Teniendo en cuenta que en la pasada COP 28 se reconoció que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) deben reducirse un 43% para 2030, se deben buscar alternativas que promuevan su reducción, para un mundo más sostenible.
Según lo establecido en la actualización del Plan Energético Nacional (PEN) 2022–2052, en Colombia el sector transporte es el de mayor consumo de energía, representado aproximadamente el 49,2 por ciento del total, por lo que se requieren alternativas que fomenten la transición hacia energías más sostenibles y bajas emisiones.
Una de las alternativas para la descarbonización del transporte y la reducción GEI son los biocombustibles. Uno de ellos es el biodiésel, que sustituye parte del combustible fósil tradicional, diésel o AM, al usarse en mezclas del 10% denominadas B10.
El otro biocombustible que se usa en el sector transporte es el bioetanol, que se utiliza en mezclas del 8% (E8) con gasolina extra y corriente, este es utilizado en automóviles y motocicletas. En febrero del 2024 el mandato de mezcla de alcohol carburante llegará al 10% (E10).
Los biocombustibles son energía líquida renovable que reemplaza más de 22 mil barriles diarios de combustibles fósiles, disminuyendo 3 millones de toneladas de CO2 y 735 toneladas de material particulado. En otras palabras, esto equivale a retirar de circulación cerca de 1 millón de vehículos al año.
Adicionalmente a los mandatos de mezclas, el sector transporte cuenta con las tecnologías y el abastecimiento para usar mezclas superiores voluntarias, tales como B20 y E85, con el objetivo de ir más allá de los mandatos y contribuir de manera inmediata a la Transición Energética Justa a la descarbonización de nuestra economía, aprovechando una agroindustria que está basada en el conocimiento.
Con base en lo anterior, el sostenimiento de los mandatos de mezcla (B10 y E10), y la adopción de esquemas de mezclas superiores voluntarias de biocombustibles es fundamental para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de GEI y la descarbonización del país.
En ese mismo sentido, la promoción de los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) el diésel renovable y los combustibles sostenibles marítimos (SMF, por sus siglas en inglés), son todas estrategias que contribuyen con la reindustrialización del país.
Bajo este panorama, durante los últimos años el país ha avanzado en la elaboración de una estrategia climática que pretende reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles para alcanzar la descarbonización en 2050 y disminuir en un 51% las emisiones GEI para 2030.
“Desde hace 20 años, el sector de los biocombustibles ha impulsado la descarbonización del país, principalmente aportando a reducir la huella de carbono del sector transporte, el cual se ve beneficiado gracias a que esta energía líquida renovable contribuye, además, a la mayor eficiencia en los motores, así como a la salud ambiental”, sostuvo Carolina Rojas, presidente de Fedebiocombustibles.
A la producción y uso de biocombustibles se suma la normativa Euro VI, un cambio que ha marcado un hito en el país desde su implementación el 1 de enero de 2023. Esta normativa está orientada a preservar la salud pública y el medio ambiente al exigir vehículos nuevos con motores diésel para minimizar al máximo estas emisiones perjudiciales.
“Los motores Cummins Euro VI son la respuesta de vanguardia a las estrictas regulaciones de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y material particulado (PM) establecidas por la normativa Euro VI en Colombia. Este sistema revolucionario inyecta una solución de urea, conocida como AdBlue, en el escape para convertir los NOx en nitrógeno y agua. La compañía se ha dedicado a desarrollar y promover tecnologías limpias y soluciones de energía eficiente, contribuyendo al esfuerzo nacional por reducir la huella de carbono”, explicaron en el área de gerencia técnica de Cummins de Los Andes.
La hoja de ruta de la transición energética
“El Gobierno de Colombia tiene el objetivo fundamental de adelantar una transición energética justa y sostenible con acciones claras para enfrentar el cambio climático. Esta transición será gradual y tiene cinco ejes fundamentales: Electrificación, impulso a las energías limpias y descarbonización, sustitución progresiva de la demanda de combustibles fósiles, mayor eficiencia energética, revisión y eventual flexibilización de la regulación para acelerar la generación de energías limpias y reindustrialización de la economía colombiana”, detalla en un documento el Ministerio de Minas y Energía.
Dentro de la estrategia, el Gobierno Nacional incluye aceleración de la movilidad eléctrica como medida principal para el sector transporte, la disminución del consumo de combustibles líquidos fósiles, garantizar la soberanía energética, favorecer la exploración, producción e industrialización de minerales estratégicos; y seguir avanzando en una producción minero-energética con neutralidad de carbono, entre otros.
Como avance, el pasado 5 de octubre de 2023 se pusieron en marcha las mesas técnicas para la construcción de la Hoja de Ruta SAF (combustibles sostenibles para la aviación, por sus siglas en inglés) en un proceso coliderado por el Ministerio de Minas y Energía y Aerocivil.
“Este es un momento muy importante pues estamos abriendo camino en promover un mercado dentro del sector de biocombustibles que no solo aportará descarbonizar el sector aéreo, sino que proveerá al país de oportunidades de reindustrialización con nuevas fuentes de empleo y desarrollo de ciencia y tecnología”, indicó Ana María Orozco, asesora del Despacho del ministro de Minas y Energía.
*MÁS CONTENIDO. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO, con el auspicio de Fedebiocombustibles