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Tras décadas de búsqueda, familias recibieron restos de dos jóvenes desaparecidos
La JEP realizó la entrega digna de los cuerpos de Marlon Peña y Leonardo Flórez en Cesar y Caldas.
En Cesar se entregó el cuerpo de Marlon Peña (izq.), y en Caldas el de Leonardo Flórez. Foto: Oriana Giacometto-JEP/ JEP
En actos solemnes realizados en Aguachica (Cesar) y Riosucio (Caldas), la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) realizó la entrega digna a sus familias de los restos de dos jóvenes que habían desaparecido en medio del conflicto armado y no habían sido identificados.
La búsqueda e identificación de los cuerpos fue posible con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD).
En Aguachica se realizó la entrega digna de Marlon Peña, un joven deportista de 21 años de edad a quien su familia buscó por más de 16 años y cuyo cuerpo fue hallado en el cementerio de Bosconia (Cesar), a 3 horas de Aguachica, en el marco de una medida cautelar emitida por la JEP para proteger zonas en donde se podrían encontrar víctimas de desaparición forzada.
Según la investigación, Marlon fue visto por última vez en la mañana del 21 de marzo de 2007, después de salir a entregar la bicicleta con la cual trabajaba, cerca de las instalaciones del hospital de Aguachica. Desde ese día su familia no paró de buscarlo y este martes su madre recibió de manos del magistrado de la JEP Raúl Eduardo Sánchez el cuerpo de su hijo.
Peña fue descrito por su familia como un joven amante del fútbol, del rock y del aguaa, quien tenía un corazón generoso que compartía con quienes más lo necesitaban.
El magistrado Raúl Sánchez (centro de la foto) acompañó la entrega digna. Foto:Oriana Giacometto-JEP
Marlon es hijo de Chayo Moreno, como le dicen a su mamá en la región, y hermano de Jaime, Isaura, Paula, Liceth y Frank, quienes ahora, al tener certeza del paradero de Marlon, sintieron un alivio por recibirlo y poder darle digna sepultura.
La medida cautelar por la que fue posible encontrar el cuerpo de Marlon en el cementerio de Bosconia se originó en 2019, cuando la JEP ordenó proteger el cementerio informal San Martín, conocido como el ‘cementerio de Los Pobres’, ubicado en Aguachica, Cesar. Durante años las personas de escasos recursos usaron el predio ‘Los Mangos’ para enterrar a sus muertos.
Después de una tutela, los cuerpos fueron exhumados y trasladados por personal poco idóneo, sin cumplir los parámetros técnicos mínimos que garantizaran la integridad y preservación de los cuerpos, a varios cementerios. Al hacer esos traslados sin protocolos, dijo la JEP, se vulneraron los derechos de las víctimas de desaparición forzada que, eventualmente, se encontraban allí, en condición de no identificados.
Marlon Peña es recordado como un joven amante del fútbol, del rock y del aguaa, quien tenía un corazón generoso. Foto:Oriana Giacometto-JEP
Por eso la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP ordenó suspender las actividades de exhumación y traslado de cuerpos hasta que se garanticen los parámetros técnico-científicos que permitan su preservación, y se respeten los derechos de las víctimas.
Además, en el marco de ese trámite cautelar, el 24 y 25 de mayo en Valledupar Medicina Legal aprovechó la alta participación de grupos de víctimas de la región y tomó muestras de ADN que fueron contrastadas y permitieron la identificación de Marlon.
“El ADN de la señora ‘Chayo’ coincidió con los restos óseos de Marlon Peña Moreno, que se encontraban almacenados en uno de sus laboratorios forenses”, informó la JEP mediante un comunicado.
Los años de lucha de ‘Chayo’ buscando a su hijo dieron origen a la Corporación Marlon Memorias y huellas de un desaparecido (Corpomemorias), que hoy acompaña a 23 madres buscadoras de Aguachica en la búsqueda de sus seres queridos.
Sobre la medida cautelar que permitió todo este hallazgo y entrega digna el magistrado Sánchez destacó que “tiene como finalidad buscar, exhumar e identificar cuerpos de personas desaparecidas, y la protección de lugares donde se presume hay restos, para hacer una entrega digna en el cumplimiento del principio de centralidad de la víctimas. Estamos en Aguachica trayendo un poco de alivio a las madres buscadoras en el marco de la reconciliación y la sanación de conformidad con la misión de la Jurisdicción”.
Entregaron cuerpo de joven embera desaparecido hace 20 años
La entrega de Leonardo Flórez Tapasco, un joven embera chamí desaparecido en 2003, fue la primera entrega digna que hizo la JEP a un pueblo indígena en Colombia. Foto:JEP
De otra parte, en Riosucio (Caldas) la JEP entregó a su familia los restos de Leonardo Flórez Tapasco, un joven embera chamí a quien su familia buscaba desde el 2003, cuando se enteraron de que fue asesinado y su cuerpo enterrado sin identificar. Esta fue la primera entrega digna que hizo la JEP a un pueblo indígena en Colombia.
Según expuso la jurisdicción de paz, la madre del joven, Esperanza Tapasco, falleció el 18 de julio de 2021 por covid-19 sin poder cumplir su anhelo de encontrar a su hijo, pero gracias a que la búsqueda persistió, sus hijas recibieron este martes los restos de su hermano.
