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Joven alérgica al agua: 'No puedo tomar un vaso de agua porque vomito'
Abigail Beck afirma que no puede llorar ni tomar duchas largas sin que le arda la piel.
Aunque ser alérgico al agua parezca sacado de un cuento de niños, la condición que padece Abigail Beck, una joven de 15 años oriunda de Arizona, Estados Unidos, es completamente real. Para Beck, un simple baño o unas lágrimas le pueden causar mucho dolor y fuertes sarpullidos; y con beber un vaso de agua podría enfermarse gravemente.
Urticaria acuagénica es la extraña enfermedad de la que sufre la joven norteamericana y solo se han registrado 100 casos en todo el mundo, por lo que la medicina aún no tiene el conocimiento suficiente para tratarla eficientemente.
En una conversación con el medio ‘Kennedy News’, Beck explicó que empezó a sentir síntomas al inicio de su pubertad, los cuales eran picazón y un poco de molestia al tener cualquier o con el agua.
En ese momento, la joven pensó que se trataba de la contaminación del agua de su ciudad o de una loción que estaba reaccionando mal en su piel. No obstante, el ardor era cada vez más fuerte y empezó a notar unas ronchas en su piel que brotaban incluso después de bañarse.
“Si está lloviendo trato de no salir porque la lluvia me duele, pero si tengo que hacerlo me aseguro de estar completamente cubierta con una chaqueta y tres pares de pantalones de chándal”, manifestó Beck.
Adicionalmente, beber un vaso de agua se convirtió en un calvario, pues no puede hacerlo sin que le generara calambres estomacales, dolor de pecho, cansancio, mareo y vómitos.
“Esto me condiciona la vida, pero no quiero que así sea. Si bebo agua, vomito, me duele mucho el pecho y mi corazón empieza a latir muy rápido”, explicó.
Fue en abril de este año que los médicos dieron su diagnóstico, pero no han podido encontrar un tratamiento adecuado para este padecimiento, ya que, debido a que es tan poco común, no se tienen avances científicos al respecto.
Por esta razón, la estadounidense teme que, en algún punto, su enfermedad se salga de control y nadie pueda saber qué hacer. “Trato de mantenerme de buen humor y sé que si algo sucediera, las personas que me rodean harán lo mejor que puedan”.
Para tratar de estabilizar su condición, la joven toma duchas cortas y seca su cuerpo con una toalla inmediatamente sale de la ducha y, por orden médico, tiene permitidas hasta tres duchas por semana. “Soy una persona muy limpia y trato de mantenerme limpia sin tener que ducharme”.
En cuanto a su hidratación, Beck debe tener mucho cuidado y siempre tiene que revisar muy bien las tablas nutricionales de las bebidas que consume, aunque es una tarea bastante complicada porque la mayoría de productos contienen agua.
“Tuve una reacción hace unos días porque tomé una bebida deportiva que no me di cuenta que tenía mucha agua. Tuve una reacción durante unas cuatro horas con calambres en el estómago, dolores de pecho, cansancio y mareos”, narró la norteamericana.
Para mantener su cuerpo hidratado, toma tabletas de rehidratación, jugo de granada o bebidas energizantes que contengan muy poca agua. También procura consumir analgésicos constantemente para contrarrestar los dolores que se generan cuando su piel se moja.
Entrar con un balde a la ducha puede representar un ahorro significativo. Foto:Istock
Por el momento, sus médicos están evaluando la opción de inyectarle líquidos vía intravenosa o siquiera de encontrar un medicamento que pueda controlar los síntomas de esta enfermedad.
Para Beck, uno de sus temores es que su padecimiento pueda ser degenerativo o incluso mortal, puesto que el desconocimiento de los doctores le genera mucha angustia.
“No sé si podría matarme porque nadie me ha dicho lo contrario hasta ahora. Tengo síntomas que podrían hacer que mi corazón se detenga, pero nadie sabe nada sobre la condición, por lo que no saben si mi corazón o mis pulmones podrían dejar de funcionar”, expresó la joven.