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Biden defiende ante el Congreso que EE. UU. 'vuelve a estar en marcha'
Durante su primer discurso ante las dos cámaras, el presidente plasmó su voluntad reformadora.
Pandemia, recuperación económica, plan de infraestructura, educación y migrantes figuran en lo alto de la agenda del mandatario estadounidense, Joe Biden.
El presidente pronunció la noche del miércoles su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso en el que se concentró no solo en brindar un balance de lo que han sido estos primeros 100 días en la Casa Blanca, que se cumplen este jueves, sino en exponer el derrotero por donde piensa llevar al país de ahora en adelante.
“Después de solo 100 días puedo informarle al país: Estados Unidos vuelve a estar en marcha. Convirtiendo peligros en posibilidades. Crisis en oportunidades. Contratiempos en fortalezas”, dijo Biden al recordar que los “estadounidenses siempre se ponen de pie”.
Uno de los temas centrales del discurso se concentró en su evaluación de la lucha contra el coronavirus y la recuperación económica, destacando su plan de rescate con el que logró la ayuda directa a millones de familias a través de cheques federales que promedian los 4.000 dólares (unos 15 millones de pesos) y que ya es considerado el primer triunfo de su istración.
De paso, el mandatario presentó la vacunación contra el covid como uno de los “grandes éxitos logísticos” de la historia de Estados Unidos.
La primera dama, Jill Biden, fue una de las pocas inivtadas presenciales al discurso. Foto:Doug Mills / Bloomberg
“Estamos vacunando a la nación. Estamos creando cientos de miles de empleos. Estamos generando resultados reales que la gente puede ver y sentir en sus propias vidas. Abriendo las puertas de la posibilidad y garantizando justicia”, señaló Biden.
A la fecha, se han aplicado más de 232 millones de dosis de vacunas y casi el 30 por ciento del país está plenamente inmunizado.
No obstante, el presidente fue enfático en insistir que para derrotar el virus, muchas más personas deben vacunarse a fin de lograr la inmunidad de rebaño. Y existe preocupación, pues un importante sector de la población, especialmente republicanos, no quieren inmunizarse.
De otro lado, Biden plasmó su voluntad reformadora, en particular en materia fiscal, al presentar el “plan para las familias estadounidenses”, que contiene una inversión histórica en educación y en la infancia, por un monto cercano a los 2 billones de dólares.
El plan, que ya despertó la ira de los republicanos, es ambicioso: prevé un billón de dólares en inversiones, especialmente en educación, y 800.000 millones en recortes de impuestos para la clase media.
Biden lo describió como un “proyecto para construir Estados Unidos” teniendo en cuenta los intereses de la clase obrera, que generará “millones de empleos y billones de dólares de crecimiento económico durante años”.
En la víspera de sus 100 días en el poder, el presidente Joe Biden le habla a la nación. Foto:Chip Somodevilla / Bloomberg
“El plan de empleo estadounidense creará millones de empleos ligados por el principio de comprar productos hechos en Estados Unidos
Para financiarlo, la istración demócrata piensa cancelar los recortes de impuestos para los más ricos aprobados en la era de Donald Trump, y aumentar los impuestos sobre la renta del capital para el 0,3 por ciento más rico del país.
“(El plan) reconoce algo que siempre he dicho: Wall Street no construyó este país. La clase media construyó este país. Y los sindicatos construyeron la clase media”, añadió el presidente durante su discurso.
A este se suma su plan de infraestructura, que hace su curso en el Congreso y prevé inversiones por más de 2,3 billones de dólares en carreteras, puentes, aeropuertos y en fondos para hacer la transición hacia fuentes de energía renovable.
Precisamente, en su discurso de este miércoles, Biden fue incisivo en considerar que crear puestos de trabajo es la “clave” para salir de la crisis y liderar la producción de productos sostenibles con sello nacional. “El plan de empleo estadounidense creará millones de empleos ligados por el principio de comprar productos hechos en EE. UU.”, destacó el mandatario.
No obstante, este discurso marcó el inicio de un agrio debate en el Congreso, ya que si bien su plan de alivio para una economía muy lastrada por la pandemia por 1,9 billones de dólares logró superar los obstáculos, el debate sobre su gigantesco plan de infraestructura y su reforma educativa genera más divisiones.
El plan de Joe Biden contempla una modernización de la infrestructura de Estados Unidos. Foto:EFE/EPA/JIM LO SCALZO
Por lo mismo, la Casa Blanca anunció este miércoles que Biden se reunirá el 12 de mayo con los líderes republicanos del Congreso, Mitch McConnell y Kevin McCarthy, donde se espera aunar esfuerzos para adelantar su ambiciosa agenda.
Finalmente, Biden instó al Congreso a que apruebe el proyecto de reforma de la policía, así como una ley para el control de armas y la frenada reforma migratoria, que busca regularizar a los 11 millones de inmigrantes irregulares que viven en el país.
Las tensas relaciones con Rusia y China hicieron parte del pronunciamiento, en el que el presidente destacó el desafío de “demostrar que la democracia sigue funcionando” en un momento de competición estratégica con autocracias como la de China, argumentando que su gobierno ya empezó a “restaurar la fe del pueblo” en que ese sistema de gobierno puede dar resultados.
Y sugirió, de paso, que el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, cuando una turba de trumpistas intentó impedir su ascenso al poder, fue “el peor ataque contra la democracia” estadounidense “desde la Guerra Civil”.
El mandatario llega a sus primeros 100 días en el poder con una nivel de aprobación promedio de 54,5 por ciento, bajo si se compara con otros presidentes como Barack Obama -que para este mismo momento de su presidencia obtenía el 60 por ciento- pero alto si contrasta con el de Donald Trump que amasaba solo un 44 por ciento de apoyo.
En términos generales, y de acuerdo con un sondeo publicado este miércoles, una gran mayoría de los estadounidenses aprueban la gestión de Biden frente a la pandemia -66 por ciento- y más de la mitad el manejo que le ha dado a la economía y los temas internacionales.
Pero la misma muestra revela cómo los estadounidenses siguen mortalmente divididos tras el explosivo proceso electoral del año pasado: solo un 7 por ciento de los republicanos aprueba su gestión, mientras que el 93 por ciento de los demócratas le da buenas marcas. En otras palabras, la polarización sigue siendo extrema y eso garantiza que muy pocos republicanos en el Congreso terminarán respaldando la ambiciosa agenda de Joe Biden.