DUBAI, Emiratos Árabes Unidos — Ya de por sí es difícil para los líderes mundiales descifrar el futuro del carbón, el petróleo y el gas en un mundo en calentamiento. ¿Qué hay del futuro del pan y la leche?
El sistema alimentario representa alrededor del 30 por ciento de las emisiones de gases invernadero a nivel global de la granja a la mesa y al basurero, y es una causa importante de la pérdida de biodiversidad. Los pequeños agricultores en países pobres, al borde de la subsistencia, se cuentan entre los más vulnerables a los peligros climáticos. Y el hambre ha aumentado en los últimos tres años, al tiempo que la pandemia del coronavirus y la invasión rusa de Ucrania han trastocado las cadenas de suministro.
Así que, ¿cómo alimentarnos sin dañar aún más al planeta o empeorar los crecientes niveles de hambre? La cumbre climática de la ONU de este año enfrentó esta interrogante.
Cambiar la forma en que el mundo come está plagado de dificultades. El alza en los precios de los alimentos puede derrocar gobiernos. Los agricultores pueden ser un poderoso grupo de presión política. Cambiar hábitos alimenticios puede ser complicado y el comercio de las materias básicas agrícolas es influyente.
Sin embargo, en la cumbre climática de este año, más de dos terceras partes de los países del mundo respaldaron un acuerdo para reestructurar el sistema alimentario global, aunque es impreciso, carece de objetivos concretos y no es vinculante.
La agencia alimentaria de la ONU emitió un reporte histórico que esboza lo que se necesitaría para alinear el sistema alimentario mundial con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura promedio a niveles manejables.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dijo que eso significaría reducir el desperdicio de comida a la mitad y las emisiones de metano del ganado en 25 por ciento, ambos para el 2030. También requeriría sembrar una variedad más diversa de cultivos.
La hoja de ruta de la FAO significa tomar distintas acciones en distintos países. En Norteamérica, significa alentar a los ciudadanos a consumir menos carne y productos lácteos, dijeron expertos alimentarios. En países de África subsahariana, significa aumentar la productividad agrícola. Todos los países deben reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
La Declaración de los Emiratos sobre Agricultura Sostenible, Sistemas Alimentarios Resilientes y Acción Climática compromete a los países a incluir las emisiones agrícolas en su siguiente ronda de objetivos climáticos, en el 2025. No contiene políticas específicas.
A la fecha, se han sumado 154 países. India, durante mucho tiempo sensible a cualquier acuerdo global que afecte la seguridad alimentaria, se resistió.
Por: Somini Sengupta
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