Francotiradores del Eln: la estrategia oculta tras los asesinatos de policías en Norte de Santander y Arauca

La frontera con Venezuela, según fuentes judiciales, facilita el a armas y equipos para estos ataques.

El subintendente Diego Alexander Prieto Rodríguez fue el último uniformado asesinado bajo esta estrategia criminal. Foto: Cortesía

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Jesús Antonio Blanquicet

PERIODISTA JUDICIAL02.06.2025 15:51 Actualizado: 02.06.2025 15:51

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En los últimos meses, una ola de ataques atribuidos a francotiradores ha estremecido a la región de Norte de Santander. La mayoría de estos hechos, especialmente concentrados en zonas rurales y urbanas cercanas a Cúcuta, están vinculados a una meticulosa estrategia militar implementada por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) desde hace más de una década.

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En las últimas semanas, al menos, tres uniformados han sido asesinados a manos de francotiradores, en medio de la crisis de orden público y de seguridad por la que atraviesa la región del Catatumbo y el departamento de Arauca. La más residente víctima fue el subintendente Diego Alexander Prieto Rodríguez que estaba custodiando en labores de vigilancia en el corregimiento de Buena Esperanza, Cúcuta, cuando le dispararon a distancia.

"Estas acciones demenciales, que enlutan a una familia, una institución y un país, nos ratifican que tenemos que arreciar la ofensiva contra el multicrimen y el delito para liberar a nuestra patria de estas organizaciones que tanto daño le hacen a Colombia", dijo el director de la Policía, Carlos Fernando Triana.

Fuentes cercanas a la inteligencia militar explican que esta táctica forma parte del “sistema operacional especial” del grupo armado, una estructura meticulosa que estudia con precisión las unidades militares desplegadas en la región. “Desde 2008, cuando el Eln adoptó su nueva visión y dinámica operacional, comenzaron a identificar vulnerabilidades en el Ejército y la Policía: fortalezas, capacidades de respuesta, apoyo aéreo y armamento disponible”, reveló una fuente militar a EL TIEMPO.

Mensaje del director de la Policía, general Carlos Triana frente al crimen del uniformado. Foto:Cortesía

El Eln no actúa improvisadamente. Según expertos, cada ataque con francotiradores se planea con antelación, con un riguroso análisis de inteligencia que incluye mediciones del tiempo de respuesta de las fuerzas del Estado y la evaluación del terreno. “Nada es fortuito, no hay ataques por impulso”, insistió la fuente.

“Los francotiradores del Eln no son tiradores aislados. Cada frente del grupo armado cuenta con hombres entrenados para esta función, muchos de ellos reclutados bajo coerción”, explicó un oficial desde Cúcuta, quien pidió reserva de su nombre” y añadió: “Hay casos de exsoldados, reservistas y campesinos que fueron obligados a sumarse al grupo para ser entrenado mediante esta modalidad de disparo”, advierte un oficial.

Cartel de la búsqueda del Eln. Foto:Cortesía

EL TIEMPO conoció que un francotirador desmovilizado, actualmente bajo protección del Estado, fue entrenado por el mismo Eln, tras desertar del Ejército y ser coaccionado a integrarse a sus filas.

“Los atraen con discursos de lucha por el pueblo, pero luego los forman como especialistas: francotiradores, expertos en explosivos, en inteligencia y finanzas”, explica una fuente castrense.

La frontera con Venezuela, señala, ha facilitado el a equipos sofisticados y entrenamiento, en un entorno donde circulan armas y conocimientos militares provenientes de actores externos.

Con ataques selectivos, el Eln busca sembrar terror sin exponerse a combates directos. “La cobardía es un rasgo transversal en esta organización”, afirmó una fuente militar, y señaló: “Prefieren afectar a las fuerzas armadas desde lejos, sin riesgo para sus hombres”.

Un soldado vigila una zona de Catatumbo. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa

Las autoridades, que ya han recibido testimonios de varios francotiradores desmovilizados, confirman que estas células no solo buscan asesinar a integrantes del Ejército o la Policía, también persiguen infundir miedo entre la población y mantener el control de corredores estratégicos, aprovechando la porosidad de la frontera y la falta de presencia estatal en algunas áreas.

Redacción Justicia

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