Discrepancias sobre guerra en Gaza se colaron en cumbre de líderes regionales en EE.UU.

Una cumbre que estuvo marcada por el lanzamiento de una nueva plataforma económica para promover el desarrollo en América Latina, pero también por las discrepancias en temas sensibles como la guerra en Gaza y la inmigración ilegal.

(Lea aquí: ‘Política migratoria del presidente Biden ha sido decepcionante’: Human Rights Watch)

A grandes rasgos así podría describirse el encuentro de este viernes en la Casa Blanca de los 12 líderes de la región, entre ellos Gustavo Petro, en el marco de la recién creada Asociación para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP, por sus siglas en inglés).

Pero antes de que se conocieran los anuncios formales, en la cumbre de líderes hemisféricos se colaron dos temas colaterales que desataron polémica. El primero fue la agenda sobre Oriente Próximo.

Según el presidente Petro, varios líderes le pidieron a Estados Unidos, el anfitrión del encuentro, “detener la masacre” en Gaza. “Le dijimos al presidente Biden que no se podía seguir permitiendo la masacre. La ruptura del derecho internacional que hoy estamos contemplando produce más violencia, más barbarie, y la destrucción democrática. El discurso de derrotar al terrorismo a punta de muertos siempre fracasa y es lo que estamos viendo en Palestina”, dijo el mandatario colombiano.

Sin embargo, fuentes consultadas por este diario apuntaron que, si bien el mandatario esperaba comentarios de este tipo, estos no fueron de su agrado. Aunque el mismo Biden le ha pedido a Israel una pausa humanitaria en su ofensiva para permitir la salida de civiles, también ha sido claro en que Tel Aviv tiene derecho a defenderse de los ataques terroristas de Hamás.

De hecho, este jueves el senador estadounidense Marco Rubio le dijo a este diario que, dadas las posturas de Petro, Biden no debió invitarlo a la Casa Blanca en estos momentos. Aunque a las críticas del presidente colombiano se han sumado otros, como el chileno Gabriel Boric, su postura sigue siendo incómoda y probablemente harán más difícil la relación.

El segundo tema llamativo fue que la declaración final excluyó en su totalidad el tema migratorio, que era considerado clave para Estados Unidos dada la situación en que enfrente en su frontera sur. Aunque la Casa Blanca insistió en que uno de los objetivos de la APEP era fomentar el desarrollo económico precisamente para atacar la inmigración ilegal, los otros países no estuvieron de acuerdo en darle este acento a la cumbre.

Para muchos, si bien es un problema que padecen varios países, es uno que obedece más a la agenda doméstica de Estados Unidos, donde Biden es criticado constantemente por la crisis fronteriza. En ese sentido, el énfasis en migración que buscaba la Casa Blanca respondía a sus intereses internos y no a las necesidades de una región que busca a un Estados Unidos más comprometido en el desarrollo económico.

Más allá de estos temas, la cumbre convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, terminó con una declaración conjunta firmada por los países de la APEP - Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú, Estados Unidos y Uruguay- en la que identificaron cinco áreas de trabajo conjunto para promover el desarrollo en la región de una manera inclusiva y sostenible.

“Habiendo lanzado la APEP con la intención de fortalecer significativamente nuestra asociación económica, nos hemos unido para establecer esta asociación como un foro liderado por líderes para profundizar la colaboración e integración económicas en nuestro hemisferio. Pretendemos que sirva como una plataforma regional duradera para perseguir una agenda económica y de desarrollo ambiciosa, flexible y orientada a objetivos”, dice el texto de la declaración.

En principio, los países se concentrarán en el fortalecimiento de la competitividad y la integración regional, el fomento de la prosperidad compartida y la buena gobernanza, la construcción de infraestructura sostenible, la protección del medio ambiente y la promoción de comunidades sostenibles.

Para fomentar cada área, los acordaron crear tres vías de trabajo que serán encabezadas por ministros de las distintas carteras con la idea que se reúnan anualmente para avanzar en dichos objetivos. Una dedicada a las relaciones exteriores, otra al comercio y, finalmente, un tercer componente para el sector financiero.

“Para lanzar esta primera fase de trabajo, pedimos a nuestros Ministros de Relaciones Exteriores y otros Ministros relevantes que prioricen las iniciativas de colaboración destinadas a fomentar el crecimiento inclusivo, como a través del establecimiento de un acelerador regional para emprendedores y programas para fomentar el desarrollo de la fuerza laboral, particularmente en la economía digital”, dice la declaración sobre su primer objetivo, que también incluye identificar herramientas que permitan eliminar las barreras que impiden que las mujeres y otros grupos históricamente subrepresentados participen plenamente en la fuerza laboral.

Además, se crearán proyectos e iniciativas que ayuden a mejorar tangiblemente el a la atención médica, el agua potable, la energía limpia, la seguridad alimentaria y nutricional, apoyen la agricultura inteligente y luchen contra el cambio climático a través de prácticas sólidas de adaptación y mitigación.

En el área comercial, los países se comprometieron a empujar políticas que desarrollen cadenas de suministro confiables y mejorar el entorno regulatorio para que sea predecible y confiable.

La vía financiera, por otra parte, perseguirá iniciativas y de inversión de alto nivel a través de la banca multilateral y se renueve el compromiso de apoyar la recapitalización del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el BID Invest que servirá de ancla para financiar proyectos en la región.

El primer paso concreto se dará en febrero con el inicio de una serie de foros para desarrollar la capacidad de los países en la producción de semiconductores.

Así mismo, anunciaron el lanzamiento de una nueva plataforma de inversión para canalizar miles de millones de dólares en financiamiento para infraestructura sostenible a través de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC) de Estados Unidos y el BID Invest.

La plataforma, sostiene, ayudará a “construir puertos modernos, redes de energía limpia e infraestructura digital necesarias para una economía competitiva y resiliente”.

USAID, a su vez, establecerá “un programa acelerador” de varios años para emprendedores en la región con la idea de capacitarlos y conectarlos con redes de posibles inversionistas del sector privado. Inicialmente, Estados Unidos pondrá 5 millones de dólares y Canadá otros 3 millones de dólares.

De la misma manera se anunció un nuevo fondo de 89 millones de dólares financiado por Estados Unidos, Canadá, España y Corea del Sur para ofrecer servicios públicos e infraestructura en los países más afectados por la inmigración.

“Nuestros vecinos deben saber que tienen una verdadera opción de alta calidad y transparente para la infraestructura y desarrollo. Para eso estamos lanzando estas iniciativas”, dijo Biden durante el foro al que asistió EL TIEMPO tras hacer alusión a la competencia de financiación de China en la región. “Queremos volver al hemisferio occidental la región económica más competitiva del mundo”, agregó el mandatario.

Así mismo, el Departamento de Estado establecerá un nuevo fondo con el BID para facilitar inversiones en soluciones innovadoras y escalables basadas en la naturaleza, como canjes de deuda por naturaleza y bonos azules/verdes para ayudar a preservar la rica biodiversidad del hemisferio, reducir emisiones de carbono y crear buenos empleos.

Según Estados Unidos, la demanda y el interés de los inversores en soluciones basadas en la naturaleza han crecido de manera constante en los últimos años, como lo demuestra el reciente Bono Marino de Galápagos facilitado por el BID y el DFC.

SERGIO GÓMEZ MASERI

Corresponsal de EL TIEMPO

Washington

En Twitter: @sergom68