El presidente de Argentina, Alberto Fernández, puso en funciones este lunes a sus nuevos ministros para relanzar el gobierno en un intento por remontar en la carrera hacia las elecciones legislativas de noviembre y salvar su coalición de peronistas de centroizquierda.
En un acto en la Casa Rosada (sede de gobierno), Juan Manzur, el hasta ahora gobernador de Tucumán (norte), asumió con jefe de Gabinete en reemplazo de Santiago Cafiero, cuestionado públicamente por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Cafiero, convertido en una suerte de manzana de la discordia, fue nombrado canciller, en sustitución de Felipe Solá. Asumieron además los nuevos ministros de Agricultura, Julián Domínguez; de Seguridad, Aníbal Fernández; de Educación, Jaime Perczyk; y de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus.
Fernández anunció un nuevo gabinete el pasado viernes, en un intento por sofocar una crisis política que a lo largo de la semana lo enfrentó duramente con su vicepresidenta, Cristina Kirchner, tras una derrota electoral en primarias legislativas.
Debido a la crisis, Fernández declinó de su viaje a México y también de asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
El gobierno de Fernández y Kirchner está atravesando por su crisis más aguda después de las elecciones primarias legislativas del domingo pasado, en las que la coalición oficialista Frente de Todos (peronismo de centro-izquierda) consiguió solo 31 por ciento de los votos a nivel nacional.
Esos resultados ponen en riesgo la mayoría oficialista en el Senado para las elecciones parlamentarias parciales del 14 de noviembre y alejan la posibilidad de conseguirla en la Cámara de Diputados, cuando aún restan dos años del mandato Fernández-Kirchner.
Nuevas medidas
El gobierno perdió electores en localidades tradicionalmente peronistas y en barriadas populares, donde muchos ni siquiera fueron a votar en un país en el que la pobreza alcanza a 42 por ciento de los 45 millones de argentinos.
La pandemia profundizó la recesión que venía de 2018 y el crecimiento que registran algunos sectores, como la industria y la construcción, aún no tiene eco en la muy golpeada economía informal, que ocupa a varios millones de argentinos.
El gobierno de Fernández se propone reconquistar las simpatías perdidas con un paquete de medidas económicas para ayudar a los más desfavorecidos e impulsar el consumo, pero su mayor problema es domar la inflación que alcanzó entre enero y agosto 32,3 por ciento, por arriba del 29 por ciento previsto por el presupuesto para todo el año.
De todos modos, el gobierno mantuvo al ministro de Economía, Martín Guzmán, a cargo de buscar una solución para hacer frente a la deuda por 44.000 millones de dólares, suscrita por el expresidente Mauricio Macri en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Tampoco tocó al ministro de la Producción, Matías Kulfas, a cargo del comercio interior y del control de precios. De repetirse el resultado en los comicios del 14 de noviembre, el gobierno perdería la mayoría oficialista en el Senado y se alejaría la posibilidad de conseguirla en la Cámara de Diputados, cuando aún restan dos años de mandato.
EFE y AFP
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