La sargento mayor Consuelo Díaz, la mujer líder del comando de Fuerzas Militares

Una de las mujeres más respetadas y queridas en las Fuerzas Militares es Consuelo Díaz Álvarez, quien llegó al grado de sargento mayor  (el grado más alto de los suboficiales), y hoy hace parte del comando de las FF.MM.

La sargento, lleva 30 años de servicio en la institución castrense y es una mujer a destacar en el Día Internacional de la Mujer.

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A la sargento Díaz ser la suboficial con el mayor grado en las Fuerzas Militares no la desvela, pero si la llena de compromiso con sus subalternos.

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Ella sabe que su legado será un ejemplo a seguir por parte de las mujeres que estan empezando su vida institucional, de hecho, en su sencillez sabe que los detalles y el cariño hacia los demás se encuentra en los pequeños detalles, por eso en cada viaje que realiza a las unidades militares, "siempre trato de tener, aunque sea un dulce. Nuestras tropas en el área de operaciones valoran mucho esos pequeños detalles. Y esa es nuestra misionalidad, poder fortalecer el ánimo y la moral de ellos”, señaló.

Consuelo, nació en Sogamoso, Boyacá, y empezó su vida militar - noviembre de 1993 - cuando llegó con su maleta cargada de sueños y dos uniformes camuflados al  batallón de artillería No. 5 'Capitán José Antonio Galán', en Socorro, Santander. 

Sus padres la apoyaron en su decisión de servir al país, y junto a otras 50 personas hizo parte de uno de los cursos extraordinarios descentralizados que por esa época se realizaban en varios puntos del país.  “Mi sueño comenzaba a cumplirse, estaba muy feliz de portar el uniforme, esa segunda piel que aún hoy después de 30 años luzco y amo con profundo orgullo”, aseguró la sargento

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De hecho, ingresar al batallón en Socorro, le permitió reencontrase con su amigo Henry Chaparro, suboficial, con quien conformó un hogar y hoy tienen cuatro hijos, dos de ellos eligieron la carrera militar en la Armada Nacional. 

La sargento gusta de leer en sus momentos de esparcimiento, hace poco terminó el tercer libro de una colección del exmilitar y secretario de Estado, en Estados Unidos, Colin Powell. 

Los fines de semana, cuando su agenda le da tregua, le gusta salir a caminar en familia y con su perro Maximiliano. Aunque también disfruta quedarse en casa con sus gaticos Cloe y Zeus.

La labor de la sargento es de mucha responsabilidad, asiste a reuniones con altos mandos del Ejército, la Armada y la Fuerzas Aérea, viaja a las unidades más recónditas del país, en atiende compromisos protocolarios con las agregadurías militares con asiento en Colombia.

E esto se suma su labor humanitaria, visita a los soldado heridos o enfermos, trata de ser apoyo de las familias de los uniformados que fallecen en el cumplimiento del deber por eso no es raro verla en la mañana en Ánimas, Chocó, al medio día en Saravena, Arauca, en la tarde en Puerto Asís, Putumayo y en la noche en una reunión extraordinaria en la Escuela Superior de Guerra al norte de Bogotá.

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 “Dios, familia e Institución, el acatar nuestros principios y valores, la ética, el honor, que son los que guían nuestro actuar como de esta honrosa Institución, nuestras Fuerzas Militares", es el lema que la sargento mayor le imparte a sus subordinados y compañeros.

A lo que añade que se debe ser coherente con lo quese piensa, dice y hace. "Nuestra vocación es el servicio independiente del grado o el cargo, hacer lo correcto en el momento correcto, por la razón correcta y a cualquier costo. Un soldado que construye ese código interno sobre principios verdaderos siempre hará lo correcto en cualquier situación, aún a costa de grandes sacrificios personales.” afirma la militar.