nuevo impulso a Venezuela.
Otras apuestas
Por ejemplo, Credit Suisse estima que Venezuela podría crecer 20 por ciento impulsado, principalmente, por cambios en el suministro mundial de petróleo y los altos costos de esta materia prima debido al conflicto Rusia-Ucrania, pero, además, por mayores recaudos de impuestos, entre otras razones derivadas de los ajustes internos realizados.
Los cálculos del banco de inversión por recaudación de impuestos en términos de dólares podría crecer más de 40 por ciento este año.
Como se sabe, el uso del dólar se ha vuelto un hecho común en dicho país, en tanto el Gobierno ha hecho un millonario esfuerzo en mantener la estabilidad entre las dos monedas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, hizo un ajuste en las proyecciones sobre el vecino país y, de una caída prevista en un comienzo, ahora prevé que tendrá este año un leve repunte de 1,5 por ciento.
Otras entidades ven que el PIB venezolano podría alcanzar este 2022 un repunte del 9 por ciento, como lo señala Focus Economics u 8 por ciento, que es la estimación de la firma Ecoanalítica, que coinciden con la proyección de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
A la mejora de las condiciones económicas de Venezuela también contribuiría el alivio en algunas sanciones impuestas por Estados Unidos al vecino país, tal como lo hizo saber Joe Biden al anunciar que concedería una licencia limitada a la petrolera Chevron, que le permitirá a la empresa extraer y vender petróleo venezolano.
Llamado a la inversión
Desde Colombia algunos analistas ven con optimismo las posibilidades de que la economía venezolana pueda salir del terreno negativo en el que ha permanecido en los últimos años.
Andrés Langebaek Rueda, director Ejecutivo de Estudios Económicos Grupo Bolívar, señala que la economía venezolana comienza a tener signos importantes de reactivación, siendo la principal mejora el hecho de que el banco central de ese país (BCV) dejó de financiar al Gobierno, que era la mayor causa de la hiperinflación observada allí.
Agrega que, debido a que su déficit fiscal es prácticamente cero, porque no tiene cómo financiar excesos de gastos sobre ingresos ya que nadie les presta, esto ha llevado a modificaciones sustanciales en la economía, como ajustes en precios de la gasolina y desmonte de subsidios.
“Hoy es una economía que trabaja con inflación mucho más baja, unas finanzas públicas que no son un peligro en la medida que el déficit es casi cero. También ha habido alguna apertura por parte del Gobierno en cuanto a apertura de precios y medidas para atraer inversionistas”, precisa el economista.
Precisamente, desde el año pasado Maduro ha insistido a los inversionistas externos para que retornen a Venezuela con sus capitales garantizándoles todas las condiciones para hacerlo, como lo hizo en reciente oportunidad.
Ese es un paso fundamental para la recuperación de la economía del vecino país, coinciden los analistas, pues como lo mencionaba el economista de Grupo Bolívar, en este momento no tiene quién le preste.
“La economía (venezolana) necesita un fuerte componente de inversión para salir adelante, por eso es el llamado del Gobierno (y) mientras eso no se dé, esa economía permanecerá estancada”, sostiene Munir Jalil, director de Investigaciones Económicas para la Región Andina de BTG Pactual.
Por eso, advierte el experto que el paso tomado por el Gobierno venezolano tiene sentido, pues después de muchos años de ver su economía implosionar producto de la falta de inversión en todos los sectores productivos, se hace necesario volver a atraer esa inversión con el fin de revitalizar una economía que hoy en día depende más que nunca de su renta petrolera.
La semana anterior, en una alocución, Maduro dijo que a partir del lunes 16 de mayo, entre 5 y 10 por ciento de las acciones de empresas públicas se ofertarían en la Bolsa de Valores de Caracas “a fin de estimular la inversión nacional e internacional”.
Y dijo, además: “Necesitamos capital para el desarrollo de las empresas públicas”, resaltando que estaba abierto a “nuevas propuestas y visiones para que Venezuela se recupere”.
En Avianca y otras aerolíneas que en el pasado operaron allí han dicho que su regreso depende de las garantías que brinde el gobierno de ese país.
Los analistas consultados coinciden en señalar que la falta de estabilidad jurídica, las reglas claras de juego, la debilidad de las instituciones y la falta de credibilidad en estas son los principales temas con los que deben lidiar los inversionistas, quienes a todas luces deben considerar esas nuevas apuestas como de alto riesgo.
"Desde el punto de vista de los riesgos es importante y es necesario ver bajo qué condiciones se hace este llamado a los empresarios colombianos, saber cuáles son las reglas, el marco institucional y la seguridad jurídica que se está ofreciendo para darles no volver a repetir los problemas del pasado que los llevaron a incurrir en millonarias pérdidas", señaló Anwar Rodríguez, vicepresidente del centro de estudios económicos Anif.
"El gran problema que creo que existe en Venezuela y sigue siendo vigente es que las normas y las instituciones son muy débiles y así como existe el deseo de atraer nuevos capitales este podría cambiar muy rápido en el futuro porque no hay una división de poderes establecida, no hay confianza en el sistema judicial. Así, en caso de que surjan disputas entre los inversionistas y el gobierno, tampoco hay recursos del estado para generar indemnizaciones por lucro cesante o por pérdida de las utilidades generado si no hubiera habido la expropiación… es un paso, pero hay que considerar muchas limitaciones", dice por su parte Langaebaek Rueda, de Grupo Bolívar.
El Tiempo