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'A los pacifistas radicales, la compra de armas nos suena negativo’

El presidente de Indepaz, Camilo González, muestra su inconformidad frente a la violencia de 2022.

Camilo González, presidente de Indepaz

Camilo González, presidente de Indepaz Foto: Claudia Rubio

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“Cada vez pesa más la violencia mafiosa”, aseguró Camilo González Posso, presidente de Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz), al hacer el balance de la violencia durante el 2022 y exponer sus expectativas para el futuro cercano.
En diálogo con EL TIEMPO, González habló de la intención del presidente Gustavo Petro de renovar la flota de aviones Kfir, algo que, desde su posición pacifista, no comparte. También expuso su radiografía cuantitativa y cualitativa del conflicto armado en un año marcado por el cambio de Gobierno, sobre el cual asegura que no ha representado variaciones notables con respecto al asesinato de líderes sociales: “No se puede decir que hay un cambio de la tendencia”.
¿Cómo termina el 2022, según Indepaz?
Este 2022, en lo que tiene que ver con paz y conflictividades, termina con un balance que es positivo en el terreno político y social, y muy problemático en el terreno de las violencias armadas. En lo político y social se ha logrado una gran unidad alrededor del propósito de paz y de reducir las polarizaciones. Eso se expresó en las elecciones, no solamente en los votos del Pacto Histórico, también en los votos por Rodolfo Hernández y en una opinión nacional que mayoritariamente se ha unificado alrededor de rechazar la guerra, la corrupción, la violencia y las acciones armadas
¿Y cuál es el balance de la violencia?
Tenemos resultados bastante contradictorios. Por un lado, ha continuado el reagrupamiento de las estructuras mayores, que llaman de alto impacto, o grupos armados organizados, los que este año han tenido movilidad hasta en 345 municipios.
El año pasado fueron 332 para los narcoparamilitares o sucesores del paramilitarismo. Asimismo, se ha incrementado en una cifra cercana al 14 por ciento la movilidad municipal de los grupos pos-Farc. La que se ha reducido este año ha sido la del Eln, pero esa es una reconfiguración que tiene articulaciones con un avispero de pequeños grupos que están marcando dinámicas violentas en muchos territorios.
¿Cómo termina el año en materia de violencia contra líderes sociales?
En el último registro formal, tenemos 189 líderes asesinados hasta el 29 de diciembre. El año pasado terminamos en 171. En cuanto a personas en proceso de reincorporaciones y combatientes, este año vamos en 43 asesinados. El año pasado terminamos en 53. En el tema de masacres, vamos en 94. El año pasado terminamos en 95. En cuanto a desplazamientos forzados, estamos en el orden de 72.000 para los dos años.
¿Qué le falta concretar a este Gobierno para lograr una ‘paz total’?
Hemos hecho una comparación de lo que son los primeros cuatro meses y medio de gobierno de Gustavo Petro con los cuatro meses y medio anteriores para ver si hay alguna variación de tendencia. En lo que se refiere a los asesinatos de líderes sociales, desde mayo se venía dando una disminución. Esta tiene una subida en el mes de octubre, pero en noviembre y diciembre ha vuelto a caer. Eso quiere decir que en el conjunto del año aunque hubo un pico muy alto en febrero, la tendencia se estabilizó. Son 82 líderes asesinados de marzo a julio y 73 de agosto a diciembre. No se puede decir que hay un cambio de la tendencia. En los asesinatos de firmantes hay una caída, aunque la situación es muy preocupante en el mes de diciembre, que volvieron a dispararse. Hubo 25 firmantes asesinados en los meses anteriores, equivalentes al gobierno de Iván Duque, y 10 firmantes asesinados en los cinco meses iniciales de Petro.
Las mujeres, según el Registro Único de Víctimas, han sido más victimizadas que los hombres en el marco del conflicto...
Esa tendencia sigue y se victimiza en mayor medida a las mujeres. Sigue abriéndose la brecha porque, además, no cambian los patrones fundamentales. Eso tiene que ver con cosas muy estructurales de machismo, patriarcado y utilización del cuerpo de la mujer como elemento de guerra. El elemento nuevo en las dinámicas de violencia es que cada vez pesa más la violencia mafiosa.
Hay inseguridad para los líderes sociales, y ahora hay un escándalo que rodea a la UNP…
Imagínese. Si la Sociedad de Activos Especiales se corrompe… allí han sido denunciadas, desde organizaciones de derechos humanos, situaciones de corrupción y, además, inseguridad interna por los sistemas de contratación. Hay unas mafias políticas que han pretendido controlar los contratos de vehículos y de vinculación de personal.
Un informe de la JEP dice que hay frentes del Eln que podrían sabotear los diálogos…
