Señor director:
En una misma página de EL TIEMPO (12-6-2024) aparecen dos noticias del mismo tema, una muy buena y la otra lamentable.
Colsubsidio inauguró una nueva torre de su clínica en la ciudad de Girardot, con servicios médicos de alta complejidad, tecnología de vanguardia y espacios de calidad para la atención médica. Presta servicios a Nueva EPS, Salud Total, Sanitas, Sura y Famisanar.
En la otra esquina está el hospital El Tunal, en el que desde enero pasado debía estar terminada la torre de urgencias contratada por $ 96.000 millones y apenas tiene una ejecución del 16 %. Su objetivo es atender las localidades de Ciudad Bolívar, Tunjuelito, Usme y Sumapaz.
Según el proyecto, la torre de urgencias debía tener siete salas de cirugía, ciento dos camas de cuidados intensivos, setenta y siete camillas de observación, lo cual generaría empleo para unas quinientas personas. ¿Será esta otra demostración de que el Estado ha sido y sigue siendo mal ?
Campo Elías Lizarazo Sánchez
La partida del maestro Rafael Campo Miranda
Señor director:
Como si extrañara el aleteo caprichoso y resabiado del pajarito amarillo, hoy el cielo soledeño se desborda en lluvia. En cada uno de los rincones y callejuelas de esta población caribe suenan las composiciones del maestro Rafael Campo Miranda, considerado una leyenda viva de la música y un referente de la cultura colombiana. Con más de 60 composiciones, su obra representa una huella imborrable en la memoria de los colombianos, que cantan sus canciones.
Campo Miranda fallece a sus 106 años en Barranquilla y podría considerarse uno de los últimos juglares de la música tropical. Se va, indudablemente, una joya del patrimonio oral y cultural de nuestro país. Sus composiciones, Pájaron amarillo, Playa brisa y mar, entre otras, se consideran poesías cantadas que recrean historias propias de la cotidianidad caribe, además de las imágenes que muestran cada rincón entre palmeras y nubes pasajeras de este hermoso terruño, ubicado a orillas del mar Caribe. Su partida se siente en los corazones de los colombianos. Paz en la tumba del maestro.
Rodrigo Acevedo Marsiglia
Soledad, Atlántico
El pico y placa
Señor director:
Conociendo de antemano las megaobras que se estaban construyendo en Bogotá, el alcalde Galán no ha debido prometer en su campaña política aliviar el pico y placa de todo el día -de 6 a. m. a 9 p. m.-, ilusión de muchos capitalinos para poder realizar en las llamadas horas valle sus más urgentes y prioritarias actividades cotidianas, compromiso que después de elegido no consideró viable, a pesar de la argumentada sugerencia del destacado conocedor del tema, José Clopatofsky, director de la revista Motor de EL TIEMPO, contenida en su editorial ‘Sin carro fueron 3 días’ (7 de febrero de 2024), de volver al pico y placa solo en las horas pico, que bien funcionó anteriormente.
Ojalá el alcalde Galán no priorice solo el interés alcabalero, sino también el de ayudarles a los capitalinos a soliviar la tragedia diaria para movilizarse y, además, defenderse de la pavorosa inseguridad.
Luis Iván Perdomo Cerquera
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