SEÑOR DIRECTOR:
Dice nuestro primer mandatario que si el presidente Trump decidiera cancelar el TLC con Colombia, él lo celebraría porque podríamos sembrar maíz y comer nuestros pollos y carnes. ¿Acaso ignora Gustavo Petro lo que significa en términos económicos la relación que tenemos con el socio comercial más importante?
Romper comercialmente con EE. UU. causaría un efecto devastador en la mayoría de los sectores económicos y en los diferentes apoyos que recibimos del Gobierno estadounidense. Por supuesto que nuestro Gobierno puede discrepar y plantear inquietudes bien soportadas sobre eventuales políticas del señor Trump que nos puedan lesionar; pero para ello están las vías diplomáticas, no lo podemos hacer en calidad de tuiteros.
Mario Patiño Morris
SEÑOR DIRECTOR:
El 25 de diciembre de 1943 el expresidente Eduardo Santos realizó una generosa donación para el país, correspondiente a la totalidad de su pensión vitalicia con destino a la Academia Colombiana de Historia, en un acto de ejemplar patriotismo.
Años más tarde, el mismo Eduardo Santos en compañía del expresidente Alberto Lleras Camargo fueron benefactores de la restauración de la 'vieja casa del 20 de Julio', que en su momento amenazaba ruina y había sobrevivido a la debacle del 8 de abril de 1948. El espíritu patriótico de estos dos expresidentes, entre otras personalidades, logró levantar la edificación y remodelarla, para conseguir lo que desde 1960 conocemos los colombianos como el Museo de la Independencia - Casa del Florero.
El museo actualmente está muy bien conservado y es visitado por turistas nacionales y extranjeros; los miércoles, después de las 3 p. m., su ingreso es gratuito. Qué diferentes las nobles motivaciones altruistas y el desprendimiento de nuestros gobernantes de entonces frente la ambición desmedida, la codicia y el despilfarro de los gobernantes actuales.
Eduardo Escobar Borrero
SEÑOR DIRECTOR:
La situación que ocurre con los colados en TransMilenio se debe en forma primordial a la falta absoluta de civismo de muchos habitantes de Bogotá. Hace falta conocer y copiar el comportamiento de las personas que residen en Medellín, donde hay pleno orden y colaboración al utilizar el sistema del metro.
La seguridad en TransMilenio no es solamente responsabilidad de los vigilantes contratados para cuidar las estructuras del sistema. Muchos s hemos sido testigos de la nula acción de de la Policía que se dedican a chatear con sus celulares. También hemos visto que muchos colados escupen, son groseros y hasta amenazan al personal de vigilancia privada y a los s. Se ha conocido de personas heridas con cuchillo por el solo hecho de oponerse a esa acción indebida de los colados.
Es asunto de cultura. Los colados no valoran ni su existencia, pues arriesgan su vida con tal de no pagar un pasaje, no por necesidad; además de la inseguridad, los s tenemos que soportar la congestión en el servicio y acciones grotescas de vendedores ambulantes y de los colados.
Jorge Giraldo Acevedo