Una cena de Año Nuevo en el hotel Marriott del exclusivo distrito financiero de Miami está siendo reconstruida por investigadores de la Fiscalía y de la Corte Suprema.
Según el exfiscal
Gustavo Moreno,
esa celebración no solo confirmaría su íntima amistad con el entonces presidente de la Sala Penal,
Leonidas Bustos, sino que además podría ser una pista de a dónde fue a parar el botín del ‘cartel de la toga’.
“Esa reunión fue para hablar sin ningún tipo de apuro, sin ningún tipo de testigos y con tranquilidad, de los temas que teníamos con Pacho (el exmagistrado
Francisco Ricaurte) y otros temas que se manejaban por el ‘grupo’. Concretamente, de actos de corrupción”, explicó Moreno.
El exfiscal, quien acaba de firmar su principio de oportunidad con la Fiscalía –que incluye declarar contra magistrados, exmagistrados y políticos–, mencionó varias veces a una mujer que se hizo cargo de la suntuosa comida. A esta, dijo, asistieron, además de Bustos, su esposa, Martha Cristina Pineda quien llevó a uno de sus hermanos junto con su cónyuge.
“La cena, en 2014, estuvo en cabeza de una familiar de Martha Cristina, una supuesta prima”, dijo Moreno. Y aunque no suministró el nombre de la anfitriona, EL TIEMPO estableció que se trata de Claudia Lucía García Méndez, una abogada de San Gil, Santander.
La mujer es prima de Martha Cristina Pineda y, aunque trabajó como coordinadora de relaciones públicas durante la gobernación de Horacio Serpa, la ubican como una ficha de Iván Moreno, el condenado exsenador del Polo Democrático y exalcalde de Bucaramanga.
‘Amiga de magistrados’
El rol de la mujer sería tan determinante que Gustavo Moreno acaba de aportar al expediente su nombre completo, el de su esposo, Álvaro Lancheros, sus fotos y ubicación exactas.
Además, pidió que a través de cooperación judicial con la DEA se compruebe el episodio y el hecho de que Claudia García organizó el evento con la ayuda de una a del Marriott de nacionalidad colombiana.
La Fiscalía quiere saber por qué Bustos habría hablado delante de García con tanto desparpajo temas que le podrían significar varios años de cárcel. Además, si su presencia en el lugar fue casual o calculada.
La duda surge porque testigos dentro del proceso aseguran que parte del dinero del ‘cartel de la toga’ terminó en Miami.
EL TIEMPO llamó a Claudia García al negocio en el que trabaja en Florida para establecer su nexo con el matrimonio Bustos Pineda y conocer su versión de los hechos. Pero colgó el teléfono y bloqueó el a sus redes, en las que aparecen como os Martha Cristina Pineda y dos de sus hermanos, uno de ellos presente en la cena del Marriott.
Sin embargo, García no es desconocida para los investigadores.
A mediados de junio del 2013, se vio inmersa en un escándalo que la obligó a renunciar a la dirección de la Casa de Santander en Bogotá, a la que llegó por nombramiento del entonces gobernador, Richard Aguilar.
Su dimisión se produjo luego de que se reveló que visitaba en La Picota, hasta 12 veces al mes, a Iván Moreno, condenado por el saqueo a Bogotá.
La revista ‘Semana’ dijo además que le servía de correo humano al político para enviar documentos a Estados Unidos, “en donde le manejaba asuntos importantes”.
También se denunció que para ingresar a la cárcel usaba su tarjeta profesional de abogada, sin ser la defensora del exsenador, y decía que tenía a la Corte Suprema y que era “amiga íntima de varios magistrados”.
Allegados a la mujer negaron en ese entonces que fuera correo humano, pero itieron la estrecha amistad con Moreno Rojas. De hecho, la abogada trabajó con Samuel Moreno en la Alcaldía de Bogotá, como defensora del Ciudadano.
También explicaron que sus viajes a Florida se debían a que allí vive su esposo, Álvaro Lancheros, quien está domiciliado en el 9725 Nw 52nd Street, en Doral.
Lancheros, de 50 años, es un empresario vinculado al sector del transporte. Aparece en registros de Florida como dueño de una firma de camiones denominada Cold Express Logistics Corp., disuelta en 2013.
Y aunque Leonidas Bustos insiste en que Moreno miente, autoridades evalúan si citan a declarar a su esposa Martha Cristina y a la prima que organizó la cena de San Silvestre en Miami.
También se verifican versiones según las cuales al menos uno de los del ‘cartel de la toga’ anda ofreciendo a mitad de precio una mansión en la Sabana, a nombre de terceros.
Las versiones que no cuadran
Los investigadores del ‘cartel de la toga’ ya empezaron a encontrar contradicciones en los testimonios de los implicados. Una de ellas se relaciona con el poder en la Fiscalía de Gerardo Torres, ‘Yayo’, socio de Gustavo Moreno en procesos bajo la lupa.
Torres le dijo a EL TIEMPO que él no tenía ninguna influencia en esa entidad y que era falso que hubiera hecho nombrar fiscal anticorrupción a Moreno. Pero su exmujer, Mábel Parra, le dijo a la Comisión de Acusación que gracias a ‘Yayo’ ella pasó de ser magistrada auxiliar de Leonidas Bustos a fiscal delegada ante la Corte.
Por su parte, Gustavo Moreno dijo que fue el exmagistrado Francisco Ricaurte quien lo llevó a compartir una lujosa oficina en el norte de Bogotá, en la que ya estaba la exmagistrada Ruth Marina Díaz ocupando uno de los despachos más grandes. Pero esta última dijo que fue Moreno quien montó la oficina y que Ricaurte la invitó a ocuparla. Díaz también dijo que Ricaurte y el magistrado Gustavo Malo eran grandes amigos.
UNIDAD INVESTIGATIVA