Durante gran parte de los últimos cinco años, las armadoras han estado gastando miles de millones de dólares en una carrera frenética por desarrollar vehículos eléctricos y construir fábricas para producirlos.
Pero en los últimos 12 meses, la tasa de crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos (VEs) se ha desacelerado drásticamente al resistirse algunos compradores a los altos precios y a las molestias de cargar los vehículos, particularmente en viajes largos.
Eso está obligando a muchos fabricantes automotrices a dar marcha atrás a agresivos planes de inversión y a regresar, al menos en parte, a los vehículos con motor de combustión interna que aún representan la mayoría de las ventas de autos nuevos.
En julio, Ford Motor dijo que remodelaría una planta en Canadá para producir camionetas grandes en lugar de los vehículos deportivos utilitarios eléctricos que anteriormente había planeado fabricar allí. Además, General Motors dijo que esperaba fabricar entre 200 mil y 250 mil autos y camiones impulsados por baterías este año, unos 50 mil menos de lo que había pronosticado anteriormente.
Las dudas de las armadoras respecto a los VEs llegan en un momento políticamente tenso para la industria. Las regulaciones automotrices estadounidenses podrían cambiar significativamente si el ex Presidente Donald J. Trump gana las elecciones en noviembre. Él se ha comprometido a dar marcha atrás a las políticas del Presidente Joseph R. Biden Jr. que promueven el uso de autos que funcionan con baterías.
Pero incluso antes de que tomara vuelo la campaña presidencial, Ford, GM y otros fabricantes automotrices habían estado desacelerando sus inversiones en vehículos eléctricos, aplazando algunos modelos nuevos y la construcción de plantas de baterías. Hace apenas unos años, GM y Ford esperaba tener capacidad para fabricar más de un millón de vehículos eléctricos al año a mediados de esta década. Sin embargo, en un evento reciente de CNBC, Mary T. Barra, directora ejecutiva de GM, dijo que tomaría más tiempo alcanzar ese nivel debido al crecimiento más lento en las ventas de VEs.
Incluso Tesla, el principal productor de autos eléctricos, ha cambiado sus planes porque ya no anticipa que las ventas crezcan un 50 por ciento anual; sus ventas globales cayeron 6.6 por ciento en el primer semestre del año. La compañía ha frenado sus planes de construir una fábrica en México y canceló una reunión en abril entre Elon Musk, su director ejecutivo, y Narendra Modi, el Primer Ministro indio, para hablar de una nueva planta en ese País.
Estaba previsto que la fábrica de Ford en Oakville, Ontario, produjera nuevas versiones eléctricas del Ford Explorer y del Lincoln Aviator, ambos SUVs. En lugar de eso, Ford convertirá la fábrica en una tercera ubicación de producción para su camioneta Super Duty.
El 21 de agosto, Ford anunció que la Explorer y la Aviator eléctricas habían sido canceladas y que la introducción de una nueva camioneta eléctrica grande se retrasaría unos 18 meses, hasta el 2027.