El drama de una pareja que quedó atrapada en una tormenta de nieve, sin comunicación y con poca comida, durante seis días: ‘Sabíamos que podíamos morir allí’

Lo que debía ser una tranquila celebración de la jubilación de Eraldo Rodrigues, un ingeniero mecánico industrial de 60 años, se convirtió en una aterradora experiencia de supervivencia para él y su esposa, Aurora da Silva Rodrigues, de 59 años. 

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La pareja, oriunda de Resende, en el sur de Río de Janeiro, emprendió un viaje en auto hacia Chile que terminó de manera inesperada cuando quedaron atrapados en una tormenta de nieve en Copiapó, Atacama, sin medios de comunicación y con escasas provisiones. 

Solo fueron rescatados seis días después, gracias a la intervención de su hijo Raphael y su nuera Cíntia, quienes movilizaron ayuda a través de internet y participaron en el monitoreo de la búsqueda. 

El 23 de agosto, las autoridades chilenas lograron localizarlos. A su regreso a casa, compartieron su angustiante relato con el medio Globo.

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Eraldo explicó que habían partido el día 5 del mes pasado, con un itinerario que incluía pasar por Foz do Iguaçu y luego ingresar a Argentina para finalmente llegar a Chile. El trayecto parecía normal hasta que se encontraron con una inesperada tormenta de nieve. 

"Nos dirigíamos a Copiapó y, al salir el día 18, revisé el estado de las rutas, pero no había advertencias sobre el riesgo de nevadas o el cierre de aduanas", relató. Tras recorrer 140 kilómetros, llegaron a un puesto fronterizo aparentemente abandonado, lo que les hizo dudar. "Pensé en regresar, pero no teníamos suficiente gasolina, así que decidimos seguir adelante", añadió.

La situación se agravó rápidamente cuando una serie de tormentas de nieve los sorprendieron en su camino. "Durante la cuarta nevada, ya no podía ver nada y Aurora me guió. La quinta tormenta fue devastadora y quedamos completamente atrapados", detalló. 

Aunque intentaron refugiarse en un pequeño albergue, descubrieron que el lugar estaba en malas condiciones. "El refugio tenía agujeros por donde entraba la nieve, el solar no funcionaba y hacía un viento brutal", contó.

La pareja se enfrentó a la difícil realidad de racionar sus limitados suministros de comida. Aurora recordó: "Solo teníamos dos paquetes de fideos instantáneos, algo de sopa, algunas galletas, tres manzanas y un tarro de miel. Cuando se acabó el gas, tuvimos que recurrir a la nieve para hidratarnos". 

La situación empeoró cuando uno de los colchones inflables se pinchó, y el frío se volvió insoportable. Eraldo confesó que, psicológicamente, no sentía hambre, pero sabía que debían ser extremadamente cautelosos. "Había días en los que solo comía la mitad de los fideos", itió.

Las noches fueron particularmente difíciles. "Durante el día nos manteníamos ocupados organizando el refugio, pero por las noches la temperatura bajaba a -20 grados. No teníamos fuego, y nos vimos obligados a hacer lo que fuera necesario para mantenernos calientes", explicó Aurora. Eraldo detalló el ingenioso sistema de capas que utilizó para soportar el frío: "Me puse varias capas de ropa, envolví mis pies con papel y bolsas de plástico, pero aun así el frío era intenso".

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Conscientes de que su situación era crítica, la pareja confiaba en que sus familiares notarían su falta de comunicación. Aurora mencionó que, tras quedarse incomunicados, supieron que podrían estar en peligro mortal. "Sabíamos que podíamos morir allí", dijo, y agregó que se aferraron a la esperanza de que alguien pasara por el lugar o que sus seres queridos pidieran ayuda.

Finalmente, gracias a la intervención de su familia y los esfuerzos de las autoridades chilenas, fueron rescatados después de seis angustiosos días. Eraldo y Aurora sobrevivieron a la tormenta de nieve más dura de sus vidas, con la firme convicción de que el racionamiento y la calma fueron claves para mantenerse con vida.

O Globo (Brasil) / GDA