En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Una vida peligrosa y solitaria: el duro testimonio de un opositor en Myanmar

El país asiático vivió un golpe de estado en 2021, época en la que los militares se tomaron el poder

NYT: Manifestante antigolpista usa un extintor para contrarrestar los gases lacrimógenos disparados por policías en Rangún.

NYT: Manifestante antigolpista usa un extintor para contrarrestar los gases lacrimógenos disparados por policías en Rangún. Foto: Associated Press

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Rangún, Myanmar
Cuando los militares tomaron el poder en un golpe de estado el 1 de febrero del 2021, agarré algo de ropa y otros artículos esenciales y salí a las calles de Rangún. No he vuelto a casa desde entonces.
Dirigía a un grupo de activistas en oposición al régimen militar de Myanmar y entonces supe que los soldados pronto vendrían a buscarme. Desde el golpe, mis colegas y yo hemos jugado al gato y al ratón con las fuerzas de seguridad en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar. Organizamos protestas no violentas —manifestaciones pequeñas y rápidas para recordar a los militares que no tienen el control total y para dar esperanza a nuestros ciudadanos.
Es una vida peligrosa y solitaria.
Paso casi todo mi tiempo ocultándome en casas seguras —seis de ellas hasta ahora. Tengo 27 años y he dejado mi departamento actual sólo unas cuantas veces desde julio. Es como si se hubiera construido un muro impenetrable, separándome del mundo. Paso gran parte de mi tiempo en reuniones vía Zoom planeando protestas callejeras con colegas de mi organización, la Fuerza de Ex Alumnos de los Sindicatos de Estudiantes Universitarios, y otros activistas. Para mantenerme cuerdo, he comenzado a tocar la guitarra y me obligo a caminar por mi pequeño departamento 20 minutos todos los días.
Cada vez que siento la necesidad de salir y disfrutar de la vida, pienso cuánto tiempo pasaría antes de que me arresten, cómo afectaría mi arresto a los hombres y mujeres que luchan a mi lado y cómo ya no sería de utilidad para la resistencia. El departamento es a la vez santuario y prisión.
Cuando arrestan a amigos y camaradas, lloro por ellos. Pero tengo que dirigir rápidamente mi atención a si su arresto me pone en riesgo. Cambio la tarjeta SIM de mi teléfono celular y reviso las interacciones con esos amigos en busca de información incriminatoria que los interrogadores militares puedan sacarles. Tenemos protocolos establecidos para esto, información inútil que se puede dar para desviar a las autoridades o ganar tiempo. Pero, ¿y si vencen a mi camarada?
Los ojos de la inteligencia militar están en todas partes, a veces disfrazados de vendedores de frutas o conductores de tricitaxis. Así que sólo cinco personas saben dónde me oculto, personas que se han escondido conmigo o que me proporcionan comestibles, cigarros y libros. Veo esto no como el destino, sino como mi propia elección —se siente menos deprimente así— y me consuela mi creencia en lo que estoy haciendo.
El pueblo de Myanmar ha estado cautivo durante demasiado tiempo, primero por los británicos y luego, después de un periodo de democracia tras la independencia del País en 1948, por una sucesión de regímenes militares desde 1962.
En el 2015, un Gobierno democrático ganó el poder en elecciones después de un proceso de reforma liderado por militares. Los militares, conocidos como Tatmadaw, mantuvieron una influencia significativa, pero parecía que había iniciado una nueva era.
Hasta el golpe en el 2021.
Estoy decidido a luchar, pero aún extraño la vida normal que alguna vez disfruté en Rangún, mi ciudad natal. Estoy aquí y, sin embargo, no lo estoy.
Después del golpe, mis padres también se escondieron por temor a que los militares los arrestaran para atacarme. Fue la decisión correcta; algunos padres de mis amigos han sido arrestados por la postura de sus hijos contra el golpe. Sé dónde están mis padres, pero no puedo visitarlos ni decirles dónde estoy.
Resistir al régimen se vuelve más difícil cada semana. Inmediatamente después del golpe, cientos de miles de personas salieron a las calles a protestar. Pero la junta emprendió una represión brutal. Hasta ahora, el Ejército ha matado a casi 3 mil personas, arrestado a más de 17 mil y cometido terribles abusos de derechos humanos. Los números reales son probablemente mucho más altos. Miles han tomado las armas contra los militares, que han respondido masacrando a civiles y realizando ataques aéreos que han matado a niños.
Como resultado, lo que comenzó con cientos de personas uniéndose a nuestras protestas flash en los meses posteriores al golpe se ha reducido a sólo unas docenas.
Pero seguimos. Nuestra gente identifica buenas ubicaciones —lugares públicos bulliciosos con amplias rutas de escape a casas seguras. Llevamos pancartas y marchamos, coreando contra la junta. Muchos vendedores ambulantes y otros transeúntes expresan su apoyo, pero deben tener cuidado o correr el riesgo de que sus puestos del mercado sean destruidos o saqueados, o de que las fuerzas de seguridad los castiguen de otras formas. Todo termina en minutos y nuestros activistas se desvanecen.
Los riesgos son enormes. Un colega fue arrestado camino a una de nuestras reuniones. Poco después, los militares lo obligaron a llamarnos, tratando de engañarnos a mí y a otros para que asistiéramos a una reunión falsa. A través de palabras clave, mi colega nos hizo saber que estaba en custodia. Fuimos inmediatamente a su casa segura y destruimos todo lo delicado: su computadora portátil, teléfono, cámara, tarjetas de memoria y documentos. Los militares allanaron el departamento poco después.
El día del golpe hace dos años, vi ira, miedo, tristeza e incertidumbre en los rostros de las personas mientras luchaban por comprender lo que significaba para ellos y su País. Hoy, la gente apenas reconoce su vida; graves dificultades económicas, inflación altísima, aumento en la delincuencia y otros sufrimientos afectan a innumerables familias. Pero estamos decididos a escribir un final feliz para este oscuro episodio.
No podemos perder la esperanza. No volveremos al viejo Myanmar. Crearemos una sociedad libre y equitativa para todos, incluyendo los rohingya y otras minorías étnicas que han sufrido durante demasiado tiempo —un Myanmar basado en una constitución federal, igualdad y compasión, y cuyos valores inspiran al mundo.
Nan Lin es un activista de Myanmar escondido en Rangún. Envíe sus comentarios a [email protected].
Por: NAN LIN

Sigue toda la información de Internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales