Ahora se permite a los británicos volver a beber como Winston Churchill.
El Gobierno anunció en diciembre que permitiría que las tiendas y tabernas vendieran pintas de vino, que se dice era la cantidad de champán favorita de Churchill.
Es un efecto secundario del Brexit, la salida oficial de Gran Bretaña de la Unión Europea en el 2020, tras la cual, entre otras cosas, el país ya no tuvo que ajustarse a las normas europeas de pesos y medidas.
En el anuncio sobre la introducción de botellas de vino del tamaño de una pinta, el Gobierno conservador británico se jactó de que la medida formaba parte de las “nuevas libertades Brexit” del País.
La cerveza, el vino y los licores se venden a través de fronteras, y aunque los líquidos pueden no cambiar de un país a otro, sus envases a veces sí lo hacen, acorde a mediciones establecidas hace siglos por los gobiernos intentando regular su venta. La mayoría de las botellas de vino estándar contienen 750 mililitros, o unas cinco copas, pero también hay otras opciones.
El tradicional sistema imperial de medidas de Gran Bretaña fue codificado en 1824, estandarizando el galón, la libra y la yarda. El Gobierno británico comenzó a introducir el sistema métrico de forma voluntaria en 1965, pero después de que el País se unió a la Comunidad Económica Europea, los fabricantes tuvieron que mostrar medidas métricas además de las tradicionales imperiales.
La pinta imperial —568 mililitros— era una de las medidas tradicionales más atesoradas de Gran Bretaña.
Su mayor aproximación durante los años en la UE fue la botella de 500 mililitros, en la que caben unas tres copas de vino. Esas botellas siguen siendo comunes en las tiendas británicas.
Tras el Brexit, el Gobierno británico inició una revisión de cuáles regulaciones europeas daría marcha atrás. El anuncio de la pinta de vino se produjo después de que unas 100 mil personas respondieron a una consulta gubernamental sobre si querían volver de manera más amplia al anticuado sistema de medición imperial (que utiliza pulgadas, millas y galones en lugar de metros, kilómetros y litros), que tiene décadas de no estar en uso oficial.
En una entrevista con el Daily Mail en el 2019, el ex Primer Ministro Boris Johnson dijo que usar el sistema imperial era una “libertad antigua”.
El Gobierno dijo que había decidido contra medidas legislativas después de que sólo el 1.3 por ciento de los encuestados dijo que estaría abierto a que regresara el sistema imperial. Así que mientras Gran Bretaña seguirá utilizando el sistema métrico para otros alimentos y bebidas, la botella de vino del tamaño de una pinta es una especie de gesto simbólico.
Haciendo alarde de la “larga y orgullosa historia” del País con las medidas imperiales, el Gobierno prometió que los 68 mililitros adicionales de vino “ayudarían a impulsar la innovación, aumentar las libertades comerciales y mejorar las opciones para los consumidores”.
¿Pero así será?
Una botella de vino de 568 mililitros sólo se podría vender en el mercado británico, que es más pequeño que el de muchos países europeos. Por lo tanto, no está claro cuántos productores de vino optarán por la medición.
Pero al menos un británico podría haber acogido con satisfacción el cambio. Un comentario ocurrente atribuido a Churchill era que una pinta de champán era justo lo “suficiente para dos en la comida y una a la hora de la cena”.
Por: Claire Moses
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