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‘Lo de Sergio Urrego no puede volver a pasarle a ningún niño’
Cuando estaba a punto de prescribir el caso, la Fiscalía estableció las causas del suicidio.
Sergio tenía una mente brillante y,
a pesar de su juventud, contaba con
un pensamiento crítico e incluyente. Foto: Fundación Sergio Urrego
“La presión, el acoso y la humillación vividos por Sergio David Urrego a su corta edad no pueden volver a repetirse en ningún otro niño de este país. Era una mente brillante que con tan solo 16 años había forjado un pensamiento crítico e incluyente”.
Tras esta cruda y dolorosa advertencia, el juez 43 Penal de Conocimiento de Bogotá condenó en primera instancia, el pasado 3 de mayo, a 10 años y 8 meses de prisión a Amanda Azucena Castillo, exrectora y propietaria del colegio Gimnasio Castillo Campestre, donde Sergio fue discriminado por su condición sexual. Dicha sentencia, tras ser apelada, fue rebajada por el Tribunal Superior de Bogotá a 8 años, una multa de 200 salarios mínimos y casa por cárcel, este 20 de mayo.
En una carrera contra el reloj, pues el caso estuvo a unas horas de prescribir el viernes 14 de mayo, la Fiscalía pudo aportar las pruebas suficientes para demostrarle tanto al juez y luego al Tribunal Superior de Bogotá que la discriminación, el acoso y la humillación ejercidos por las directivas del colegio, por su condición sexual, se convirtieron en el “detonante” para que Sergio decidiera acabar con su vida la noche del 4 de agosto de 2014, cuando se lanzó al vacío desde la terraza del centro comercial Titán Plaza, en el noroccidente de Bogotá.
"quedan dos pantallazos (...) que demuestran que Danilo no se sintió acosado en ningún momento, pues respondía con naturalidad a los mensajes que le enviaba”
Si bien dos personas ya habían sido condenadas por este caso, el proceso contra la directora de la institución, a quien señalaban como la principal responsable del suicidio de Sergio, había quedado engavetado desde abril de 2019. De hecho, en 2020 prescribió la acusación penal en su contra por el delito de discriminación agravada.
Por esta razón, el fiscal Francisco Barbosa dio instrucciones precisas para que se le diera prioridad a este caso y puso al frente del proceso a dos de sus mejores fiscales especializados en temas de discriminación sexual, adscritos a la Unidad Especial de Investigaciones, aplicando estándares internaciones de perspectiva de género: Mario Andrés Burgos Patiño (delegado también para la Protección Ciudadana) y Anderson Pinilla Sandoval.
Fue así como los nuevos fiscales lograron recaudar nuevas evidencias para respaldar las acusaciones en contra de Amanda Azucena Castillo por los delitos de “falsa denuncia en persona determinada y ocultamiento, alteración o destrucción de pruebas”, por los cuales fue condenada.
Entre ellas, la carta de Sergio a sus compañeros, fechada el mismo día que se suicidó, los mensajes de chats con su pareja que demuestran que su relación fue consensuada, un informe de psiquiatría y psicología forense y el testimonio de su excompañero sentimental.
conversación de Sergio con Danilo, su pareja. Foto:Archivo Medicina legal
Para el fiscal Francisco Barbosa, esta condena por actos de discriminación contra un menor por su condición sexual es histórica y sienta un precedente jurídico en torno a la violación y protección de los derechos de la población LGBTI no solo en Colombia, sino también en América Latina.
“Este es un mensaje muy importante para todos los rectores, profesores, personas encargadas de la educación en colegios públicos y privados en este país: la Fiscalía General de la Nación perseguirá a quienes atropellen los derechos de las personas que pertenezcan a grupos históricamente discriminados. Este mensaje también es para los muchachos que están en los colegios y a las personas que están en las universidades, la Fiscalía no abandonará esta lucha”, destacó Barbosa.
Pruebas de la Fiscalía
La Fiscalía pudo demostrar durante el juicio que la denuncia por acoso sexual contra Sergio, interpuesta por los papás de quien fuera su compañero sentimental en el colegio, Danilo Pinzón, no solo fue falsa y promovida por la propia rectora del colegio, sino que fue la principal causa que llevó al menor a suicidarse.
De acuerdo con los fiscales, los papás de Danilo fueron presionados por la rectora para que presentaran esta falsa acusación contra Sergio, pues de lo contrario su hijo no podría seguir estudiando en dicha institución y menos graduarse como bachiller en ese colegio. En aquel entonces, ambos cursaban el último grado de bachillerato.
En este sentido, lograron que Danilo Pinzón, hoy con 23 años, testificara en el juicio y corroborara que jamás existió acoso sexual por parte de Sergio Urrego, que su relación fue consensuada y que fue la rectora la que presionó a sus padres para presentar dicha denuncia. Su declaración fue contundente.
“Yo nunca mencioné acoso sexual. Esas palabras las incluyó la rectora del colegio en un derecho de petición que les entregó a mis papás para que lo radicaran y solo así yo podría continuar con mi proceso de escolarización”, reveló Danilo en el juicio.
