Durante más de ocho horas, el excomandante de las Farc y hoy senador Julián Gallo (conocido como Carlos Antonio Lozada) rindió su segunda versión sobre el magnicidio del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado y otras cinco personas ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Desde el inicio de la audiencia, el magistrado Farid Benavides le advirtió al exguerrillero que no ha entregado pruebas de su testimonio, según el cual él ejecutó la orden del ‘Mono Jojoy’, una de las cabeza del Secretariado de las Farc, de asesinar a Gómez Hurtado.
Sin embargo, varios de los asistentes en la diligencia manifestaron que en esta oportunidad tampoco se revelaron detalles de los asesinatos sobre los que la extinta guerrilla reconoció su presunta autoría en octubre de 2020.
No obstante, en la audiencia surgieron tres grandes revelaciones. La primera, de parte de Lozada, quien aseguró que en el computador incautado a ‘Jojoy’, hoy en manos de la Fiscalía, estaría la evidencia que busca la JEP.
Según dijo, allí habría registro de mensajes en los que se ordenaban operaciones y asesinatos, balances de gestión de las estructuras y listas de asistentes a reuniones. Aunque el ente acusador hizo una inspección rigurosa del equipo, nunca se habló de datos sobre el magnicidio de Gómez.
Por otro lado, en un interrogatorio que causó tensión, Mauricio Gómez, hijo del político, dio a conocer una carta enviada en 1985 por los máximos líderes de las Farc al dirigente conservador, en la que lo invitaban a conversar.
Asímismo, aseguró que en 1988 –cuando su padre fue secuestrado por el M-19– su hermana habló con Manuel Marulanda, comandante en jefe de las Farc , quien le dijo que no lo tenía retenido, lo respetaba y nunca le causaría ningún daño. Para las víctimas, estos dos hechos ponen en entredicho la versión de Lozada.
Por ahora, se espera que el alto tribunal reciba los elementos de prueba y cite a más comparecientes para avanzar en el esclarecimiento de estos hechos que enlutaron al país.
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