El senador de ‘la U’
Bernardo ‘Ñoño’ Elías Vidal fue capturado el jueves, a las 10:10 de la mañana, por orden de la Corte Suprema, y
se convirtió, hasta ahora, en el político colombiano de mayor rango procesado por la millonaria repartija de sobornos de
Odebrecht, que ya supera los 84.000 millones de pesos.
Aunque el impacto de su detención tiene varios efectos, tal vez el más importante es que está a punto de acabar con un turbio imperio político que fundó en Córdoba su tío Jorge Ramón Elías Náder y que ha logrado sobrevivir a escándalos como el proceso 8.000 y el de la ‘parapolítica’.
En efecto, el milagro electoral de ‘Ñoño’ Elías –que llegó a la Cámara en el 2006, con 39.774 votos, y ocho años después sacó 140.143, al repetir en el Senado– es producto de una alianza de sangre entre dos de las más cuestionadas familias de la Costa.
Su esposa, Stephani Morris, es hija de Eric Morris, exgobernador de Sucre y el primer congresista capturado y condenado por sellar pactos con el
paramilitarismo.
Pero ‘Ñoño’ también es ‘hijo político’ del
exsenador Otto Bula, el primer capturado en el escándalo de Odebrecht y quien terminó entregándolo a la justicia. Al quedarse sin su principal aliado político, Mario Uribe (también preso por ‘parapolítica’),
Bula decidió jugársela por el proyecto de ‘Ñoño’ e incluso patrocinó sus campañas.Pero el poder de este senador, que le permitió convertir a entidades del orden nacional y presupuesto billonario en botín burocrático, no solo es producto de herencias. También, de una innegable habilidad para mover los hilos más torcidos de la política.
Renuncia y colaboración
Desde el 2006, como uribista confeso, y en los últimos 8 años, cuando se convirtió en uno de los mayores apoyos electorales del gobierno Santos, él y
su socio Musa Besaile han sido los mandamases de la política y el presupuesto de Córdoba.
Aunque ninguno supera los 45 años, se dieron el lujo de poner a los dos últimos gobernadores del departamento: Alejandro Lyons, cuñado de ‘Ñoño’ Elías Vidal, y Edwin Besaile, hermano de Musa Besaile.
En Córdoba dicen que al menos el 70 por ciento de los alcaldes, diputados y concejales siguen sus órdenes y les reparten la burocracia. Y hasta hace una semana, cuando se produjo el remezón en ministerios y entidades del nivel central, ‘Ñoño’ Elías era dueño de la burocracia de Fonade, entidad dedicada a la construcción de obras de infraestructura en las regiones, con un presupuesto de 8 billones de pesos.
A ese cargo estuvo a punto de llevar a Gabriel Dumar, quien ya fue capturado y es hoy uno de los testigos en su contra tras ratificar las versiones de Bula.
Dumar y Elías eran reconocidos por su gran amistad, sellada en parrandas vallenatas y negocios turbios. Entre ellos, varios contratos ficticios, a través de los cuales se movieron al menos 10.000 millones de pesos de sobornos de Odebrecht hacia Sahagún, epicentro del imperio de los ‘Ñoños’: Elías y Besaile.
Pero el senador de ‘la U’ está dispuesto a renunciar a todo esto, incluyendo su curul. Según confirman de su círculo más cercano, a cambio busca bajar la presión sobre el Congreso y habilitar una tabla de salvación para su compleja situación judicial. Son tan
sólidas las pruebas remitidas por la Fiscalía que la Sala Penal de la Corte ordenó su captura sin siquiera escucharlo en indagatoria.
EL TIEMPO confirmó que el senador evalúa ofrecer colaboración. Esto significa que se convertiría en testigo en ese tribunal, que solo investiga a aforados y a altos funcionarios.
“Los casos en la Corte se rigen por la Ley 600, que no contempla beneficios. Le vamos a apuntar a desmontar cargos probatoriamente, como el de lavado de activos y el de interés ilícito en la celebración de contratos”, aseguró Iván Cancino, una de las cabezas de la defensa de ‘Ñoño’, que prefiere esperar a ver qué tiene la justicia contra su cliente.
