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Alertan por vida de 68 niños indígenas en estado crítico de salud en Bajo Baudó, Chocó
La ausencia de acueducto, alcantarillado y el confinamiento forzado tiene a los menores en riesgo.
El estado de salud de los niños de las comunidades de Buenavista y Puerto Piña es crítico. Foto: Alcaldía Bajo Baudó (Pizarro)
En las comunidades indígenas de Buenavista y Puerto Piña en el Bajo Baudó, Chocó, niños y niñas luchan diariamente por mantenerse con vida. En sus brazos, las madres los sostienen e intentan hidratarlos, pero la fiebre, el vómito y la diarrea provenientes del aguacontaminada a la que acceden parecen ser una pesadilla de la que no hay salida.
"Mi alcalde, llevamos tres niños fallecidos con los mismos síntomas. Esto es de suma emergencia" se escucha en uno de los audios que llegan desde el resguardo de Buenavista al celular del alcalde de Bajo Baudó (Pizarro) HermegenildoGonzález.
La pérdida de estos tres menores se une a la de otros cinco a principios de año y desde la comunidad reportan que la situación de 68 niños, de los cuales muchos tienen menos de tres años, es crítica.
Pero las enfermedades que azotan a la comunidad de más de 1700 habitantes no es nueva: desde hace más de tres años las precarias condiciones de salubridad de los Wounaan se acrecentaron por la ausencia de una red de acueducto y un sistema de alcantarillado.
Aunque el proyecto para construirlos ya está formulado, el alcalde González afirma que el municipio no está en la capacidad de asumir los gastos. “Hemos pedido a las autoridades que nos ayuden con este tema pues a nosotros como municipio los recursos no nos dan para una inversión de tanta envergadura”, le dice a EL TIEMPO.
Se necesitan 10.700 millones
Las precarias condiciones de salubridad de los Wounaan se acrecentaron por la ausencia de una red de acueducto y un sistema de alcantarillado.
Según el funcionario, la ejecución del proyecto que conectaría también al Medio Baudó puede llegar a los 10.700 millones de pesos y estos recursos podrían llegar a través de regalías departamentales. Por eso, pide incesantemente ayuda para construir estos sistemas.
Mientras tanto, los indígenas siguen expuestos a las aguas del río Siguirisa donde bañan a sus hijos y donde en muchas ocasiones se retienen sus excrementos, los cuales no circulan cuando hay sequía. De allí aseguran que provienen las enfermedades que tienen en vilo permanente sus vidas a las que añaden síntomas como dificultad para respirar, tos y dolor de cabeza.
Operadores del ICBF llegaron para atender a los niños la semana pasada. Foto:Germán Carpio, docente de la comunidad
La Secretaría de Salud del Chocó ha enviado brigadas para atender esta emergencia durante las últimas semanas, al igual que el ICBF ha convocado a operadores de la zona. Sin embargo, desde la Organización Nacional de Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia – Gobierno mayor, aseguran que las brigadas no han hecho presencia de manera permanente y continua.
“No se trasladan a las persona que se encuentran en estado grave a centros de salud para que puedan recibir atención especializada y de alto nivel”, exponen en un comunicado. Además, critican que las medicaciones no se entregan de manera completa por lo que es imposible darle prolongación al tratamiento que necesitan los niños y en cambio se configura el efecto contrario, generando nuevos brotes endémicos.
El trayecto para llegar a este poblado desde la cabecera municipal de Pizarro puede tomar seis horas en lancha y en el mejor de los casos dos; si es que el motor de la embarcación cuenta con 200 caballos de fuerza.
Los niños presentan fiebre, vómito, diarrea, tos y dolor de cabeza. Foto:Germán Carpio, docente de la comunidad.
Sólo el pasado 29 de marzo 13 bebés que se encontraban en delicado estado de salud debido a una gastroenteritis infecciosa fueron evacuados junto a sus madres en un helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana.
“Estamos hablando con la IPS que presta servicio en el municipio para que se llegue hasta allá y se haga un diagnóstico, se le preste la atención y se puedan remitir a los niños que no se puedan atender en la Comunidad”, comenta el alcalde González.
Confinamiento forzado, otro factor que influye en la desnutrición de los niños
Pero el drama de los niños enfermos de Buenavista, que registra una natalidad de 100 bebés al año -según el Alcalde- no es sólo una consecuencia del saneamiento básico que no se les ha garantizado. La ONIC asevera que los menores son quienes más sufren por los cuadros de desnutrición provenientes del confinamiento forzado con el que los grupos armados ilegales acorralan los resguardos.
Esto, de acuerdo con la organización, limita el que puedan tener al agua potable y a los alimentos como pescado, carne de monte y productos agrícolas que cosechan en sus huertas familiares, afectando la recuperación.
Los menores son quienes más sufren por los cuadros de desnutrición provenientes del confinamiento forzado con el que los grupos armados ilegales acorralan los resguardos.
El defensor del pueblo Carlos Camargo Assis explicó que esta zona se ha compuesto como un territorio estratégico para los grupos armados ilegales por “la posibilidad de comunicar el norte del departamento del Valle del Cauca, por el cañón de Las Garrapatas, con la subregión chocoana del San Juan y el Océano Pacífico, lo que configura un importante corredor de movilidad, abastecimiento y explotación de actividades ilegales”.
Por esta misma problemática, la Defensoría del Pueblo denunció que aproximadamente 300 familias afro e indígenas, unas 1500 personas, tuvieron que salir de sus territorios en la subregión del San Juan, en Chocó.
La situación deja a las familias sin la posibilidad de salir de las zonas por el riesgo de posibles nuevas confrontaciones entre los grupos armados y porque no cuentan con los medios para movilizarse hacia las cabeceras municipales.
"La compleja situación está a punto de desbordar la capacidad de los entidades locales; exhorto a las autoridades nacionales y departamentales a tomar las medidas pertinentes para mitigar las carencias humanitarias de las comunidades étnicas afectadas", manifestó Camargo.
Por todos estos problemas los Wounaan han trasladado a todas las instituciones públicas la urgente necesidad de mejorar el servicio de una ambulancia fluvial y priorizar la construcción de centros de salud para los pueblos.
“Exigimos condiciones efectivas por parte del Gobierno para garantizar la protección de la vida de los niños y niñas que actualmente se encuentran en una situación de vulnerabilidad y riesgo”.
Las posibilidades de que en los próximos días y semanas aumente la muerte de niños y niñas en el Chocó es alta y a las entidades municipales de Pizarro llegan listas con más nombres de menores en peligro. No obstante, los pequeños se aferran a la vida mientras las mujeres mayores los recuestan con cobijas en sus bohíos a la espera de que lleguen mejores asistencias y no tengan que contar más niños fallecidos en medio de esta crisis.