SEÑOR DIRECTOR:
Como colombiana que tiene la esperanza de un cambio, he seguido de cerca cada una de las propuestas del nuevo gobierno y sus ministros; y como madre y ciudadana a quien le preocupa el bienestar de nuestros niños, me he centrado un poco más en las propuestas del ministro de Educación, Alejandro Gaviria.
Se plantean mejoras a la educación superior, más oportunidades para los jóvenes y garantías para que puedan acceder a la universidad, el sueño de muchos. También la mejora en la infraestructura educativa, de la mano con la cultura. Y lo que más me ha llamado la atención es el acercamiento a las regiones para cerrar brechas de aprendizaje. Muchas iniciativas que esperamos se puedan realizar para que realmente el sector educativo sea protagonista en este gobierno.
Clave que este ministerio revise que los estudiantes, incluidos los de las zonas más apartadas del país, puedan llegar a sus aulas; que trabajen de la mano con las diferentes entidades en cada ciudad y municipio para que se garantice real a esa infraestructura en la que van a invertir. Así se podrá evitar la deserción escolar y podremos hablar de una mejor educación.
Sandra Nayibe Granada Méndez
La industria de hidrocarburos
SEÑOR DIRECTOR:
Nos encontramos frente a un proyecto de ley que prohibiría el fracking, sin permitir evidencias, ni medir científicamente sus consecuencias. Igualmente en la Reforma Tributaria se castigaría fiscalmente a los empaques de plástico, derivados de la petroquimica, principalmente para los alimentos. La preservación de los alimentos con empaques plásticos ha sido uno de los grandes avances de la humanidad, ha permitido reducir las pérdidas y alimentar a la población universal eficientemente, en las complejas cadenas de comercialización. ¿Alguien podría itir que se perdiera otro 80 % de los alimentos si no se empacan eficientemente al vacío? ¿Cuáles serían los sustitutos? Imaginemos el nuevo precio de alimentos populares con azúcar y empacados en plástico.
Óscar E. Jimenez M.
Trancón hacia El Dorado
SEÑOR DIRECTOR:
Quiero de manifestar mi inconformidad con el manejo que se le está dando al flujo vehicular en la avenida El Dorado, en el fin de un puente festivo. El lunes estuve en un atasco impresionante, yendo hacia el aeropuerto. Normalmente desde mi casa, en Chapinero, hacia El Dorado se toma un tiempo de 35 minutos. En mi caso no tenía afán, pero pensaba en mucha gente sufriendo para llegar a tomar su vuelo. ¿Cómo es posible que la Alcaldía inhabilite el carril central por cuenta de la ciclovía? (Noté que habían pocos ciclistas en esa calzada, como para contarlos con la mano). En estas fechas, ambos carriles deben estar abiertos al tráfico hacia el aeropuerto para el regreso de la gente. Cuando pasaba frente al portal de TransMilenio, de pronto el tráfico comenzó a fluir más aceleradamente. Entonces caí en cuenta de que ya habían quitado las cintas que bloqueaban el carril central, pues ya eran más de las 2:00 p.m., hora en la que, finalmente, todo se normalizó. Llegué al estacionamiento del aeropuerto alrededor de las 2:10 p.m. Es decir que un trayecto de 35 minutos se convirtió en uno de una hora y veinte minutos (1;20).
Leopoldo Varela Acosta