CARACAS, Venezuela — Una tienda vende bolsos Prada y un televisor de 110 pulgadas en 115 mil dólares. No muy lejos, ha abierto una concesionaria Ferrari, mientras que un nuevo restaurante permite a los comensales acomodados disfrutar de una comida sobre una grúa gigante con vistas a la Ciudad.
“¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?”, gritó el anfitrión del restaurante vía micrófono a los entusiasmados clientes que pagaban 140 dólares por la experiencia.
Esto no es Dubai o Tokio, sino Caracas, la capital de Venezuela, donde la revolución socialista de Hugo Chávez alguna vez prometió igualdad. La economía de Venezuela implosionó hace casi una década, provocando una gran salida de migrantes en una de las peores crisis en la historia moderna de Latinoamérica. Ahora hay señales de que se está instalando en una nueva y desorientadora normalidad, con productos fácilmente disponibles, la pobreza comenzando a disminuir y focos de riqueza emergiendo.
Eso ha dejado al Gobierno socialista del autoritario Presidente Nicolás Maduro presidiendo una economía en mejoría mientras la Oposición batalla para unirse y Estados Unidos ha reducido las sanciones petroleras que ayudaron a diezmar las finanzas del País.
Las condiciones siguen siendo terribles para una enorme porción de la población y, aunque la hiperinflación que paralizó la economía se ha moderado, los precios aún se triplican anualmente, entre los peores índices del mundo. Pero con el alivio a las restricciones sobre el uso de dólares estadounidenses para hacer frente al colapso económico, la actividad comercial está regresando a lo que alguna vez fue la nación más rica de la región. Como resultado, Venezuela es cada vez más un país de ricos y pobres, y una de las sociedades más desiguales del mundo, arroja Encovi, una respetada encuesta nacional realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
Maduro se ha jactado de que la economía creció 15 por ciento el año pasado con respecto al año anterior y que la recaudación de impuestos y las exportaciones también aumentaron —aunque algunos economistas enfatizan que el crecimiento de la economía es engañoso porque viene después de años de fuertes caídas. Por primera vez en siete años, la pobreza está disminuyendo: la mitad de la nación vive en la pobreza, contra el 65 por ciento en el 2021, arroja la encuesta Encovi.
Pero la encuesta también encontró que los venezolanos más ricos eran 70 veces más ricos que los más pobres, poniendo al País a la par con algunos países de África que tienen las tasas de desigualdad más altas del mundo. Y el a dólares estadounidenses a menudo está limitado a personas vinculadas al Gobierno o las involucradas en negocios ilícitos.
Aunque partes de Caracas están llenas de residentes que pueden pagar productos importados, uno de cada tres niños en Venezuela sufría desnutrición en mayo del 2022, reporta la Academia Nacional de Medicina. Hasta 7 millones de venezolanos simplemente se han dado por vencidos y se han ido desde el 2015, dice la ONU.
Y a pesar del nuevo eslogan de la istración Maduro —“Venezuela se arregló”— muchos se las arreglan con el equivalente a unos cuantos dólares al día, mientras que los empleados del sector público han salido a las calles para protestar por los bajos salarios.
“Tengo que hacer acrobacias”, dijo María Rodríguez, de 34 años, analista de laboratorio médico en Cumaná, 400 kilómetros al este de la Capital, al explicar que, para pagar la comida y la matrícula escolar de su hija, dependía de dos trabajos, un extra vendiendo productos de belleza y ayuda de familiares.
Yrelys Jiménez, maestra de preescolar en San Diego de los Altos, a media hora en auto al sur de Caracas, bromeó diciendo que su salario mensual de 10 dólares significaba “comida para hoy y hambre para mañana”.
Maduro, cuya istración no respondió a solicitudes de comentarios, se ha centrado en los crecientes indicadores económicos. “Parece que el enfermo se recupera, se para, camina y corre”, dijo en un discurso reciente, comparando a Venezuela con un paciente curado súbitamente.
Maduro también está saliendo del aislamiento en Latinoamérica. Colombia y Brasil, ambos encabezados por líderes de izquierda recientemente electos, han restablecido relaciones diplomáticas. Con elecciones previstas para el próximo año, parece cada vez más confiado en su futuro político. La tasa de inflación del año pasado del 234 por ciento ubica a Venezuela en el segundo lugar del mundo, detrás de Sudán, pero palidece en comparación con la hiperinflación observada en el 2019, cuando la tasa se disparó al 300,000 por ciento, reportó el Banco Mundial.
Con la producción y los precios al alza, Venezuela también ha comenzado a ver un aumento en los ingresos del petróleo, su exportación clave. La producción del País de casi 700 mil barriles diarios es más alta que la del año pasado, aunque fue del doble en el 2018 y cuatro veces más alta en el 2013, dijo Francisco J. Monaldi, experto en política energética latinoamericana en la Universidad Rice, en Texas.
Maduro asumió el cargo hace casi 10 años después de la muerte de Chávez y fue electo por última vez en el 2018 en una votación ampliamente considerada una farsa. La creencia de que ganó de manera fraudulenta llevó a la Asamblea Nacional a declarar vacante la Presidencia y utilizar una estipulación en la Constitución para nombrar a un nuevo líder, Juan Guaidó, un ex dirigente estudiantil. Fue reconocido por docenas de países, incluyendo EU. Pero no tenía poder dentro del País.
En diciembre, la Asamblea Nacional desechó el Gobierno interino. Varias figuras de la Oposición han anunciado que participarán en una elección primaria programada para octubre, aunque los analistas políticos se muestran escépticos de que Maduro permita una votación creíble.
“Lo que Maduro tiene hoy es una Oposición desarticulada y dispersa”, dijo Guaidó. “También tiene a la mayoría de la gente en su contra”.
Incluso personas como Eugenia Monsalves, propietaria de una empresa de suministros médicos en Caracas, está frustrada. Aunque ella es de clase media alta, dijo que tenía que vigilar cómo gastaba su dinero.
Monsalves cree que la istración Maduro debe irse, pero le preocupa que los mejores candidatos fueron obligados a exiliarse o descalificados. “La verdad es que sin una visión clara de la Oposición, una plataforma clara de un solo candidato, creo que va a ser difícil”, dijo.
Por: Isayen Herrera
y s Robles
BBC-NEWS-SRC: https://www.nytimes.com/2023/03/21/world/americas/venezuela-economy-wealth-gap.html, IMPORTING DATE: 2023-04-21 16:00:07