El expediente señala que Elías y su grupo manejaron unos 20.000 millones de pesos de Odebrecht. Pero las pruebas apuntan a que habría actuado como canal para repartir los sobornos entre otros del Congreso.
Revelar nuevos nombres y afianzar los procesos que ya están en marcha en la Sala Penal forman parte de las cartas que se jugaría para buscar alivios judiciales y proteger penalmente a algunos de sus allegados,
como su prima Básima Elías.Ella, su mano derecha y cuñada del representante a la Cámara Eduardo Tous –fórmula de ‘Ñoño’ y quien lo acompañó a un viaje a España con Otto Bula–, enfrenta cargos por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. La Fiscalía dice que Básima se prestó para recibir la plata de las coimas que llegaban a través de Bula y de los contratos fantasmas entregados a un primo de este, Mauricio Bula.
Y aún falta otra caja de Pandora por abrir en contra del polémico senador: la confesión del que la Fiscalía calificó como su socio en varios negocios oscuros: el exbanquero Eduardo Zambrano.
Preso por el escándalo, Zambrano fue una de las fichas de Odebrecht para quedarse con jugosos contratos, como el de la Ruta del Sol II y el otrosí de la vía Ocaña-Gamarra.
Según la investigación, en otras licitaciones ganadas por la poderosa firma Consultores Unidos, de la cual Zambrano era socio y representante legal, ‘Ñoño’ también recibía coimas.
Y aún está por establecer qué pasó con 2,7 millones de dólares que Consultores Unidos recibió por unos prediseños de la vía Ocaña-Gamarra que nunca se usaron.
Ya se sabe que buena parte de ese dinero terminó en manos de una compañía que acaba de entrar al radar de la Fiscalía: Aldepósitos Zona Franca S. A. S., cuyos representantes se han negado a hablar con EL TIEMPO.
En este capítulo, la tarea es grande si se tiene en cuenta que Consultores Unidos, cuyos socios mayoritarios han intentado desmarcarse del escándalo, tiene contratos con el Estado del orden de los 500.000 millones de pesos.
Los que faltan
Los mares de plata no declarados que el parlamentario de Sahagún recibía por debajo de la mesa explican las costosas campañas que desplegaba y su milagro electoral de los últimos años que nadie indagó.
Pero ‘Ñoño’ y sus socios también tienen cuentas pendientes en las investigaciones por el saqueo de Córdoba durante la istración del procesado exgobernador Alejandro Lyons, quien ya empezó a enviar desde Miami las claves de su colaboración a través de su abogado, Darío Bazzani.
Su decisión de darles la espalda a ‘Ñoño’ y a otros políticos no es gratuita. Así Lyons, otro milagro electoral, busca minimizar los 20 cargos criminales por corrupción que hay en su contra y, de paso, hundir al exfiscal anticorrupción Gustavo Moreno, quien intentó extorsionarlo.
La situación judicial del exparlamentario Plinio Olano y del ex alto consejero presidencial Miguel Peñaloza también está a punto de definirse. En ambos casos hay evidencia de que ellos estuvieron en el festín de coimas tanto de la Ruta del Sol II como de la vía Ocaña-Gamarra, aunque ambos lo niegan tajantemente.
En la Corte también se avanza en el caso de Musa Besaile y de Antonio Guerra de la Espriella, otros dos parlamentarios contra quienes la Fiscalía compulsó copias por el caso de los sobornos de la multinacional Odebrecht.
Pero el inminente derrumbe del imperio de los ‘Ñoños’ tiene, además, efectos electorales. Varios grupos políticos están haciendo sus propias cuentas de cómo encarar las elecciones sin su efectivo aparato electoral. Algunos piensan apostarle a Tous, su heredero natural.
Pero el suyo es otro nombre con varios peros. Además de la cercanía con Bula y ‘Ñoño’, su gestión como director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en Córdoba está bajo la lupa.
De hecho, la saliente directora de ese instituto, Cristina Plazas, cercana al presidente Juan Manuel Santos, retrató así el paso de Tous y de otras fichas de ‘Ñoño’ por el ICBF: “Tuvo esa regional por 14 años y la saqueó”.
UNIDAD INVESTIGATIVA Y REDACCIÓN JUSTICIA