Así se libra la guerra contra el narcotráfico en zona donde se da la coca

Seis días estuvieron desplegados en medio de condiciones adversas, sobre el área general del río Mira, los hombres de la Brigada n.º 4 de la Infantería de Marina que tenían como misión ubicar y destruir un complejo para el procesamiento de cocaína de alta pureza al servicio de las disidencias de las Farc que delinquen en Nariño.

Un grupo de combate fluvial, compuesto por tres lanchas Piraña y dos botes de apoyo fluvial (estos últimos con 20 hombres por embarcación, armados con sofisticados fusiles), llegó al sitio con el propósito de infiltrar el área y ubicar la megaestructura, que de acuerdo a Inteligencia Naval tenía una capacidad de procesar tres toneladas del alcaloide al mes.

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En ese lapso se enfrentaron a torrenciales aguaceros, se sostuvieron con la ración de campaña (comida) y el agua que, con base en su experiencia y entrenamiento, supieron istrar en temperaturas que pueden llegar a los 42 grados.

Esta es solo una de las operaciones que a diario están desarrollando unidades de la Armada Nacional con el apoyo de las demás fuerzas en la costa pacífica, zona que desde hace tiempo es uno de los mayores enclaves de las redes criminales dedicadas al tráfico de droga.

Un equipo de EL TIEMPO viajó a la zona en la que aunque en los últimos tres años se ha registrado una reducción de los plantíos ilegales, el año pasado, según Naciones Unidas, había 51.701 hectáreas sembradas con hoja de coca y que, además de zona de cultivo, es epicentro de la producción de la droga, un punto clave con pasos ilegales para sacar el alcaloide del país.

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El coronel Jaime Orlando Zambrano, comandante de la brigada que destruyó el más reciente complejo cocalero, dijo que esta es una maniobra de interdicción fluvial, que parte de la información que procesa y confirma Inteligencia Naval, que ubicó el complejo el cual luego fue sobrevolado por naves de inteligencia de la Fuerza Aérea que detallan desde el aire los pormenores de la estructura y la presencia de personas armadas a su alrededor.

Posteriormente, los infantes de marina reciben luz verde para ingresar al área, recorriendo algunos tramos en el agua, “internándose entre los manglares, porque en estos lugares la capa vegetal es muy gruesa y frondosa, lo que afecta la visibilidad”, puntualizó.

El personal, que debe estar atento a la presencia de los narcos, también debe reaccionar ante los animales propios del hábitat, como las culebras.

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“Nos dimos cuenta de que estábamos cerca del complejo cuando nos empezaron a disparar; hubo un combate largo, que culminó con la fuga de los delincuentes”, aseguró el coronel Zambrano.

Las redes criminales aprovechan los 37 ríos que desembocan en el océano Pacífico para convertirlos en autopistas fluviales y sacar la cocaína que se procesa en los puntos colindantes con la costa pacífica en los departamentos de Chocó, Antioquia, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.

Esos puntos, en su mayoría manglares, selva, alejados de las urbes, son los que los narcos afectan con la ubicación de laboratorios para procesar la base, pasta y cocaína que se extrae de las hojas de coca, y para establecer astilleros rudimentarios en los que se construyen embarcaciones para el envío de toneladas del alcaloide, como los semisumergibles.

La labor de la Armada Nacional es titánica. La orden del presidente Iván Duque es afectar esas estructuras y economías ilícitas y frenar la exportación de cocaína a los mercados y carteles de Centroamérica y Estados Unidos.

Precisamente, la Fuerza Naval del Pacífico, cuya base se ubica en Bahía Málaga, aparte de estar al frente de la soberanía y seguridad en ríos como San Juan, Naya, Micay, Timbiquí, Mira, Patía y Mataje, está a cargo de cubrir el área marítima desde Punta Ardita, Chocó, hasta Candelilla de la Mar, Nariño, punto colindante con Ecuador, lo que equivale a un área marítima de 339.500 kilómetros y una longitud de costa de 1.300 kilómetros.

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Para tal fin se han establecido –a lo largo de la costa pacífica– cuatro estaciones de guardacostas, que cuentan con buques de superficie y lanchas para desarrollar las operaciones de interdicción, a lo que se suman brigadas de la Infantería de Marina con la finalidad de cerrarle el paso a la cocaína hacia el mar.

Este año, entre el 1.º de enero y el 7 de octubre, la Fuerza Pública ha incautado 422 toneladas de cocaína en todo el país. De ellas, 231 toneladas del alcaloide en operaciones adelantadas por la Armada, lo que equivale al 49 por ciento.

De esa droga, 132 toneladas han sido incautadas por la Fuerza Naval del Pacífico, a lo que se suman 45 toneladas de marihuana. Las autoridades señalan que por cuenta de esas operaciones dejaron de llegar a las redes criminales un promedio de 4.700 millones de dólares.

