La música se convirtió en un susurro a petición de Alien Ness. El breaker veterano (nunca “practicante de breakdance”) estaba entrenando a unas cuantas docenas de amateurs —hombres, mujeres, negros, blancos, asiáticos— durante su clase de trabajo de pies antes de la final nacional del Red Bull BC One, una de las competencias de breaking más importantes de Estados Unidos, celebrada en agosto en Filadelfia.
“Dicen que el baile es un vocabulario”, dijo Alien Ness, exhortando a los bailarines a contorsionar sus cuerpos para deletrear sus nombres. “Si se siente como la letra, si se mueve como la letra, entonces es la letra”.
Alien Ness, un breaker pionero nacido Luis Martínez, se unió a los Mighty Zulu Kingz, uno de los primeros grupos de breaking, a principios de la década de 1980, cuando el breaking, el lirismo, el tornamesismo y el graffiti figuraron entre los elementos que se fusionaron para formar el hip-hop.
En las décadas desde entonces, el breaking ha desaparecido en gran medida del primer plano del hip-hop en Estados Unidos, mientras ha alcanzado una modesta popularidad en países como Japón, Australia y Francia gracias a las demostraciones de los grupos de baile originales y a populares programas televisivos de competencias de baile. En gran medida ha quedado fuera de la celebración del 50 aniversario del hip-hop. En EU, los mayores puntos de convergencia son las competencias patrocinadas por corporaciones, como a la que acudía Alien Ness.
Ahora el breaking, nacido en Nueva York, se está preparando para su mayor atención internacional hasta el momento cuando se convierta en deporte olímpico en los Juegos de París en el 2024.
“Lo cambia todo”, dijo Alien Ness. “Ahora es una medalla de oro olímpica. Ahora es una caja de Wheaties. Ahora es tu propio tenis Nike”.
La nueva plataforma ha dejado a los pioneros y a los breakers más jóvenes lidiando con asuntos de autenticidad que algunos de los otros principios del hip-hop ya han enfrentado. Para muchos, el estilo practicado en las competencias organizadas difiere del breaking como arte.
“El breaking es mucho más orgánico”, dijo Odylle Beder, una breaker de Brooklyn conocida como Manti, “y la forma en que lo hacemos en los Juegos Olímpicos es como, ‘Haz una ronda’. Detente, mira cuál es tu puntuación. Ahora haz otra ronda’.
“No parece real porque cuando alguien entra al círculo y termina la ronda, quieres entrar inmediatamente después para responder”, agregó.
La Federación Mundial de DanceSport (WDSF), reconocida por el Comité Olímpico Internacional, es el órgano rector del breaking. “Realmente no tienen idea de lo que estamos haciendo”, dijo el veterano breaker Gabriel “Kwikstep” Dionisio.
Mientras que los primeros breakers varoniles y femeniles hacían molinos de viento a los ritmos funk y soul utilizados por los DJ pioneros, las grandes competencias están sujetas a leyes de derechos de autor y utilizan música anodina.
“La música es lo que nos impulsó”, dijo Chino López, miembro fundador de los New York City Breakers (uno de los primeros grupos) conocido como Action. “Ahora están haciendo cosas locas en comparación con lo que estábamos haciendo nosotros, pero veo que no están viviendo la música, y eso es muy, muy importante”.
A algunos breakers les preocupa que los Juegos Olímpicos despojen el alma de la lucha que dio origen al breaking y sostienen que el breaking es un arte, no un deporte. Otros argumentan que el hip-hop ya está demasiado comercializado y desfigurado.
“Estos chicos de Nueva York no tienen ni idea. No pueden competir. En cuanto a que tengamos un equipo de Estados Unidos para enfrentar a Japón, Corea y Francia, no tenemos ninguna posibilidad. Y es una pena porque fuimos nosotros los que iniciamos esto”, dijo Lopez.
Dionisio y Ana “Rokafella” García, pareja casada, formaron Full Circle Productions en 1992, dirigiendo un equipo de baile y desarrollando programación educativa sobre las raíces del breaking. Dicen que han instruido a miles a lo largo de los años en Nueva York.
“El atractivo del breaking es que es tu propia identidad”, dijo Dionisio. “Cuando vas a los Juegos Olímpicos, es una atmósfera corporativa. Te conviertes en su identidad”.
García dijo que el breaking, como ella lo conoce, pudiera ser aplaudido en los Juegos Olímpicos. También podría ser tergiversado. Si una versión bastarda del breaking atrae los aplausos, ¿seguirá siendo una victoria para el hip-hop?
Alien Ness dijo que celebrará sin importar quién gane.
“El primer grupo de breakers salió del Río Bronx”, dijo, y agregó: “Miro por la ventana y veo el patio de recreo. Yo pienso: ‘Vamos a ir a los Juegos Olímpicos, pero esto empezó aquí, en mi patio trasero’”.
Por: Jonathan Abrams
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