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El alza en precios del gas y energía anticipa un invierno inestable en Europa
Este lunes hubo un aumento del 20 por ciento en los costos. Crece la incertidumbre en Europa.
La mayoría del continente europeo depende del suministro de gas de Nord Stream. Foto: AFP
Los precios del gas en Europa subieron un 20 % este lunes después de que la decisión de Moscú de cerrar un importante gasoducto aumentara el temor de una suspensión prolongada del suministro.
Los futuros de referencia escalaron hacia los 300 euros por megavatio hora, impulsando también los precios de la electricidad y del carbón a nuevos récords.
El gasoducto clave de Nord Stream suspenderá sus operaciones durante tres días por mantenimiento el 31 de agosto, lo que vuelve a generar preocupaciones de que el enlace no vuelva a funcionar como estaba previsto después de los trabajos.
Europa lleva semanas en vilo por los envíos a través del ducto, cuyos flujos solo se reanudaron a niveles muy bajos tras un cierre por mantenimiento el mes pasado.
El contrato holandés al mes entrante, la referencia europea, subía hasta los 294,12 euros el megavatio-hora a las 2:54 p. m. en Ámsterdam. El viernes avanzó por quinta semana consecutiva, la racha alcista más prolongada de este año.
El equivalente británico subía un 23 % este lunes.
Y es que ante la perspectiva de los termómetros en caída, los europeos se preparan para un invierno difícil por la escasez de gas proveniente de Rusia, cuya invasión de Ucrania hace seis meses ha puesto patas arriba el mercado energético mundial.
En primera línea se encuentran los letones, que ya se han quedado sin gas proveniente del gigante ruso y saben a qué atenerse en los próximos seis meses.
"Los precios de la energía son tan exorbitantes que hemos instalado nuestro propio calentador de agua", explica Juons Ratiniks, habitante de la ciudad de Rezekne, no lejos de la frontera rusa.
Al igual que en Letonia, el suministro de gas ruso también se cortó en Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Polonia.
La guerra ha desatado la primera verdadera crisis energética mundial de la historia
En el resto de países, el flujo va secándose: en torno a un 70 % de caída anual en julio, según varios expertos.
En las capitales del continente, la idea de radiadores fríos o de fábricas detenidas horroriza a los gobiernos, que saben que Vladimir Putin usa estratégicamente el arma enérgética.
La caída en las entregas ha disparado los precios del gas, y en consonancia, los de la electricidad, ya que numerosas centrales térmicas funcionan con gas; el petróleo también ha aumentado antes de volver a caer.
La guerra ha desatado la "primera verdadera crisis energética mundial de la historia", considera Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (OIEA). Y Europa se sitúa en "el epicentro de la tormenta".
El gas es tan importante -sobre todo, para países muy dependientes como Alemania, a causa de su industria pesada- que ha quedado fuera de las sanciones europeas a Rusia, que sí incluyen el carbón (embargo total) y el petróleo (embargo progresivo).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans (derecha), hablan sobre el paquete "Ahorrar gas para un invierno seguro". Foto:AFP
Los flujos ya considerablemente disminuidos en el importantísimo gasoducto Nord Stream 1 entre Rusia y Alemania "fluctuarán entre el cero y el 20 % de la capacidad en los próximos meses, lo que provocará una recesión en Europa en el invierno de 2022/23", predice Matt Oxenford, de la Unidad de Inteligencia de The Economist.
Y si hay escasez, las autoridades cortarán el suministro prioritariamente a las empresas: tanto en Francia como en Alemania, los gobiernos están decidiendo a cuáles sacrificarán primero.
La Unión Europea ha pedido a los estados que reduzcan su consumo de
gas en un 15 % -a excepción de España y Portugal, quienes lograron que Bruselas redujera su objetivo a un 7 % por su menor nivel de conexión energética con el resto del continente.
Pero las medidas de ahorro ya se aplican en numerosos países comunitarios. Italia lanzó en primavera una "operación termostato" para bajar la calefacción y reducir el aire acondicionado en escuelas y istraciones, una iniciativa imitada por España y Alemania.
También se está decretando la reducción del alumbrado nocturno de comercios o apostar por el transporte público frente al coche.