SEÚL — Washington y Moscú inundaron la Península de Corea con armas y ayuda mientras alimentaban la guerra entre el Sur y el Norte hace 70 años. Ahora, en un momento fatídico en el que la historia se vuelve sobre sí misma, Rusia y Estados Unidos están recurriendo a esos mismos aliados para suministrarles las municiones que tanto necesitan mientras las potencias se enfrentan nuevamente, esta vez en Ucrania.
Cuando el Presidente Vladimir V. Putin se reunió con Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, en el lejano oriente de Rusia el mes pasado, llegaron a lo que Corea del Norte llamó “un acuerdo satisfactorio” sobre “los asuntos de cooperación inmediata” entre los dos países, que han encontrado intereses comunes en oponerse a Estados Unidos y sus aliados. Si se llegó a un acuerdo específico sobre armas, no se anticipaba que Moscú ni Pyongyang lo anunciaran. Comprar armas a Corea del Norte o brindar ayuda a sus programas armamentístas son violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado en Washington, describió la reunión como Putin “rogándole a Kim Jong-un que lo ayudara”.
Y en un nuevo análisis, fotografías satelitales parecen proporcionar nueva evidencia de buques de carga viajando entre Rusia y Corea del Norte en apoyo de un comercio ilícito de armas que refuerza la guerra de Moscú en Ucrania. El 13 de octubre, Estados Unidos acusó a Corea del Norte de enviar más de mil contenedores a Rusia que se creía estaban llenos de armas.
No es sólo Rusia la que recurre a las Coreas en busca de ayuda: bajo acuerdos elaborados discretamente con Washington, Corea del Sur tiene meses de estar enviando grandes cantidades de proyectiles de artillería a Estados Unidos. Insiste en que no suministra armas letales directamente a Ucrania. Pero sus envíos al Ejército estadounidense ayudan a liberar existencias estadounidenses para que Ucrania las utilice en la lucha contra Rusia.
Aún técnicamente en guerra, ambas Coreas han participado en una carrera armamentista, reuniendo dos de los ejércitos permanentes más grandes del mundo, con grandes reservas de armas desde que entró en vigor un alto al fuego en 1953.
Corea del Norte, aunque empobrecida, ha priorizado una escalada militar. Se cree que construyó sus primeros misiles balísticos intercontinentales con cohetes del mercado negro procedentes de Ucrania. El País también ha ganado dinero vendiendo armas a Siria e Irán.
Corea del Sur ha construido su industria de defensa copiando las armas proporcionadas con ayuda militar de Estados Unidos. También aprovechó su industria armamentista para las exportaciones, ganando contratos multimillonarios para vender tanques, obuses, aviones de combate, misiles y vehículos blindados para ayudar a alimentar la demanda impulsada, en parte, por la guerra en Ucrania.
“En la era posterior a la Guerra Fría, Corea del Sur y del Norte han sido prácticamente los únicos países que han permanecido en pie de guerra constante, con grandes arsenales de artillería y otras armas listas para ser utilizadas”, dijo Yang Uk, un experto militar en el Instituto Asan de Estudios Políticos, en Seúl. “El hecho de que Corea del Sur y Corea del Norte sigan atrapados en una confrontación armada de la Guerra Fría explica por qué Washington y Moscú acuden a ellos en busca de armas”.
Ha habido una particular demanda por municiones de artillería a medida que ambas partes en el conflicto de Ucrania agotan sus existencias más rápido de lo que la producción puede darles abasto. Los funcionarios surcoreanos y estadounidenses no han dicho cuántos proyectiles ha proporcionado Corea del Sur a Estados Unidos, y Seúl trata la información sobre sus arsenales de armas como secreto. Pero informes noticiosos recientes indicaron que Corea del Sur ha vendido o prestado al menos cientos de miles de proyectiles de artillería al Ejército estadounidense.
Moscú ha advertido a Seúl que no suministre armas a Ucrania.
Hasta el momento no ha surgido ninguna evidencia de que se hayan utilizado en Ucrania proyectiles fabricados en Corea del Sur. Tampoco ha habido ninguna evidencia pública de que Rusia haya utilizado armas y municiones norcoreanas en el campo de batalla de Ucrania.
Los analistas advierten que la diplomacia de Kim con Putin indica un cambio más amplio en su política —alineándose más definitivamente con Rusia y China contra Estados Unidos.
Pero aún hay dudas de que Putin proporcione tecnología a Corea del Norte para perfeccionar sus misiles balísticos intercontinentales o construir submarinos de propulsión nuclear.
Por: CHOE SANG-HUN
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