Cuando el director Davis Guggenheim ó a Michael J. Fox hace tres años con la esperanza de hacer una cinta sobre su vida, el actor en un principio se opuso a la idea —particularmente un filme centrado en relatos sobre los que ya había escrito en cuatro memorias bestseller.
“Le dije, mi historia no necesita gran explicación”, recordó Fox. “No sé cuántas veces puedes contarla”.
Sin embargo, Guggenheim insistió. No quería hacer una versión cinematográfica de las memorias de Fox, ni un documental común. Quería hacer un largometraje con tanta vida y tanto humor como el objeto de su atención, un esfuerzo divertido y ágil similar a una cinta estelarizada por Michael J. Fox.
Al final, Fox cedió, aunque con una condición: sin violines. “Sin un trato sentimental para un cuate con un diagnóstico terrible”, dijo Guggenheim.
“Still: A Michael J. Fox Movie” (que se transmite vía streaming por Apple TV+), entrelaza recreaciones con guión escrito, material de archivo tras bambalinas, entrevistas con Fox y clips de su trayectoria de 40 años, incluyendo sus papeles revelación en “Volver al Futuro” y en la serie de televisión “Family Ties”.
El filme es un híbrido sin género claro que echa mano del trabajo de Fox en cine y televisión para ilustrar momentos clave de su vida, e incluso revelar secretos durante mucho tiempo guardados —entre ellos, cómo logró ocultar su mal de Parkinson durante años, incluso mientras protagonizaba la serie de comedia “Spin City”.
Inicialmente, Guggenheim quería contar la historia de Fox en gran medida a través de recreaciones, con actores encarnando a Fox en diversas etapas de su vida. Pero el editor del filme, Michael Harte, creyó que usar un doble de alguien tan reconocible como Fox “sacaría al público de la cinta”.
En vez de ello, Harte pensó que podrían usar clips de cine y televisión de Fox para contar su historia.
Un día, Harte combinó una escena del filme “Bright Lights, Big City”, en el que Fox revisa un artículo cuya información se le ha pedido verificar, con un clip en audio del actor describiendo la primera vez que leyó el guión de “Volver al Futuro”. A Guggenheim le encantó la mezcla y animó a Harte a encontrar más.
En la cinta, los realizadores mezclaron escenas con guión escrito del doble de Fox, tomadas de espalda para que no se pudiera ver su rostro, y tomas del verdadero Fox, ya sea de sus filmes y programas, o de clips tras bambalinas tomados de 92 videocassettes de material de “Family Ties”.
Los realizadores también revisaron episodios de “Spin City” en busca de material de cómo Fox había mantenido su Parkinson oculto del elenco, del equipo de producción y del público. En un montaje, vemos a Fox jugueteando con plumas, sosteniendo teléfonos, revisando su reloj y subiéndose las mangas, cualquier cosa para disimular el temblor en su mano izquierda.
Fox quedó complacido con el proyecto terminado.
Algunos momentos fueron emotivos de ver, particularmente aquellos sobre Tracy Pollan, la esposa de Fox durante 35 años, a quien conoció en el foro de “Family Ties”.
“Me casé con esta chica que tenía una carrera en ciernes, le iba bien, y luego se casó conmigo y era como una madre soltera”, dijo Fox. “Yo estaba haciendo películas y ella estaba en casa con un bebé, y yo bromeaba sobre ello en programas de entrevistas.
“Y permaneció a mi lado cuando pudo haberse marchado”, continuó. “Ella podría haber dicho, ‘Parkinson, eso no es para mí’. Pero no lo hizo, se quedó. Poder ver eso en el filme fue todo un privilegio”.
Por: Robert Ito
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