Una semana después del ataque de Rusia a Ucrania, una de las preocupaciones más grandes es la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Ucrania.
Los bomberos de este último país han conseguido controlar y sofocar el incendio, pero la comunidad internacional y los mismos ucranianos tienen temor por las consecuencias.
Según expertos, el peligro de radiación es latente y vuelven a aparecer los fantasmas de lo sucedido en Chernobyl hace 36 años.
"El combustible nuclear está dentro del reactor atómico. Todavía no se ha descargado. Además, hay una piscina de recarga y almacenamiento de combustible nuclear en la sala central que también contiene uranio y conjuntos de combustible", dijo un vocero de esta central, Andrii Tuz, recalcando que uno de los más grandes peligros es que se “rompa la cubierta sellada”.
Actualmente, la medición de la radiación está en los límites “normales”, como aseguró el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba. Pero el ejército ruso continúa bombardeándole “desde todos lados”, agregó.
“Si explota será diez veces más grande que Chernobyl en 1986”, dijo Kuleba. “Los rusos deben cesar el fuego inmediatamente, permitir el a los bomberos y crear una zona de seguridad”, siguió.
Si explota será diez veces más grande que Chernobyl en 1986
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, le ha pedido al ejército ruso cesar los ataques sobre la planta, que está en la zona de Enerhodar, recordando lo que pasó en Chernobyl, sus consecuencias personales, de salud y económicas, que fueron terribles.
El 26 de abril de 1986, cuando todavía el mundo estaba en la llamada Guerra Fría, tras una cadena de errores y fallas en la sala de control de reactor cuatro de la Central Nuclear V.I Lenin, ocurrió lo que hasta el momento ha sido el mayor accidente nuclear de la historia.
El sector de Prípiat (frontera entre Ucrania y Bielorrusia), una zona de exclusión por el alto nivel de radiación, todavía hoy tiene rastros en el ambiente, pese a que la naturaleza ya ha retomado su vida en ese lugar.
Durante casi dos semanas se registró un gran incendio y este hecho cobró la vida de 30 personas. Sobre las víctimas de la radiación no se han dado cifras exactas, pero, según estimativos, se cuentan por miles. 142.000 kilómetros cuadrados en Ucrania, Bielorrusia y Rusia se contaminaron.
Pero según National Geographic, en un especial sobre las consecuencias del ataque y la historia de algunas víctimas, “la lluvia radiactiva fue 400 veces superior a la que se liberó en Hiroshima. Esto supuso la expulsión de 300.000 personas de sus hogares y generó una epidemia infantil de cáncer de tiroides. Un informe de 2005 llegó a cifrar en 4.000 vidas perdidas por Chernobyl hasta la fecha".
Por su parte, un informe del The New York Times del 2018, afirma que a más de 200 kilómetros de distancia de la zona de la explosión, la tierra sigue contaminada y que no será habitable hasta el 2040.
La nube radioactiva de Chernobyl se expandió por casi toda Europa. Muchas personas debieron confinarse en sus casas, por los altos niveles de toxicidad.
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EL TIEMPO
*Con información de Agencias