El 2021 pasará a la historia como uno de los años en los que Colombia enfrentó algunas de las verdades más doloras de su pasado.
Será el último año de funcionamiento de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, entidad creada tras el acuerdo de paz para seguirle el rastro a lo que estuvo detrás de los principales hechos del conflicto armado en el país, y que en noviembre entregará un informe final, exponiendo sus hallazgos.
El presidente de la Comisión, el sacerdote Francisco de Roux, publicó un mensaje de fin de año este miércoles. En este, insta a los grupos armados ilegales a dejar las armas, haciendo mención especial al Eln y las disidencias de las Farc.
Además, el padre de Roux le pide al gobierno "asumir la totalidad de la paz y rodear de protección política y ética al Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), conformado por la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.
La tragedia del conflicto encierra la verdad del odio, causado por el poder y la codicia, que nos rompió como comunidad humana y nos llama a cambiar
El sacerdote también propuso "no reversar los pasos dados por las Fuerzas Militares cuando intentaron cambiar el objetivo de la guerra por un ejército al servicio de la paz, a pesar de que aún hay guerrilla y grupos criminales”.
Lea a continuación el mensaje completo del padre Francisco de Roux
“Desde el encuentro con miles de sobrevivientes del conflicto armado de Colombia que cargan la memoria de secuestrados y falsos positivos; desde el dolor de los soldados, policías y exguerrilleros sin piernas; desde pueblos destruidos, campesinas desplazadas, indígenas y negros desposeídos de sus territorios, mujeres abusadas, niños llevados a matarse, familias que buscan desaparecidos y miles que huyeron al exilio; y también desde el dolor que ha dejado el Covid; extendemos el abrazo más sincero de parte de la Comisión de la Verdad.
La tragedia del conflicto encierra la verdad del odio, causado por el poder y la codicia, que nos rompió como comunidad humana y nos llama a cambiar. A Colombia la construimos entre todos y todas, desde nuestras diferencias culturales, étnicas, políticas, de género, de generaciones, o no habrá futuro tranquilo para nadie.
Invitamos a mirar de frente dónde nos equivocamos cuando empapamos de sangre y de venganzas la riqueza humana y ecológica que tenemos, cuando hicimos natural vivir entre la guerra, la mentira, la corrupción, la injusticia y la cocaína.
60 años de guerra han puesto en claro que la confrontación armada no hace revolución social, sino que causa sufrimiento y terror
Instamos, desde el grito de las víctimas de todos los lados, al Eln, a las disidencias de las Farc y a la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, Romaña y Santrich, a dejar las armas. 60 años de guerra han puesto en claro que la confrontación armada no hace revolución social, sino que causa sufrimiento y terror a un pueblo que grita ‘paren esa guerra, párenla desde todos los lados, párenla ya’.
Pedimos al gobierno no dejar de tender una mano realmente eficaz de paz a los insurgentes, porque no desesperamos del ser humano que hay en ellos. Le pedimos igualmente ir más allá de la implementación seria de los PDET (Planes de Desarrollo Territoriales), a asumir la totalidad de la paz y la reforma rural integral, y a rodear de protección política y ética la misión de las instituciones del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, y particularmente la tarea exigente de la JEP.
Invitamos a las instituciones a ponerse al servicio de la vida y la grandeza humana de cada persona, a la inclusión de todas y todos sin fronteras. Proponemos un diálogo para transformar la seguridad. A no reversar los pasos dados por las Fuerzas Militares cuando intentaron cambiar el objetivo de la guerra por un ejército al servicio
de la paz, a pesar de que aún hay guerrilla y grupos criminales.
Instamos a los políticos en campaña a salirse del marketing de votos y a tener la audacia de la escucha para buscar juntos la no repetición de la tragedia
Invitamos a la seguridad dada por la confianza: cuando los ciudadanos creen los unos en los otros y confían en sus instituciones. La exaltación de las armas de todos los lados da desconfianza y provoca la guerra, no da seguridad.
Instamos a los políticos en campaña a salirse del marketing de votos y a tener la audacia de la escucha para buscar juntos la no repetición de la tragedia, para no permitir más lo intolerable.
Que en el nuevo año caigan las mentiras y los miedos, y pongamos en marcha, desde la verdad, un futuro de esperanza, reconciliación y fraternidad en el que rescatemos la dignidad que nos merecemos como pueblo de Colombia”.
JUSTICIA