Un punto importante en el engranaje contra las mafias de la droga es la Fuerza de Tarea Contra el Narcotráfico n.º 72, Poseidón, con puesto de mando en Tumaco, municipio sobre la costa pacífica nariñense, donde los campesinos se dedican a actividades agroindustriales como la siembra de la palma africana, coco y cacao, pero donde también se encuentra la mayor concentración de cultivos de matas de coca, con una capacidad de producción entre 300 y 350 toneladas métricas de cocaína al año.

En la zona, como lo ha advertido el ministro de la Defensa, Diego Molano Aponte, no se puede erradicar de manera forzada por una decisión del Tribunal Superior de Pasto que protegió el derecho a la consulta previa de comunidades de Nariño y ordenó suspender esas tareas desde mayo en los territorios colectivos y ancestralmente ocupados del Pacífico nariñense, que cubre 10 municipios.

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De acuerdo con el ministro, esto se refleja hoy en el incremento de los cultivos de coca y por eso se ha pasado a la estrategia de priorizar la destrucción de laboratorios y las incautaciones de la droga ya procesada.

En ese sentido, el contralmirante Orlando Alberto Cubillos Chacón, comandante de la Fuerza Contra el Narcotráfico Poseidón, que opera en todo el Pacífico, le dijo a EL TIEMPO que se han centrado en golpear las estructuras del ‘clan del Golfo’, el Eln y las disidencias que se nutren de esta actividad ilegal.

“Una pieza fundamental de este trabajo son las operaciones de interdicción y la ubicación de laboratorios, que parten de la información de Inteligencia Naval”, señaló el oficial, lo cual abre el paso a la neutralización “de los cargamentos de cocaína, ya sea en su tránsito hacia la costa o en altamar”.

En este punto, el de altamar, destacó el oficial que las operaciones de interdicción se realizan en tiempo real con autoridades o agencias de otros países, “compartiendo información, lo que permite incautar la droga y dar captura a quienes la transportan”, puntualizó el contralmirante Cubillos.

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El jefe naval señaló que el problema del narcotráfico gira en torno a las exorbitantes ganancias de los capos, que de un kilo de coca en Colombia, cuyo valor en promedio está en 2.000 dólares, logran que ese mismo kilo en las costas de Estados Unidos llegue a valer unos 33.000 dólares, “con el agravante que los distribuidores lo ‘cortan’ con químicos y de un kilo sacan tres, aproximadamente”, señaló.

De igual forma, el contralmirante destacó que este año han logrado la incautación de 23 semisumergibles y 137 lanchas cargadas con cocaína que buscaban en las costas del Darién, Coclé y Azuero, en Panamá; Burica, Golfo Dulce y Nicoya, en Costa Rica, y el Golfo de Tehuantepec, en México.

Inteligencia Naval ha identificado que en la costa del Pacífico sur, precisamente donde se ubica Nariño, hay cuatro grupos de disidencias que tienen el control del tráfico de la cocaína.

A la columna móvil ‘Franco Benavides’, al mando de alias Marlon, que la Armada Nacional combate en inmediaciones de Iscuandé, El Charco, La Tola, Satinga, Mosquera y río Tapaje, este año se estima que le han quitado en cocaína unos 200 millones de dólares.

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En Francisco Pizarro, Tumaco y los ríos Patía, Mejicano y Chagui, se combate al autodenominado bloque occidental ‘Alfonso Cano’, al mando de ‘Allende’, quien ha perdido unos 335 millones de dólares en droga incautada por la Armada, este año.

El ‘Gringo’, al mando de las disidencias de la ‘Oliver Sinisterra’, busca el control de Roberto Payan, Barbacoas, Espriella, La Guayacana y el alto río Mira.

En incautaciones se ha visto afectado en unos 43 millones de dólares, señala la Armada.

Y ‘los Contadores’, al mando del ‘Viejo’, son enfrentados por la Fuerza Pública en El Chontal, Cajapí, La Guayacana y El Descolgadero; la Armada les ha quitado unos 40 millones de dólares en coca incautada.

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El comandante de Poseidón señaló que conexo al tráfico de cocaína vía marítima están otros delitos como la extorsión, el contrabando de hidrocarburos, el desvío de insumos, la pesca ilegal y los hurtos en el mar, por mencionar algunos.

Las unidades que combaten el narcotráfico en la zona permanecen en alerta constante, pues incluso cuando no están en operación y en sus momentos de descanso están bajo el riesgo de ser víctimas de ataques de las disidencias como retaliación por las operaciones en las que les han decomisado la droga.

ALICIA LILIANA MÉNDEZ

Enviada especial a Tumaco, Nariño.

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