Olas de calor en Australia podrían ser letales: expertos piden medidas a autoridades

La obra de construcción estaba a 24 kilómetros tierra adentro de la Playa Bondi en la costa este de Australia, pero bien podría haber estado a un mundo de distancia.

Cuando llegó la primera ola de calor del verano el mes pasado, las condiciones ardientes dejaron al compañero de trabajo de Apenisa Marau demasiado delirante para funcionar, con una cabeza que le estallaba y dolor en los ojos. Fue trasladado a un rincón fresco para descansar e hidratarse.

La extensión occidental de Sydney, la ciudad más grande del país, siempre ha sido más calurosa que los suburbios costeros. La refrescante brisa marina no llega a estas llanuras bajas, que además reciben menos lluvia que el este.

Pero en las últimas décadas, la región se ha vuelto más caliente debido al rápido desarrollo urbano. Ahora está plagado de islas de calor —barrios densamente construidos y poblados que atrapan el calor y magnifican los efectos de un planeta en calentamiento. Las temperaturas pueden ser hasta 10 grados centígrados más altas que en el este de Sydney.

Las olas de calor causan más muertes en el mundo que todos los demás desastres naturales juntos. En Australia, el patrón climático cálido y seco de El Niño ha regresado después de varios años y ha convertido el verano en un grave peligro para los millones de personas que viven en el oeste de Sydney.

A medida que la población del oeste de Sydney ha crecido hasta alcanzar unos 2.5 millones, también lo ha hecho el desarrollo urbano. El número de espacios verdes está disminuyendo, mientras que el número de superficies artificiales, que absorben e irradian calor, aumenta. Pese a llamados a los gobiernos y desarrolladores para que adopten prácticas de construcción más conscientes del clima, las islas de calor se están expandiendo, dijo Sebastian Pfautsch, profesor asociado de planeación urbana en la Universidad Western Sydney.

Un vocero del departamento de planeación y medio ambiente de Nueva Gales del Sur dijo que su objetivo era aumentar la cubierta arbórea en Sydney para el 2036. El departamento también ha instituido estándares de construcción de viviendas más energéticamente eficientes.

El menor nivel socioeconómico de la mayoría de los habitantes de las islas de calor del oeste de Sydney los pone en mayor riesgo.

“No creo que estemos preparados”, dijo Lai Heng Foong, médico de urgencias de un hospital de Bankstown, y agregó que los hospitales están al límite. Parte del problema, afirmó, es lograr que los gobiernos y las comunidades tomen en serio los peligros del calor.

“Esto es completamente prevenible”, afirmó.

GAVIN BUTLER. THE NEW YORK TIMES