Ese informe habla de seis columnas, la mayor parte de ellas en el Chocó, otras dos en la zona del frente oriental y otra del frente central. Esos grupos representarían menos del 5 por ciento de la realidad interna del Eln. Está por verse qué nivel de autonomía y de insubordinación tienen. No puede afirmarse que el Eln esté dividido o que no responda al mando central. El presupuesto con el cual se ha trabajado es que quienes están en la mesa representan al Eln. Vamos a ver.
¿Cómo lee el anuncio de este Gobierno de renovar los Kfir?
Para quienes somos pacifistas radicales, todo lo que sea compra de armas y justificación de armamentismo nos suena negativo, peor en un mundo en el que están en una ofensiva de guerra como lo que estamos viendo en Europa. Ahora, hay otro asunto que se puede discutir y es que efectivamente las Fuerzas Militares tienen que renovar equipos, el asunto es a qué ritmo, con qué costos y cuándo, y sobre eso hay un acuerdo con quienes dicen que esas compras deben hacerse restructurando los presupuestos, y a plazos de 50 años, de modo que no tengan impactos en los déficits presupuestales y en los gastos sociales necesarios.
¿Cómo ve la situación en la frontera con Venezuela?
La frontera con Venezuela ha estado supremamente caliente desde hace varios años, y este año ha tenido una situación muy crítica no solamente en la parte de Arauca, sino hacia el lado del Perijá y demás. Los anuncios de restablecimiento de comercio y relaciones consulares están presionando por disminución de confrontaciones, y efectivamente hay una disminución de hechos como los que se venían produciendo en Apure. Hay una mayor comunicación entre las Fuerzas Armadas Bolivarianas y el Ejército colombiano para coordinar acciones, y hay una presión muy fuerte sobre el Eln y los grupos pos-Farc que están del lado venezolano.
¿Y en el caso de Ecuador?
La situación de Ecuador sigue siendo muy crítica, tenemos que por la zona que va entre Buenaventura y Tumaco se dice que sale, según la DEA, el 70 por ciento de la cocaína que se exporta de Colombia, por la frontera con Venezuela sale el siete por ciento, lo demás por el Caribe, y hacia el sur por Brasil. Pero quiere decir que parte de ese 70 por ciento, que podemos hablar de alrededor de mil toneladas métricas de cocaína al año, sale es por Ecuador. Hay que ver la ruta de Guayaquil y Esmeraldas, se ha narcotizado la situación en Ecuador por presencia de mafias colombianas, pero también ecuatorianas que prestan colaboración, y eso está calentando la situación en Ecuador.
A propósito de los cultivos, ¿qué opina de sustituirlos de manera gradual?
Petro utilizó la expresión de que a las familias campesinas que tienen coca se les daría proyectos, y se iría con ellos gradualmente haciendo sustitución por otras actividades, al mismo tiempo, él les dijo sí a los indígenas que pidieron que no hubiera coca en sus territorios. Entonces hay que entender que en esa parte de la gradualidad, hay también una selectividad. Eso se complementa con lo que han afirmado el presidente y el director del Pnis, sobre una política dura frente a los grandes cultivos de los narcotraficantes. Por lo menos el 25 por ciento de la producción de hoja de coca la están haciendo los narcotraficantes de manera directa, frente a lo cual se viene aplicando la erradicación forzada y el Gobierno ha anunciado mano dura en ese sentido. Hay que leer bien el mensaje que ha dado el presidente.
¿Usted es optimista frente a la ‘paz total’?
En lo que se tiene que ver con el Eln y algunas fracciones pos-Farc, es posible que avance el diálogo político, y que el próximo año se llegue a acuerdos importantes de alivio humanitario, de ceses del fuego y de tratamiento de algunos temas de agenda. No hay que pensar en que se va a llegar el próximo año a acuerdos fundamentales. Con quienes se habla de sometimiento o acogimiento es más complicado, porque esos sectores quieren tener también tratamiento político, o como mínimo el tratamiento de justicia transicional que tuvieron los paramilitares con la Ley de Justicia y Paz.
¿Cree que cuando termine el periodo de Petro se podrá hablar de paz total?
Creo que la paz total entendida como superación de todos estos conflictos armados que ahora representan más de 80 estructuras es muy difícil decir que se logre. Lo que sería importante es lograr una ruta irreversible con las agrupaciones mayores, que serían el Eln, el ‘clan del Golfo’ y una parte considerable de los pos-Farc. La apuesta es por tener un proceso irreversible, eso no depende de negociaciones, creo que depende de un acuerdo nacional político. Además, hay que cambiar el lenguaje de acuerdos entre el Gobierno y un grupo armado. Es volver a barajar y meter allí a todos: derecha, izquierda, arriba, abajo, a todos los poderes.
CARLOS LÓPEZ Y SANTIAGO CARMONA

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