Incluso cuando India luchaba por reunir recursos y encontrar una salida a la pobreza, sus científicos apuntaban muy alto.
Y ahora, la ciencia y la tecnología están demostrando ser un pilar del ascenso de la India como potencia económica y geopolítica.
El 23 de agosto, el histórico aterrizaje de un vehículo explorador del país en la región del polo sur de la Luna transmitió un potente mensaje: las limitaciones de recursos no tienen por qué impedir logros trascendentales.
“India está demostrando repetidamente que el cielo no es el límite”, dijo el Primer Ministro Narendra Modi a los científicos en el centro de control después del alunizaje. “La ciencia y la tecnología son las piedras angulares de un futuro brillante para nuestra nación”.
El alunizaje del rover, que se celebró con oraciones, música y proyecciones en escuelas de todo el país, convirtió a la India en apenas el cuarto país en aterrizar con éxito en la Luna y el primero en hacerlo en su polo sur. El alunizaje figura entre una serie de distinciones recientes que han elevado a la India en el escenario mundial.
El país ha superado a su antiguo señor colonial, Gran Bretaña, para convertirse en la quinta economía más grande del mundo. El poder diplomático de India ha alcanzado nuevas alturas a medida que occidente busca un contrapeso a la influencia de China. Y su nuevo estatus como nación más poblada del mundo viene acompañado de una población joven y en expansión preparada para impulsar el crecimiento económico.
Pero el crecimiento económico de India sigue siendo profundamente desigual e insuficiente para las necesidades de su población de 1.4 mil millones de personas, y el subempleo constituye un grave desafío.
Ese crecimiento depende en parte del acto en la cuerda floja de la diplomacia global no alineada de India. Debe equilibrar su creciente cercanía con Estados Unidos y sus profundos vínculos con Rusia mientras continúa su intenso flujo comercial con China.
Décadas de sanciones estadounidenses después de que India inició sus pruebas nucleares en 1974 se convirtieron en un importante obstáculo al crecimiento, compensado sólo por la ayuda de Moscú. Esas décadas arraigaron profundamente una búsqueda obsesiva del progreso científico pese a la escasez de recursos, dijo Indrani Bagchi, directora ejecutiva del Centro Ananta Aspen, una organización no gubernamental en Nueva Delhi.
La Organización de Investigación Espacial de India, conocida como ISRO, tuvo comienzos tan humildes en la década de 1960 que partes de uno de sus primeros cohetes fueron transportadas en la parte trasera de una bicicleta, una imagen que se ha convertido en parte del acervo popular.
Los recursos han aumentado en los últimos años y la India abrió su sector espacial a la inversión privada. Pero la ISRO aún opera con un presupuesto anual de sólo unos 1.5 mil millones de dólares. El presupuesto de la NASA es de casi 25 mil millones de dólares.
Tras el exitoso alunizaje, los canales de televisión indios transmitieron desde el interior de la sencilla casa de P. Veeramuthuvel, director del proyecto. Su padre, P. Palanivel, un ex empleado del ferrocarril, estaba sentado frente a su televisor enjugándose lágrimas de alegría.
“Para un indio de clase media, la única manera de superar generaciones de pobreza es trabajando duro para que tu hijo pueda asistir a la escuela y la universidad”, dijo Bagchi, del Centro Ananta Aspen. “Y principalmente en las ciencias y la tecnología”.
Hari Kumar contribuyó con reportes a este artículo.
Por: Mujib Mashal
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