BOGOTÁ, Colombia — En Colombia, un nuevo producto ilícito vive un auge. Los consumidores desesperados lo traen a escondidas en maletas del extranjero, lo acaparan en sus hogares, pagan precios exorbitantes en línea y hacen fila en ubicaciones clandestinas para comprarlo.
¿El contrabando? Mostaza Dijon.
Una nueva ley de salud creada para mejorar las dietas de los colombianos —cargadas de carne y alimentos fritos— ha llevado a la desaparición de una multitud de alimentos de los anaqueles de los supermercados, entre ellos la delicia sa del mundo de los condimentos.
Inspirándose en una campaña de la Organización Panamericana de la Salud para abordar los altos índices de enfermedad cardiovascular en la región, el Ministerio de Salud de Colombia impuso en el 2020 límites a los productos altos en sodio, y la medida entró en vigor en noviembre del año pasado.
La regla limita el sodio para 59 productos, que incluyen cereales, carnes, frutos secos, panes y quesos. La mostaza debe tener menos de 817 miligramos de sodio por 100 gramos. Un frasco de mostaza dijon Grey Poupon tiene casi tres veces esa cantidad.
La gastronomía sa no es enormemente popular entre los colombianos promedio. Aun así, la mostaza es un condimento popular en muchos hogares.
Para el 2024 entrarán en vigor restricciones sanitarias incluso más estrictas, que reducen el límite para la mostaza a 600 miligramos de sodio por 100 gramos. Los fabricantes que no reduzcan el contenido de sodio de los productos afectados para ese entonces no tendrán permitido venderlos.
Desde que se establecieron los límites, dijeron expertos alimentarios y de la industria, la mostaza Dijon ha desaparecido en gran medida de las tiendas. Es poco probable que los productores de mostaza en Francia y EU modifiquen sus productos para ajustarse a los estándares de un solo país, e incluso si lo hicieran, el producto final ya no se consideraría mostaza Dijon genuina.
Como resultado, la mostaza se ha vuelto cara. Un frasco de Maille, una marca sa de mostaza Dijon, se vende ahora en hasta 25 dólares en Mercado Libre.
Flambée, un restaurante francés en Bogotá popular entre diplomáticos y empresarios, vendió durante semanas mostaza Dijon casera en alrededor de 7 dólares el frasco, aproximadamente el doble del precio habitual. Mas a pesar de vender alrededor de 5 kilos a la semana, el restaurante decidió cesar debido a obstáculos burocráticos.
Dos expertos de la industria dijeron que con tanta demanda, sobre todo de restaurantes, era sólo cuestión de tiempo antes de que operaciones de contrabando de condimentos más organizadas se pusieran en marcha.
Algunos productores locales de otros productos incluidos en la regla nacional de salud han empezado a modificar sus contenidos de sodio para mantenerlos en los anaqueles de las tiendas —un triunfo enorme, de acuerdo con los elaboradores de políticas del cuidado de la salud.
Un consumo elevado de sodio aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, que es la causa principal de muerte en el País, indicó Evelyne Degraff, una asesora para la Organización Panamericana de la Salud en Colombia.
De todos modos, aunque elogió la intención de la política, Isabel Carmona, una nutrióloga en Colombia, dijo que la inclusión de ciertos productos era “ilógica”.
Bajo la nueva norma, los alimentos con alto contenido de sal que son populares en Colombia, como el chicharrón, todavía pueden venderse con un límite de sodio dos veces más alto que el de la mostaza, pese al hecho de que los consumidores los comen por bolsa. La mostaza, en comparación, se consume en pequeñas cantidades.
El Ministerio de Salud no respondió a peticiones para dar comentarios. Pero Elisa Cadena, quien trabajó para el Ministerio hasta el año pasado, dijo que la regulación se desarrolló al usar datos de un sondeo nacional de nutrición y en colaboración con grupos de salud y de la industria.
En estos casos, el Ministerio, “debería analizar el estándar para estos tipos de productos y ver si puede hacer alguna modificación”, señaló Cadena, quien ahora trabaja en nutrición escolar para el Ministerio de Educación de Colombia.
Thierry Ways, dueño de La Parisienne, una tienda de productos delicatessen en la ciudad costeña de Barranquilla, también señaló la inconsistencia en la nueva regla.
“¿Qué caso tiene prohibir la mostaza simplemente porque tiene mucha sal por 100 gramos?”, dijo. “Uno no se come 100 gramos de mostaza en una sentada”. Una sola porción de mostaza es de 5 gramos, de acuerdo con etiquetas de nutrición.
“Estamos tratando a algunos productos muy estándares y comunes de la gastronomía internacional como si fueran sustancias controladas”, dijo Ways.
Por: GENEVIEVE GLATSKY
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