¿Por qué la Dirección de Buenaventura es la peleada joya de la corona de las cuotas en la Dian?

Al menos cinco poderosos, entre congresistas, funcionarios e incluso el hermano del Presidente, Juan Fernando Petro, supuestamente le tocaron la puerta al exdirector de la Dian Luis Carlos Reyes, solicitando un cargo específico en la burocracia de esa entidad: la Dirección de la Seccional en Buenaventura. 

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De entrada, la relevancia de ese puesto es obvia: se trata del puerto más importante del país -mueve entre 18 y 33,9 millones de toneladas de carga al año- y hoy es además la puerta de Colombia hacia el Pacífico, especialmente hacia China. 

Lo que reveló Reyes en medio del escándalo de la entrada de plata del 'zar del contrabando', Diego Marín, a la campaña Petro Presidente en el 2022 (que el mandatario asegura fue devuelta por orden suya), es que, finalmente y tras la intensa presión por ese cargo, por orden directa del entonces jefe del Dapre Carlos Ramón González terminó asignando la Dirección de Buenaventura a Gladys Reina Villavicencio. 

Ella, quien salió meses después en medio de señalamientos, habría designado a su vez a John Freddy Restrepo Toro, el recomendado de Juan Fernando Petro, en otro de los cargos claves de la Dian en el Puerto. Las investigaciones de la Fiscalía contra Marín, también conocido en el mundo del contrabando como 'Papá Pitufo', develan que gracias a su poder corruptor logró por años incidir en nombramientos claves tanto en la Dian como en la Policía Fiscal y Aduanera, Polfa.   

De acuerdo con el Reporte Coronel, el nombre de Reina Villavicencio habría salido de Palacio tras la sugerencia de Ramón Devesa, quien presuntamente habría tratado de extorsionar a Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección y fiel escudero del mandatario, a cambio de no filtrar el video de la devolución de la plata de 'Papá Pitufo' a la campaña Petro. 

Así, el nombre del poderoso Carlos Ramón González, excompañero del presidente Petro en el M-19 y quien además fue su jefe de Inteligencia, empieza a sonar con fuerza en otro escándalo del Gobierno, tras los graves señalamientos que lo tienen con una investigación abierta en la Fiscalía por el caso del saqueo a la UNGRD.

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Con sueldos y primas, la Dirección de la Dian en Buenaventura le representa a su titular unos 15 millones de pesos mensuales. Un ingreso importante comparado con el de la mayoría de colombianos pero que, dicen los que conocen la realidad de esa zona, termina minimizado de cara a las presiones y riesgos (desde amenazas hasta ofertas de sobornos) que usualmente debe enfrentar el funcionario. 

Buenaventura, la capital natural del Pacífico colombiano, es también uno de los principales puntos de disputa de los grupos armados y del narcotráfico. Y el Puerto, que es un importante generador de empleo formal en una ciudad golpeada desde siempre por la pobreza, termina siendo central en la vida de la región y para los intereses legales e ilegales de múltiples sectores. 

Según una alta fuente del sector aduanero que pidió guardar su identidad, "para ser director de la Dian no solo se debe tener el componente técnico, sino saber manejar el talante político", porque las solicitudes como las que denunció Reyes son habituales frente a seccionales claves como Buenaventura, Barranquilla, Turbo y Cartagena, que son los puertos de mayor actividad en el país. 

"Muchas veces se reciben solicitudes de políticos que quieren que las seccionales sean manejadas específicamente por personas de la región. Para ellos, en especial los congresistas, es muy común pedir cuotas. Algunos lo mencionan en el Salón Elíptico sin ningún pudor", agrega.

La decisión salomónica que terminaban tomando era optar por un funcionario de carrera para estos cargos y, usualmente, ceder con nombramientos de recomendados para otros puestos importantes. 

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En Buenaventura es tal la presión que un exdirector de la Dian reconoció que él personalmente le pidió a la Armada que le prestara seguridad al funcionario que había designado, pero este finalmente terminó renunciando de manera irrevocable debido a las amenazas cuando se negó a aceptar sobornos.

Polígrafos, estudios de seguridad y reportes de inteligencia son frecuentes en ese sector, pero lo que hoy nadie duda es que, a pesar de todas las medidas, la corrupción sigue campeando. Y quienes se resisten al sistema de mirar para otro lado y recibir a cambio jugosas coimas deben asumir las consecuencias. 

Una de las medidas que estaban en camino en la Dian, en la istración de Jairo Villabona, era la de obligar a los funcionarios de los puertos a portar durante todo el tiempo de servicio cámaras corporales como las que se utilizan en la Policía. El relevo en la Dirección de la entidad, decidido hace algunas semanas por el presidente Petro, podría atravesarse en ese control clave contra la corrupción. 

Como lo señaló en su momento la fiscal Adriana Camargo, la sola solicitud de puestos en la Dian no constituye un delito. Pero tanto en el ente de investigación como en la Corte Suprema ya empezaron a indagarse si detrás de esas gestiones, normales en el mundo de la política, pudo haber otros intereses. 

En los puertos no solo se mueve contrabando. "Otro negocio millonario es el tema de evasión impuestos. A través de los funcionarios transados los criminales logran tramitar devoluciones que no son ciertas para favorecer a algunos empresarios", dice otra fuente.  

Con un control aduanero a todas luces insuficiente y con una alta discrecionalidad en la decisión de cuáles contenedores se revisan y cuáles no (en 2019, diariamente ingresaban al puerto de Buenaventura casi 3 mil tractomulas), los cargos de Director Seccional terminan siendo de alta exposición a la corrupción. 

Según las cuentas de Fenalco, el contrabando estaría detrás de al menos el 10 por ciento de las importaciones anuales del país. Son unos 35 billones de pesos. La mayor parte de esa mercancía entra por el gran puerto del Pacífico. 

Esta es solo la punta del iceberg. Ingresar ilegalmente productos por el puerto de Buenaventura, el más grande del país, es la "vía más fácil" para lavar activos producto del narcotráfico.

Este negocio criminal termina legalizando la plata sucia de las rentas de la cocaína y llenándoles los bolsillos a los narcos. 

A su vez, coinciden los expertos consultados, tener control en los puertos es funcional para los narcos porque por allí salen también grandes embarques de cocaína, camuflados entre exportaciones legales. 

Apenas el 22 de enero pasado, la Policía incautó 8,2 toneladas de cocaína escondida en costales de insumos agrícolas en el puerto de Buenaventura.

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Para el exdirector de la DIAN Horacio Ayala, las istraciones aduaneras de las oficinas donde se maneja tanto cargamento, particularmente en Buenaventura, son disputadas porque ofrecen más posibilidades de hacer negocios por debajo de la mesa.

"Una persona clave en esas istraciones, es decir, que ocupe un cargo que le permita hacer ciertas cosas, facilita la introducción de mercancía sin pagar los aranceles. Buscan que la mercancía ingrese sin los controles adecuados, y para ello necesitan funcionarios con capacidad de mando en estas oficinas", agregó el exfuncionario.

Buenaventura es la 'joya de la corona'. Pero los exdirectores de la Dian advierten que hay una larga lista de oficinas eventualmente menos visibles, pero claves para los intereses oscuros: Maicao y Cúcuta (por el contrabando y el narcotráfico que se mueven desde y hacia Venezuela), Turbo, en Urabá, y Cartagena son algunas de ellas. 

Redacción Justicia