ROMA — Durante casi un siglo, sólo los gatos gozaban de rienda suelta en un antiguo sitio arqueológico en el centro de Roma. Los turistas humanos sólo podían reunirse a lo largo de las balaustradas arriba, con teléfonos y cámaras en la mano.
Pero a partir del 20 de junio, se ha permitido por primera vez a las personas descender y obtener una mejor visión del sitio, que se cree que fue donde Julio César fue asesinado por un grupo de Senadores en el año 44 a.C. El lugar se encuentra en un área con cuatro templos, raros restos de la República romana, que datan de los siglos IV al I a.C.
El sitio completo, el Área Sagrada de Largo di Torre Argentina, es el más reciente agregado a la rica oferta arqueológica de Roma. En la inauguración, Roberto Gualtieri, Alcalde de la Ciudad, dijo que el sitio sumaría “un valor tremendo a una Ciudad que nunca deja de sorprender con sus tesoros y maravillas”.
No hay una X que marque el lugar donde César encontró su sangriento final, como reza la tradición y la obra de Shakespeare “Julio César”. El lugar contiene sólo un revoltijo de rocas calizas, ladrillos y brotes de hierba.
Los visitantes “pueden tener dificultades para imaginar esto, porque el drama de Shakespeare te induce a pensar que el asesinato fue en el foro”, dijo la arqueóloga Monica Ceci, que supervisa el sitio. En realidad, César fue asesinado en la Curia de Pompeyo, una sala donde se reunía ocasionalmente el Senado de Roma. Más tarde, el Emperador Augusto la declaró “locus sceleratus” o “lugar maldito”, y fue tapiada.
Pero Shakespeare “podía salirse con la suya” con cierta licencia artística, dijo Ceci.
Del lado opuesto del sitio, decoraciones y esculturas de mármol, almacenadas durante décadas en bodegas, se exhiben en un largo salón debajo de la calle.
“Es asombroso, aquí percibes una sensación de tiempos antiguos”, dijo Irina Lumsden, ingeniera de datos de Melbourne, Australia. “Han hecho una gran labor conservando el sitio”.
Los cuatro templos han sido identificados tentativamente, aunque aún hay debate académico: el Templo de Juturna, en honor a una diosa de las fuentes, pozos y manantiales, de mediados del siglo 3 a.C.; el Templo de la Fortuna Huiusce Diei, o Fortuna del Presente, construido en el siglo 2 a.C.; el Templo de Feronia, diosa de la fertilidad, construido en el siglo 4 a.C.; y el Templo de Lares Permarini, dedicado a los protectores de la navegación, o según otros a las Ninfas, y construido a principios del siglo 2 a.C.
La Curia de Pompeyo fue erigida en el siglo 1 a.C.
Después de que un incendio devastó esta parte de Roma en el año 80 d.C., el Emperador Domiciano restauró los templos y se construyó un piso de losa de travertino, aún visible, sobre los escombros circundantes.
El área sufrió más transformaciones, permaneciendo enterrada hasta que fue redescubierta durante excavaciones de 1926 a 1929, cuando la plaza estaba siendo demolida para nuevos edificios. Los funcionarios de la Ciudad entendieron el valor del hallazgo, y el sitio fue cerrado, para ser irado sólo desde arriba.
Monica Baraschi, voluntaria de un santuario de gatos que colinda con el sitio, dijo que incluso los residentes felinos —había 86, dijo— se beneficiarían. “Serán mimados —los gatos estarán felices”, dijo.
Sandro Lubattelli y su esposa, Rossana Cipressi, ambos jubilados, dijeron que toda su vida miraron el sitio desde arriba y estaban encantados de finalmente poder entrar. “Siempre nos preguntamos por qué estaba cerrado”, dijo Lubattelli.
Por: ELISABETTA POVOLEDO
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