Leonardo tenía 18 años cuando desapareció y su hallazgo es el primero que se da en el marco de las medidas cautelares ordenadas por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad para proteger 15 áreas de interés forense, ubicadas en los territorios ancestrales del pueblo Emberá Chamí, en Caldas, y en los cementerios El Carmen, San Nicolás y Supía, lugares donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada por el conflicto armado.
Para la época de la desaparición, los padres de Leonardo, Luis Ángel Flórez y Esperanza Tapasco, vivían con sus 9 hijos en la vereda La Rueda, ubicada dentro del Resguardo Indígena de Cañamomo y Lomaprieta.
Allí tenían cultivos de pancoger y a veces, para apoyarlos económicamente, Leonardo se trasladaba a otras veredas de Riosucio a trabajar como recolector de café, pero hace 20 años, una semana después de que él salió hacia la vereda Bonafont a trabajar, en marzo de 2003, un vecino de la familia Flórez Tapasco les contó que Leonardo había sido asesinado. De acuerdo con los testimonios de la familia y las investigaciones, al parecer habría sido ejecutado extrajudicialmente el 4 abril de 2003.
Gracias al sepulturero tuvieron a un libro que contenía las actas de defunción y necropsias de las personas enterradas sin identificar: JEP
En ese instante sus padres empezaron la búsqueda, en un principio con temor, porque la familia ya sufría por la desaparición de otro de sus hijos y había sido víctima de desplazamiento forzado. Además, aunque la pareja acudió a las autoridades municipales y judiciales para que les entregaran el cuerpo de su hijo, que suponían estaba enterrado en el cementerio El Carmen, solo obtuvieron respuestas una década después.
“Fue gracias al sepulturero del pueblo que tuvieron a un libro que contenía las actas de defunción y necropsias de las personas enterradas sin identificar en este cementerio de Riosucio. A través de una fotografía, que encontraron en ese archivo, confirmaron lo que les contó el vecino”, señaló la JEP.
Con esa información, Esperanza les exigió a las autoridades la exhumación e identificación plena de Leonardo pero solo hasta marzo de 2020 Medicina Legal exhumó su cuerpo y tomó una muestra biológica de la que se conocieron los resultados un año después, confirmando que el ADN coincidía con las muestras genéticas aportadas por los padres. No obstante, tuvieron que pasar dos años más para que Leonardo fuera entregado a su familia.
La magistrada de la JEP Maria del Pilar Valencia (a la izquierda en la foto) acompañó la entrega digna de los restos de Leonardo Flórez Tapasco. Foto:JEP
La identificación y entrega digna de Leonardo fue posible gracias a las medidas cautelares, solicitadas por el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice). La magistrada de la JEP María del Pilar Valencia señaló que en estos lugares protegidos podrían estar inhumadas alrededor de 200 personas reportadas como desaparecidas en los resguardos de San Lorenzo y Cañamomo y Lomaprieta.
Con el fin de dar repuesta integral a las víctimas y para facilitar el trabajo posterior de identificación y entrega digna de los cuerpos que puedan ser hallados en dicho territorio, la JEP ha aplicado al enfoque étnico y territorial y fue en una jornada pedagógica sobre estas medidas cautelares, realizada el 22 de febrero de 2023, que la familia de Leonardo informó al Grupo de Apoyo Técnico Forense (Gatef) de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP sobre la desaparición de su ser querido y los avances que Esperanza había logrado en dos décadas de búsqueda.
A partir de esa información el Gatef exhumó el cuerpo de Leonardo, que fue hallado en una fosa individual del cementerio El Carmen, el 28 de marzo de 2023. Luego, con el trabajo de Medicina Legal, se logró su identificación plena.
Por último la JEP, en coordinación con las autoridades de los resguardos indígenas de San Lorenzo y Cañamomo y Lomaprieta, los equipos de Gestión Territorial, Enfoques Étnicos y Atención a Víctimas de la Secretaría Ejecutiva y la Unidad de Víctimas, realizó el acto de entrega digna.
Leonardo tenía 18 años cuando desapareció y su hallazgo es el primero que se da en el marco de las medidas cautelares ordenadas por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad para proteger 15 áreas de interés forense, ubicadas en los territorios ancestrales del pueblo Emberá Chamí, en Caldas, y en los cementerios El Carmen, San Nicolás y Supía. Foto:JEP
A la fecha, 34 cuerpos más han sido extraídos por la UIA del cementerio El Carmen y se trabaja por su identificación.
“La entrega digna de Leonardo tiene un valor simbólico enorme porque está marcando un camino, un hito, porque se espera que después de este vengan muchas entregas más que dignifiquen a las familias y a la comunidad como sujeto colectivo", dijo la magistrada Valencia.
La entrega digna, que comenzó con un ritual de armonización con la naturaleza, en La Casa del Conocimiento La Mandrágora, sitio sagrado de la comunidad Indígena de Cañamomo y Lomaprieta, concluyó en el cementerio San Sebastián, de Riosucio, donde la familia Flórez Tapasco decidió conservar el cuerpo de Leonardo.