Su líder está oficialmente muerto, al igual que su comandante fundador. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirma que no existe. Wagner, la otrora poderosa compañía militar privada rusa que cayó de la gracia del Kremlin después de un motín abortado en junio, se ve sumida en una incertidumbre aún mayor desde el 23 de agosto, cuando su líder, Yevgeny Prigozhin, murió en un accidente aéreo.
Las autoridades rusas dijeron que pruebas de ADN confirmaron que Prigozhin y otras nueve personas que figuraban en el manifiesto del avión habían muerto en el accidente sospechoso. Ahora la atención se centra en si Wagner,que Prigozhin construyó hasta convertirlo en un imperio global que benefició a Moscú además de a su propio bolsillo, también morirá.
Los funcionarios estadounidenses y occidentales dicen que el Kremlin está considerando formas de poner a Wagner bajo control más directo del Estado ruso, pero no ha tomado ninguna decisión final.
Es poco probable que Rusia quiera desperdiciar los combatientes entrenados, las incursiones geopolíticas y los intereses comerciales que Prigozhin cultivó desde la fundación de Wagner en el 2014. Su organización ha operado en al menos 10 países. Pero encontrar una manera de neutralizar una organización armada que representó una de las mayores amenazas al mandato de Putin en 23 años, y al mismo tiempo conservar su poder de combate y sus vínculos globales, es difícil, particularmente dada la enemistad entre los combatientes del grupo y el liderazgo del Ministerio de Defensa ruso.
“Creo que el PMC Wagner, en sí, como estructura, probablemente no existirá”, dijo Aleksandr Borodai, miembro del Parlamento ruso que sirvió brevemente en el 2014 como líder apoderado instalado por Moscú en Donetsk, Ucrania, en una entrevista. Dijo que los combatientes de Wagner ya se estaban uniendo a formaciones de voluntarios, así como a unidades oficiales, bajo las fuerzas armadas rusas.
Putin ha enviado señales encontradas sobre sus planes. En una entrevista con el periódico ruso Kommersant en julio, dijo que durante una junta después del motín a finales de junio, dijo a los comandantes de Wagner que podían continuar sirviendo juntos bajo un liderazgo diferente. Putin dijo que Prigozhin se negó en nombre de sus comandantes. En la misma entrevista, Putin también dijo que Wagner no existe porque la ley rusa no permite empresas militares privadas.
En teoría, Wagner todavía podría funcionar sin Prigozhin y su comandante fundador, Dmitri V. Utkin, quien las autoridades rusas también confirmaron que murió en el accidente.
El grupo mercenario tiene lo que sus canales afiliados en Telegram describen como un “consejo de comandantes” que supervisa los asuntos operativos día a día. Varios del consejo no iban en el avión de Prigozhin. Ninguno ha aparecido en público ni ha emitido una declaración desde el accidente, pese a repetidas promesas de un anuncio pronto en Telegram.
“Utkin y Prigozhin no son todo el liderazgo”, dijo un voluntario de Wagner de 36 años que sólo dio su nombre clave, Adzhit. “Si conoces la estructura interna de Wagner, puedes entender una cosa: la pérdida de uno, dos o tres no afectará de ninguna manera la eficacia de esta formación”.
Aún así, sin el claro visto bueno del Kremlin, las operaciones del grupo corren el riesgo de desmoronarse. El vínculo personal de Prigozhin con Putin, que se remonta a la década de 1990 en San Petersburgo, permitió al magnate vender poder geopolítico junto con servicios de seguridad. Incluso después del motín, Prigozhin volaba a lugares de África intentando tranquilizar a los clientes y continuar con las operaciones.
Sus intereses abarcaban petróleo, gas, metales preciosos y piedras, dijo Putin, señalando que el magnate regresó para reunirse con funcionarios el día antes de abordar el desafortunado avión.
Catrina Doxsee, miembro asociada del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de expertos de Washington, dijo que anticipaba que el modelo que desarrolló Prigozhin —empleando una turbia organización paraestatal para promover intereses internacionales, pero también para hacer negocios— continuara en alguna forma en Rusia. Pero sospecha que futuras operaciones de esta índole podrían ser más fracturadas.
“Una de las grandes cosas que demostró el motín de junio fue el problema que enfrenta Putin al permitir que una empresa, y realmente un hombre, mantenga el monopolio del poder y del conocimiento sobre todas estas diferentes operaciones”, dijo Doxsee.
Dijo que en el futuro podría haber “muchos actores diferentes desempeñando estos roles, en lugar de un monopolio”.
Anton Troianovski, Julian E. Barnes y Eric Schmitt contribuyeron con repprtes.
PAUL SONNE Y VALERIE HOPKINS. THE NEW YORK TIMES
BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/6871741, IMPORTING DATE: 2023-08-30 21:20:11