La carta oculta
Los fiscales, además, pudieron recuperar una carta escrita por Sergio Urrego, y que las directivas de la institución habrían ocultado, en la cual el joven señalaba que jamás había acosado a Danilo. La carta está fechada el mismo día que se suicidó, el 4 de agosto de 2014.
“Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja Danilo Esteban Pinzón Valdés. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras”, señaló en ella.
Carta de Sergio Urrego del 4 de agosto de 2014. Foto:ARCHIVO PARTICULAR
“En la memoria de mi celular y en el escritorio de la PC quedan dos pantallazos de nuestras conversaciones en WhatsApp que demuestran que Danilo no se sintió acosado en ningún momento, pues respondía con naturalidad a los mensajes que le enviaba (estos pantallazos no son de conversaciones eróticas). También hay pantallazos de la conversación que tuvo con un amigo después de que le contara a sus padres sobre su orientación sexual en los que escribió que estaba ‘vuelto mierda’ debido a la posición que tomó su madre después de recibir la noticia y en los que expresa que lo llamé al celular ‘todo bonito’. Ese día lo llamé para decirle que no quería terminar con él y colgué”, describe Sergio en su carta de despedida, cuya originalidad fue certificada por el Laboratorio de Documentación y Grafología Forense del Instituto Nacional de Medicina Legal.
Y, en efecto, la Fiscalía mostró en el juicio los mensajes que se cruzaron Sergio y Danilo, en los que queda en evidencia que su relación fue consensuada y donde se demostró, una vez más, que esa denuncia de acoso sexual en contra de Sergio fue falsa y presionada para desprestigiar al joven frente a su familia y frente a sus compañeros de colegio.
La autopsia psicológica
La Fiscalía también aportó otra prueba contundente en contra de la directora del colegio. Se trata de un informe del Grupo de Psiquiatría y Psicología Forense del Instituto de Medicina Legal que resume toda la discriminación, la presión y la humillación de la que fue víctima Sergio por parte de las directivas de su colegio, que finalmente lo llevaron al suicidio:
Dictamen medicina legal Foto:ARCHIVO PARTICULAR
“Las principales causas del suicidio de Sergio David Urrego se relacionan con los estresores vividos en el colegio, en lo concerniente a ser obligado a hablar con sus padres respecto a su inclinación sexual, la exigencia de requisitos como las valoraciones por psicología para poder continuar asistiendo a las clases, la separación de su pareja con la posterior terminación de esta relación, el retiro de la institución faltando cuatro meses para graduarse, la denuncia por presunto acoso sexual a su pareja y, por último, la denuncia por supuesto abandono de hogar por parte de sus padres. Todas estas situaciones vividas en el colegio y motivadas por sus directivas, donde una vez más se resalta el manejo inadecuado dado a toda esta situación, que finalmente concluye con el suicidio de Sergio David Urrego Reyes”.
El dictamen lo firma Emil Tatiana González Pardo, médica especialista en Psiquiatría.
Todo por un beso
La persecución que emprendieron las directivas del colegio Gimnasio Castillo Campestre contra Sergio David Urrego se originó por una foto de un beso que se dio en el colegio con su novio, Danilo Esteban Pinzón.
Ante los rumores, un profesor le decomisó el celular, le exigió que le diera la clave para ver la foto y escaló la situación ante la rectora de la institución. Posteriormente, y ante una psicóloga del colegio (condenada), fue obligado a revelar cuál era su condición sexual y a firmar un acta de distanciamiento con Danilo.
Después fue obligado a revelarles su condición sexual a sus padres, a lo que se sumó la falsa denuncia de los papás de su pareja por un supuesto acoso sexual y un proceso contra su mamá, Alba Reyes, por supuesto abandono de hogar. Este último fue interpuesto por las directivas del colegio. También le retuvieron las calificaciones de años anteriores para impedirle que se cambiara de institución.
Luego de conocer el fallo, la mamá de Sergio Urrego le agradeció a la Fiscalía por haber demostrado cómo ocurrieron los hechos e hizo un llamado a las familias que, en algún momento, se han sentido rechazadas o discriminadas en los ámbitos escolares.
“Les pido defender la diversidad sexual. En sus hijos se ve el dolor. En sus hijos se tiene que leer lo que está pasando hoy en día en los ámbitos educativos. Es llamar a todas las personas que forman los pilares fundamentales de un ámbito educativo, como son los docentes, las directivas, las psicólogas, las orientadoras. Este también es un mensaje claro a los jóvenes, decirles que no están solos y solas, que aquí hay un derecho constitucional”, señaló.
Las otras dos condenas
Orden de captura amanda Azucena Castillo Foto:ARCHIVO PARTICULAR
Por el suicidio de Sergio David Urrego ya se han proferido dos condenas. El 11 de octubre de 2016, Rosalía Ramírez, quien se desempeñaba como veedora del colegio, fue condenada a 27 meses de prisión tras aceptar su responsabilidad penal por actos de discriminación en contra del joven por su condición sexual y por la relación que sostenía con otro compañero de su colegio. Posteriormente, Ibonne Andrea Cheque Acosta, la exsicóloga del plantel, también aceptó su responsabilidad por los delitos de “discriminación agravada y falsa denuncia en contra de persona determinada”. Fue condenada a 35 meses de detención.