SEÑOR DIRECTOR:
El gran responsable de la tragedia social y económica que vive el Catatumbo y otras zonas del país es el gobierno del cambio porque, por cuenta de su fallida propuesta de la ‘paz total’, era previsible que el horror al que nos tienen sometidos los grupos insurgentes más temprano que tarde se iba a presentar.
Mientras las Fuerzas Militares reducen su pie de fuerza, la guerrilla aumentó de 18.000 a 21.000 sus efectivos durante el último año; los diálogos y los ceses del fuego en la práctica no han entregado resultados; y las muertes y los desplazamientos en la población han crecido de manera importante.
Ahora el Gobierno pretende resolver el problema con un decreto de estado de conmoción y una emergencia económica. Nos preguntamos si la urgente medida estará orientada a conseguir fondos que podrían terminar en el lugar equivocado. No olvidemos las medidas especiales para controlar el orden público, que de antemano el Presidente puede ordenar y ejecutar teniendo en cuenta su condición de jefe de las Fuerzas Militares, solo necesita la voluntad para hacerlo.
¿Se justifica decretar un estado de conmoción?
Mario Patiño Morris
SEÑOR DIRECTOR:
En referencia al conflicto diplomático que se inició el fin de semana pasado, se conoció que el expresidente Álvaro Uribe habló con Laura Sarabia y, acto seguido, el exmandatario se comunicó con sus os de alto nivel en EE. UU., diligencia que contribuyó, en gran medida, para superar el impase que ya tomaba visos de catástrofe económica para el país.
Mi iración para la aparentemente inexperta Laura Sarabia y para el expresidente Uribe por esa gestión diplomática tan patriótica; ambos demostraron conocer las ventajas del trabajo en equipo y principalmente su amor por Colombia. La patria está por encima de los partidos políticos.
Eduardo Escobar Borrero
SEÑOR DIRECTOR:
Teusaquillo fue y sigue siendo uno de los barrios más emblemáticos de Bogotá. Hace años, localidad. La literatura, presente con dos mujeres brillantes exaltando una época de intelectualidad, poesía e historia. Luz Manrique Bocaccio, 1924-2016, y Helena Araújo Ortiz, 1934-2015, a quien leímos en EL TIEMPO. La primera escribió la novela Despertar en la casa de Teusaquillo, y la segunda, Fiesta en Teusaquillo.
Las letras femeninas olvidadas y sobre todo señaladas por no estar, según los hombres, a la par de la historia. Manrique, hija del ilustre huilense Ramón Manrique Sánchez, autor de La venturosa, que cumplirá 77 años de su publicación en el 2025, después de La vorágine, de José Eustasio Rivera, que cumplió 100 años en el 2024.
“Este libro mal escrito, tómenlo como un grito de indignación y protesta, porque es difícil saber lo que siento por la Biblia, y advierto que jamás he sido escritora ni aprendí de libros. Siempre he sentido deseos de escribir, pero si a alguien le pican mis escritos, que se rasque”. Según Manrique Bocaccio, orgullosamente de ser su sobrina.
Helena Manrique Romero