Buscando dominar las vías fluviales estratégicas de Asia, China ha desplegado una armada de barcos que están equipados con cañones de 76 milímetros y misiles antibuque, y son más grandes que los destructores de la Armada de Estados Unidos. Pero no son buques de la Armada china. Sus cascos están pintados de blanco, con “Guardia Costera China” en letras de molde.
En solo una década, China ha acumulado la flota de guardacostas más grande del mundo. Más militarizada, más agresiva en las disputas internacionales y menos preocupada por las misiones habituales de vigilar a contrabandistas o búsqueda y rescate, la fuerza china ha trastocado 200 años de tradición mundial de guardacostas.
También ha desencadenado una carrera armamentista. Al entrar en una zona gris entre la aplicación de la ley y el poder naval, Beijing ha apuntado a sus rivales con buques que fácilmente pueden hundir los barcos empleados por la mayoría de los guardacostas. Otros países que temen la invasión china se apresuran a desplegar sus propias lanchas patrulleras más grandes y mejor armadas.
Las aguas alrededor de Taiwán, la isla autónoma que China reclama como propia, son un posible campo de batalla. Pero con los enfrentamientos de la guardia costera aumentando calladamente en la región, a los expertos les preocupa una creciente amenaza: un accidente o un encuentro violento en cualquier parte de la vasta área que recorre la Guardia Costera China, lo que podría desencadenar un conflicto más amplio, incluso una guerra entre potencias.
Del 30 de marzo al 2 de abril, barcos de la Guardia Costera China dieron vueltas alrededor de las islas disputadas que Japón llama Senkakus durante 80 horas y 36 minutos —la estancia más larga de China.
Japón anunció más tarde un plan para mejorar su Guardia Costera e integrarla en su Ministerio de Defensa.
Dos incidentes más recientes también apuntan a nuevos niveles de asertividad y riesgo chino:
A partir del 8 de abril, buques patrulleros chinos se aglomeraron cerca de Taiwán, amenazando por primera vez con detener y registrar barcos taiwaneses durante ejercicios militares chinos provocados por una reunión entre la Presidenta Tsai Ing-wen y Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Taiwán ahora está desarrollando planes para romper cualquier sitio futuro mientras fortalece su Guardia Costera.
El 23 de abril, cerca de un banco de arena en disputa en el Mar de China Meridional, un cutter chino se cruzó en el camino de una lancha patrullera filipina, casi provocando una colisión. Unos días después, Estados Unidos prometió dar a Filipinas seis buques patrulleros.
Estos altercados —junto con incursiones chinas adicionales cerca de Vietnam y la nación insular de Palau en el Pacífico en mayo y junio— encajan en un patrón de tensiones al alza, marcando un cambio importante en la forma en que las naciones reclaman territorio y protegen sus intereses en los océanos del mundo. Los guardacostas que alguna vez actuaron como ojos vigilantes y manos amigas se han vuelto más como armadas, envueltos en la geopolítica asiática y desplegados como fuerza militar en vías fluviales vitales para el transporte marítimo y los recursos naturales.
“Así no era hace 10 años”, dijo John Bradford, comandante retirado de la Armada de EU y miembro principal de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam, en Singapur. “Muchos países de la región han comenzado a utilizar sus guardacostas para afirmar su soberanía”.
China ahora tiene alrededor de 150 buques patrulla de la Guardia Costera de al menos mil toneladas, en comparación con aproximadamente 70 de Japón, 60 de Estados Unidos y un puñado de la mayoría de los países asiáticos. Filipinas tiene 25 barcos patrulleros. La guardia costera de Taiwán consta de 23 barcos, según funcionarios estadounidenses. Muchos países de Asia se ven obligados a enfrentar barcos chinos casi a diario al adentrarse más Beijing en territorio en disputa, durante mayores periodos.
“Los guardacostas y las diferentes naciones de la región maduran por necesidad”, dijo el vicealmirante Andrew J. Tiongson, comandante del Área del Pacífico de guardacostas de EU.
Bradford dijo que la idea del uso de barcos de la guardia costera para afirmar la soberanía “es que es más efectivo porque es menos probable que escale la situación porque están ligeramente armados.
“Pero cuando un barco de la guardia costera recibe misiles, ¿en qué se diferencia de un barco de la armada, salvo por el color de la pintura en el casco?”.
Hisako Ueno, Amy Chang Chien y Zixu Wang contribuyeron con reportes.
Damien Cave
THE NEW YORK TIMES
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