Cacería a jefes de las disidencias señaladas de masacre de policías

La columna móvil ‘Dagoberto Ramos’ o el frente ‘Ismael Ruiz’ son los más probables responsables del asesinato de siete policías en el corregimiento San Luis, de Neiva (Huila), ocurrido en la tarde de este 2 de septiembre.

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Los policías fueron emboscados con explosivos en una curva cerrada de la única carretera que conecta al corregimiento con Neiva, según indicó el presidente Gustavo Petro el sábado, tras una visita a la zona.

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La investigación, en manos de la Fiscalía, avanza tras el levantamiento de los cuerpos y con documentación fotográfica y planimétrica del lugar de los hechos, así como la recolección de evidencias en el sitio.

Tanto la ‘Dagoberto’, con mayor presencia en Cauca, como el ‘Ismael’, con injerencia en Tolima, hacen parte del Comando Coordinador de Occidente (CCO) de las disidencias, un nombre que aglutina a unas 12 disidencias que operan en esta zona, entre Cauca y Nariño, y que se ha convertido en la agrupación más grande de estas redes en el país.

Hasta junio, cuando murió en un operativo de la Fuerza Pública, Leyder Johany Noscué, alias Mayimbú, era el jefe del CCO, teniendo bajo su mando a un grupo de disidencias que, según estimaciones, podrían mover al año hasta 100 toneladas de cocaína, pues tienen el control de los enclaves de producción y tráfico de la droga en Nariño, Cauca y Valle del Cauca, así como alianzas con carteles mexicanos.

Ahora el jefe del Comando, según las autoridades, es Óscar Eduardo Sandoval Noscué, alias Mocho o ‘Andrés Patiño’, quien comandaba la disidencia ‘Carlos Patiño’, que opera en Cauca.

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De ‘Mocho’ se sabe que tiene una larga trayectoria criminal, pues incluso hizo parte del anillo de seguridad de Pedro Antonio Marín, más conocido como Manuel Marulanda Vélez, el fundador de las Farc.

En mayo, el entonces ministro de Defensa, Diego Molano, había anunciado que la recompensa por este jefe disidente ascendía a 200 millones de pesos.

De otro lado, la ‘Dagoberto’ estaría en manos de ‘David’, también conocido como ‘Chilonga’; y el frente ‘Ismael Ruiz’, que comenzó a aparecer más frecuentemente en el radar de las autoridades en los últimos años, sería comandado por un hombre al que las autoridades identifican con tres alias: ‘Mauricio’, el ‘Gordo’ o la ‘Bestia’, quien quedó a cargo luego de que en septiembre de 2021 fue capturado en zona rural de Neiva alias Miller, jefe del grupo.

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Por ‘Miller’ se ofrecían hasta 100 millones de pesos en recompensa y según informó el Ejército en ese momento, tenía 12 años de vida criminal, pues en 2009 ingresó al frente 17 de la otrora guerrilla de las Farc y, ya en la disidencia, en 2020 llegó a ser jefe de la estructura ‘Ismael Ruiz’.

Las dos disidencias, como parte del Comando Coordinador de Occidente, están bajo la línea de Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá, quien asumió el control de la organización tras las muertes en mayo y julio, respectivamente, de ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’.

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Desde hace meses, esta ala de las disidencias ha estado librando una guerra por el control del narcotráfico y otras rentas ilegales con las disidencias que comanda ‘Iván Márquez’, que se hacen llamar ‘Segunda Marquetalia’ y cuyos jefes se han asentado, según las autoridades, en territorio venezolano, donde precisamente está ‘Márquez’ convaleciente en un hospital tras sufrir en julio un atentado en su campamento.

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