Mike Duggan y sus amigos del hockey se estaban poniendo el equipo una mañana reciente, bromeando entre ellos sobre las cirugías de reemplazo de articulaciones.
Duggan, de 74 años, que tiene una cadera artificial, se maravilló de la cantidad de partes corporales de titanio en el vestidor. Hizo un gesto hacia Mitch Boriskin, su compañero de equipo.
“No creo que tengas una sola parte original”, dijo Duggan. Boriskin, de 70 años, sonrió y dijo, “Dos rodillas artificiales, un estimulador de la médula espinal y 25 cirugías”.
“Y una lobotomía”, sugirió Duggan, mientras la risa se extendía por la habitación.
Su equipo, el Oregon Old Growth, se había unido a docenas de otros de toda América del Norte para competir en el torneo de hockey Snoopy Senior, en Santa Rosa, California.
El evento se ha convertido en un ritual anual para cientos de jugadores recreativos —entre 40 y 90 años de edad— que se reúnen en la Arena de Hielo Redwood Empire, donde Charles M. Schulz, creador de la tira cómica “Peanuts” y fanático del hockey de toda la vida, fundó el evento en 1975.
El patinaje es lento, los chistes vuelan y las risas fluyen tan libremente como la cerveza. Estos patinadores de edad entienden cómo el ejercicio y el compañerismo pueden beneficiar tanto al cuerpo como a la mente. Se aferran al deporte que aman, incluso cuando sus cuerpos les ruegan reconsiderarlo.
“No renuncias porque envejeces, envejeces porque renuncias”, dijo Rich Haskell, de 86 años, jugador de New Port Richey, Florida. “Un amigo murió hace un par de años. Jugó hockey en la mañana y murió en la noche. No puedes pedir más”.
Entre los nombres de los equipos este año están los Michigan Oldtimers (Reliquias de Michigan), Seattle Seniles (Seniles de Seattle) y Colorado Fading Stars (Estrellas en Ocaso de Colorado). “Solíamos ser simplemente las Estrellas de Colorado”, dijo Rich Maslow, de 74 años, el portero del equipo. “Pero luego cumplimos 70”.
Terry Harper, de 83 años, jugó 19 temporadas en la Liga Nacional de Hockey y ganó cinco veces la Copa Stanley con los Montreal Canadiens. Tras su retiro, se mantuvo 10 años alejado del hielo. Pero en 1992, un vecino lo convenció de ir a Santa Rosa.
“Vine aquí y me la pasé como nunca”, dijo. “No había presión. Descubrí que el hockey es divertido”.
Si el espectro de una lesión se cierne sobre el torneo, los jugadores lo neutralizan con humor negro.
Bob Carolan, de 82 años, neumólogo jubilado de Eugene, Oregon, recordó que hace unos 15 años resucitó a un jugador en el hielo que estaba sufriendo un infarto.
“La mejor jugada que he hecho en Snoopy”, dijo Carolan, quien se topó con el mismo hombre en un torneo 10 años después. “Traía un desfibrilador implantable, pero seguía jugando”.
Dave McCay, de 72 años, de Denver, Colorado, se torció un tobillo en el segundo partido de su equipo. Ya tenía 12 tornillos, una barra de acero y una placa en esa pierna. Pero bajar la velocidad no ha cruzado su mente.
“Estoy convencido de que esto te da una mejor calidad de vida, incluso si tienes que cojear un poco”, dijo McCay.
ANDREW KEH
THE NEW YORK TIMES
BBC-NEWS-SRC: https://www.nytimes.com/2023/07/24/sports/hockey/senior-hockey-snoopy.html, IMPORTING DATE: 2023-07-28 15:50:08