BENGALURU, India — Cuando Anand Malligavad cayó a un lago, pensó que podría morir. No por ahogamiento, sino por el hedor.
Como cientos de otros lagos en la ciudad de Bengaluru, en el que se encontró Malligavad era un receptáculo de aguas negras, desechos plásticos y escombros de construcción. Su caída no planeada ocurrió en el 2017, cuando Malligavad, un ingeniero mecánico, estaba dando un paseo cerca de su oficina.
Camino a casa olía tan mal que un guardia le negó la entrada a su propio enclave residencial. Al día siguiente, Malligavad hizo una propuesta improbable a su empresa: él restauraría el lago de 15 hectáreas si la compañía financiaba el proyecto.
A sus jefes en Sansera Engineering, uno de los mayores fabricantes de componentes automotrices de la India, la propuesta les pareció una tontería. El hecho de que Malligavad no tuviera conocimientos sobre la gestión de lagos lo hizo aún menos convincente.
“Se rieron de mí”, dijo Malligavad, ahora de 43 años. “Todos pensaban que estaba loco”.
Pero persistió y sus esfuerzos estimularon una notable transición profesional para Malligavad, quien ahora es una de las principales autoridades en conservación de lagos en India, uno de los países con mayor escasez de agua del mundo.
Al comenzar su proyecto, Malligavad recurrió al conocimiento dejado en los registros de la dinastía Chola que, a partir de hace unos 1.500 años, gobernó la zona durante cinco siglos y construyó una red de lagos de riego. Después de cuatro meses de estudiar los métodos Chola —incluyendo cómo atrapar sedimento y lodo usando piedras talladas, que no necesitan mantenimiento— ganó una subvención de 100 mil dólares de su empresa para el proyecto.
“Hasta que terminé, no tenían esperanzas de que realmente funcionara”, dijo.
En 45 días, utilizando una docena de excavadoras y cientos de trabajadores, Malligavad retiró enormes cantidades de fango, desechos y plástico del Lago Kyalasanahalli. Abrió sus canales bloqueados, creó cinco islas con el lodo excavado y esperó las lluvias.
Seis meses después, tras la temporada de los monzones, estaba navegando en el agua limpia del lago, entre patos y aves migratorias, con los mismos amigos que lo habían ayudado a salir del lugar otrora inmundo.
“Cuando vi el lago, me sentí más joven”, dijo Malligavad. “Eso es lo que me motiva a seguir adelante”.
Y lo ha hecho.
En los siete años transcurridos desde ese primer éxito, Malligavad ha restaurado 35 lagos en Bengaluru con una superficie combinada de aproximadamente 325 hectáreas y una capacidad de retención de agua de unos 400 millones de litros. El nivel del agua subterránea en la región durante ese periodo también ha aumentado unos 2.5 metros.
Dejó de trabajar para Sansera en el 2019 para centrarse a tiempo completo en la recuperación de lagos. Una noche, Malligavad caminaba por Bengaluru cuando varios estudiantes universitarios lo reconocieron. “Hombre del lago, estás haciendo un trabajo increíble”, dijo Kartika M.
Más tarde, el “hombre del lago” dijo: “Este es ahora el propósito de mi vida. Quiero recuperar 100 mil lagos antes de morir”.
Para él, el por qué es obvio.
“Puedes hallar alternativas a la leche, pero ¿qué se hará sin agua?”, dijo.
“Este es ahora el propósito de mi vida. Quiero recuperar 100 mil lagos antes de morir”.
SAMEER YASIR. THE NEW YORK TIMES
BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/6984256, IMPORTING DATE: 2023-11-14 19:00:07